Lo único que puede hacer una chica que no puede hacer nada - Capítulo 6.6

Nunca he tomado estadísticas.
Pero tengo una hipótesis en la que estoy bastante seguro.
Y es que,
“Muchos escritores de novelas ligeras odian escribir el posdata”.
Es bueno reflexionar sobre esto. Para nosotros, los epílogos son enemigos. ¿Por
qué debemos expresar nuestras propias opiniones en un epílogo, interrumpiendo
el efecto residual de la obra?
Hay un refrán que dice “Un pájaro que se va no deja rastro”. Su significado es
evidente. “Quienes se van deben dejar las cosas en orden para no dejar una
mala impresión”. Es completamente cierto. Como seres humanos, como
escritores, debemos esforzarnos siempre por comportarnos de manera acorde
con estas palabras y dar lo mejor de nosotros.
Los epílogos van en contra de este hermoso refrán. Repito, las obras tienen un
efecto residual. Los epílogos pueden arruinar ese efecto. Además, en las novelas
ligeras, es habitual incluir un epílogo.
Publicar una obra con la prestigiosa editorial Sneaker Bunko es una experiencia
nueva para el autor. Sin embargo, las convenciones siguen siendo las mismas
incluso en esta editorial. Además, me pidieron específicamente: “Por favor,
incluye un epílogo de cuatro páginas”. ¡Cuatro páginas de epílogo! Es una
cantidad que casi se puede considerar un ultraje para los sentimientos del autor.
Sin embargo, lo escribiré con respeto.
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Cambiando de tema, hablando de ultrajes, eso es precisamente lo que es esta
obra.
Esta novela titulada “Lo Único que Puede Hacer una Chica que no Puede Hacer
Nada”, de hecho, tuvo su origen en una pequeña conversación que tuvo lugar
entre un editor y yo. A continuación, relato cómo se desarrolló, añadiendo
algunos detalles.
—¡Daisuke-san, Daisuke-san!
—Sí, sí, ¿qué pasa?
—He tenido una idea para una novela bastante interesante, ¿sabes?
—Oh, ¿de qué se trata?
—El título sería “Lo Único que Puede Hacer una Chica que no Puede Hacer
Nada”.
—Es un buen título, ¿y luego?
—Bueno, eso es lo único que he decidido hasta ahora.
—¿Y los personajes?
—No he decidido.
—¿De qué trata la historia?
—No lo he decidido.
—¿Qué género es?
—No lo he decidido.
—¡No has decidido nada!
—Jajaja, perdón. … Por cierto, Daisuke-san, ¿qué tal si escribes esta novela?
—Parece interesante. Vamos a escribirla.
… Bueno, es un poco una hazaña.
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Esta novela comenzó sin más que un título. Y ni siquiera fue un título que el autor
haya pensado.
Es como si fuera reconstruir un cuerpo completo a partir de un fragmento de fósil
de hueso que se encontró por casualidad. Imaginar el esqueleto, la ecología, los
músculos, los órganos internos, es un trabajo minucioso y meticuloso.
El resultado es esta obra.
¿Será que el fragmento de fósil encontrado al principio era de un pequeño animal
que nadie notaría? ¿O sería de un gran dinosaurio que dominaba la tierra en
tiempos antiguos?
La respuesta debe ser descubierta por los ojos de los lectores.
Lo único que puedo decir como autor es que un buen editor no presenta ideas
poco prometedoras a un escritor.
En cierto día de un mes desconocido, Daisuke Suzuki.