La gal que se sienta atrás se enamoró de mí - Capítulo 5
3 DE NOVIEMBRE 5 DE NOVIEMBRE
Un solitario ni siquiera recordará el festival de la escuela
Ya había llegado noviembre, pero el día a día de Sandai seguía siendo el mismo.
El seguía sin encontrar un buen trabajo a tiempo parcial a pesar de buscar activamente mientras llamaba la atención en la escuela.
Hablando de algo que podría llamarse un cambio… Shino había empezado a preparar el almuerzo para él, y debería ser justo eso.
Ahora Sandai almorzaba con Shino después de haber dejado de ocultar por completo su relación, obviamente todo era plan de ella.
Al ver que el profesor salía tras el eco de la campana que señalaba el fin de las clases matinales, Sandai bostezó y se dio la vuelta para encontrar a su novia sentada detrás de él rebuscando en su bolso y sacando dos loncheras decoradas de forma llamativa.
—Es la hora del almuerzo~.
—Tienes razón.
Cuando abrió la tapa preguntándose cuál sería el almuerzo de hoy, apareció un gran corazón de color rosa.
—Intenté hacer un corazón usando hilo para darle forma.
—¡Ooh!
—Estaba tratando de expresar mis sentimientos, y en realidad el corazón casi sobresale… Porque mi “amor” es demasiado grande para caber completamente en algo como un recipiente.
—Lo aceptaré todo, aunque no creo que cabra.
Aunque sus sentidos estaban ligeramente entumecidos, fue un intercambio nada embarazoso para esos dos. Pero para sus compañeros de clase circundantes a los que se les mostraba aquello se pusieron muy rojos y agacharon la cabeza al unísono.
—No digas nada, que alguien vaya a detenerlos. Mi corazón está siendo destruido.
—Tu corazón puede romperse, no es que sea importante.
—Aun así, esos dos, son realmente increíbles, eh.
—Así que Yuizaki-san es bueno en la cocina. No lo sabía.
—Ajá.
Para empezar, a Shino se le daba bien la cocina y la repostería, por lo que no había ninguna deficiencia en el sabor del almuerzo que preparaba.
Sin embargo, Shino no estaba en absoluto satisfecha con el statu quo, ya que había estado observando las reacciones indiferentes de Sandai durante las comidas y cosas que preparaba a diario.
Shino debía saber que Sandai era un hombre que no haría ninguna queja, aunque fuera desagradable, pero no se dejaría consentir por eso y permitiría cualquier compromiso.
Sandai no dijo que estaría bien que no se esforzara tanto; al fin y al cabo, no serviría de nada echar un jarro de agua fría sobre el entusiasmo de la persona en cuestión.
Sandai sabía muy bien de una cosa tan importante que todo el mundo tiende a pasar por alto: “no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti”.
Al ser un tipo solitario, se le da más fácil poder ver las reacciones de la gente ante esto o aquello.
Muchas personas sienten que no saben cómo tratar a un tipo solitario, que no saben lo que piensa un solitario, pero el hecho de no acercarse termina por convertirlo en una discriminación, por lo que deciden que “un tipo solitario es una existencia inútil” y aseguran su justificación para mantenerse alejados.
Es algo horrible, pero, por otro lado, también hace que sólo los que se han acercado sin miedo, sólo los que han dado lo mejor de sí mismos para extender sus manos a ese tipo de personas, por ejemplo, Shino puedan ver como son en realidad.
Sin embargo, la persona en cuestión no parecía estar al tanto de esa suerte…
Aunque es igual para cualquier escuela, el número de clases de la tarde era menor que el de la mañana, y lo mismo ocurría en la escuela a la que asistían Sandai y Shino.
Después de la comida, pronto llegarían las últimas clases.
Y así, terminado el día escolar de hoy, salieron juntos del aula. Sin embargo, de repente, un estudiante masculino con gafas y el pelo desfilado hacia un lado se interpuso en el camino con los brazos abiertos.
Este alumno debería ser el presidente de la clase. Era una cara de la que incluso Sandai tenía un recuerdo al menos.
—Esperen los dos.
Ni Sandai ni Shino recordaban haber hecho nada para ganarse una amonestación, así que rápidamente pasaron por delante del presidente de la clase como si no hubiera pasado nada.
—¡Digo que se esperen!
El presidente de la clase volvió a interponerse en su camino, mostrando una actitud de no dejarles pasar a cualquier precio. ¿Qué podía querer? Sandai suspiró y Shino se encogió de hombros.
—…¿Qué es lo que quieres?
—No tenemos nada que hacer contigo, Prezi.
—Sé que ustedes no tienen nada que ver conmigo. La cosa es yo con ustedes. …he oído hablar de su relación. Están saliendo, ¿cierto? No voy a preguntar algo así como “¿Cómo diablos pudo pasar eso? porque la privacidad debe ser protegida, y tampoco estoy tratando de meterme en su camino. No, quiero decir, ¡miren a su alrededor!
Cuando giraron, tal como se les había dicho, estaba repleto de estudiantes que hacían carteles y decoraciones.
—Lo entienden, ¿no? ¡Es el festival de la escuela! ¡No intenten escapar! ¡Sólo nos queda una semana!
Sin duda, era esa época. Los eventos escolares eran ajenos a Sandai, por lo que lo había olvidado por completo.
Como nota aparte, no sólo Sandai que tenía el festival de la escuela se deslizó de su mente, pero al parecer Shino también, y sus ojos estaban nadando alrededor.
—Estaba tan ocupada con mi trabajo a tiempo parcial que no tuve tiempo de participar, y por eso lo olvidé. ¿No es inútil estar al tanto de estas cosas? Quiero decir, también tengo trabajo hoy.
—Soy básicamente un topo solitario y sombrío… En otras palabras, asocial… Así que, desde el principio veía el festival de la escuela como un evento a ignorar.
—La razón de Yuizaki-kun sigue estando bien, pero en lo que respecta a ti, Fujiwara-kun, ¿en qué lugar del mundo encontrarías a un solitario asocial con una hermosa chica como su novia…? Entiendes, deja esa excusa. Entiendo que ustedes tienen sus razones. Pero, sin embargo, quiero que participen en la medida de lo posible. Probablemente ni siquiera saben cuál es el programa de nuestra clase, pero hemos decidido montar un café.
El presidente empezó a hacer giros con elegancia.
Era un movimiento tan bello que uno podría estar convencido de que formaba parte de algún tipo de ritual religioso, e incluso tenía una extraña sublimidad.
—No es obligatorio, y sé que es repentino para ustedes, así que está bien que se vayan por hoy. …Los preparativos para el festival de la escuela seguirán sin problemas, aunque nos falten unas dos personas, pero no podremos decir que todos hemos trabajado juntos. Como presidente de la clase, quiero asegurarme de que quede en la memoria de todos que fuimos un aula unida. Es un evento que se celebra una vez al año en nuestros tres únicos años de vida en la preparatoria. Quizá pienses que nos queda una última vez el año que viene, ya que estamos en nuestro segundo año, pero eso es un error. …Se volverá agitado debido al examen de ingreso a la universidad el año que viene, y habrá gente muy ocupada. Por eso este año es esencialmente el último festival escolar en el que todos pueden participar.
Sandai y Shino se miraron. Estaban tratando de evitar esto de alguna manera, pero con sentimientos tan apasionados demostrados de frente en una posición de postración, serían completamente los malos sí lo ignoraban.
—¡Se los ruego!
Ante tal grito, ambos se plegaron; asintieron, bajando la cabeza.
—Oooh… ¡Mi ardiente pasión debe haber llegado hasta ustedes!
El presidente de la clase, aparentemente abrumado por la emoción, se levantó y trató de abrazar a Sandai mientras lloraba.
Shino entrecerró los ojos al instante y descargó una patada frontal en el estómago del presidente de la clase que se precipitaba. Tal vez al golpear en un mal lugar, el presidente de la clase cayó de rodillas y se inclinó hacia adelante.
—O-Oww…
—No vayas a intentar abrazar al novio de una chica. No lo permitiré, aunque seas un hombre.
—Yo-yo estaba tan feliz, tan…
—Te recomiendo que no lo hagas. Si lo intentas de nuevo, te pisotearé donde de verdad te duele.
—…Lo entiendo. Es mi culpa. No lo volveré a hacer. Así que, por favor, no digas cosas espantosas como esa. Tus ojos parecen serios, Yuizaki-kun. Deberías bromear de forma más suave.
—-Estoy hablando en serio. Esto no es un chiste.
—…
El presidente de la clase se quedó callado, abrumado por el comentario de Shino.
La razón por la que la ira de Shino se había manifestado en una dirección violenta debía ser probablemente por la acción del presidente de la clase que involucraría a Sandai, y porque ella era mala con los hombres, pero… Sandai sintió que había logrado ver un lado asombroso de ella.
—Ha dicho que está bien que nos vayamos hoy, así que vamos. Preguntemos por ahí si alguien quiere ayuda con el festival de la escuela mañana. Yo tengo el día libre mañana, así que también me viene bien. …Espera, estás poniendo una cara rara, ¿qué pasa?
—No es nada. No te preocupes.
—Estás raro. ¿Qué pasa en serio?
Como Sandai, pase lo que pase, no podía decir que se había asustado, decidió esquivar la pregunta.
—Me llamaste raro, pero para empezar siempre he sido raro desde que salgo contigo, Shino. En cualquier caso, empecé a pensar sólo en ti, y esa es mi máxima prioridad, cualquiera estará de acuerdo en que soy un hombre que se está volviendo raro.
Le pareció demasiado descarado, pero gracias a que también mezcló lo que pensaba de verdad, Shino le creyó sin darse cuenta. Sus mejillas se volvieron de color bermellón, y de repente miró hacia otro lado.
—No es raro pensar en tu novia… Eso es obvio.
—¿Enserio? Espera, ¿por qué no lo dices mientras miras hacia aquí? ¿Te está dando vergüenza?
—No es eso…
—Entonces, ¿por qué volteas hacia aquí?
—Hablo enserio, estoy bien. No te preocupes por ello, de verdad.
Cuando Shino miró a Sandai moviendo sólo sus ojos de reproche, ésta le devolvió inmediatamente la mirada.
De repente, un viento entró por la ventana.
El viento soplaba entre los cabellos de Shino, y la punta de su pelo agitado hacía cosquillas en la nariz de Sandai.
—¡Aa… achooo!
Estornudó, y junto a él también rezumó un moco.
—Mierda… ¿Tienes algo para limpiarme? — preguntó Sandai, y Shino sacó un pañuelo de su bolso.
—…No tienes remedio — dijo y comenzó a limpiar suavemente el labio superior de Sandai.
—Puedo hacerlo yo mismo.
—Está bien, está bien. …Eres como un bebé, con mocos. Un bebé grande. Fufu.
Sintiendo una especie de vergüenza nunca antes sentida por ser tratado al mismo nivel que un infante, Sandai se puso rojo hasta las orejas, sólo para que Shino sonriera ante tal evento.
Al ver esa inocente sonrisa suya, Sandai se arrepintió de haber sentido miedo por Shino hace un momento.
Al día siguiente, los dos fueron preguntando a sus compañeros si necesitaban ayuda. Sin embargo, las respuestas no fueron muy buenas.
—¿Eh?” ¿Ayuda? No, tenemos tiempo, así que está bien… Quiero decir, incluso si se pone agitado, no quiero estar trabajando mientras se respira aire a enamorados, así que me negaré… váyanse al infierno.
Eso fue lo que les dijo un estudiante masculino, y de una estudiante femenina…
—Ayuda… ¿se refieren a ustedes dos juntos? Sólo puedo ver eso como un insulto, hacia mí que nunca he tenido un novio en todo el tiempo que he vivido.
Esas palabras fueron lanzadas contra los dos.
Parecían ser terriblemente hostiles, pero… bueno, el acto de mostrar la propia intimidad es algo que generalmente está mal visto.
Pero eso no significaba que todo el mundo mostrara esa respuesta, ya que las amigas gals de Shino aplaudían y les daban la bienvenida.
Sin embargo, le pidieron a Shino que apareciera con ellos como mesera vistiendo un atuendo ligeramente atrevido en el día del evento para atraer a los clientes, a lo que, por supuesto, Shino se negó.
—De ninguna manera me mostraré con un traje atrevido a nadie, excepto a mi novio — y haciendo una X con ambos brazos.
Los gals rechazadas no se desanimaron. Dado que conocían la personalidad de Shino, parecía que desde el principio habían pensado en darle una oportunidad y nada más.
—Haah… es un no, eh.
—Te he dicho que sólo la convenceríamos si usamos a su BF como razón.
—Claro, Shinopi ya vive en un mundo diferente al de las que no tenemos novio.
—Quiero un novio~.
—Te entiendo.
Las gals sacaron la lengua y agitaron las manos, y luego se fueron a seguir con lo suyo.
Aunque no sabía qué tipo de atuendo tenían en la tienda, probablemente sería del tipo con mucha exposición. Como era de esperarse, como novio de Shino, Sandai simplemente odiaría que ella se vistiera con ese tipo de ropa siendo vista por otros hombres, así que suspiró aliviado por el hecho de que ella lo hubiera rechazado.
Entonces Shino sonrió, tranquilizándolo.
—…Vamos, no tienes que preocuparte. No soy tan desconsiderada después de todo. Puede que me burle de ti, pero no se me ocurrirá intentar ponerte celoso.
A diferencia de Sandai, que podía tomar decisiones equivocadas en lo que respecta a los sentimientos de la gente, Shino dio la respuesta correcta sin dudarlo.
Shino entrecerró los ojos y miró fijamente a Sandai.
—…
—¿Qué?
—…No pasa nada.
Sandai se hizo deliberadamente el desentendido y cambió de tema.
—Hemos estado dando vueltas y nos siguen rechazando.
Ya habían preguntado mucho, pero fueron rechazados en todas partes, y los únicos que se mostraron dispuestas a aceptarlos hasta ahora fueron las amigas de Shino, pero ella las rechazó.
A este ritmo, ni siquiera podrán decir “Hemos participado en los preparativos del festival escolar.”
—Creo que todavía hay algunos compañeros a los que no hemos preguntado, pero… parece que vamos a obtener resultados similares.
—…Bueno, no estará de más preguntar, y si es un no, que así sea.
Cuando se sentaron juntos en las escaleras del fondo del gimnasio, resonó un fuerte golpe. Ambos bajaron la cabeza del susto.
De repente, la sombra de una persona cayó sobre ellos. Cuando Sandai levantó la vista, era el presidente de la clase.
—…Así que eres tú, Prezi.
—Jejeje… ¡Ha llegado a mis oídos de que van por ahí preguntando a la gente si hay algo en lo que pueden ayudar! Estoy encantado ya que parecen dispuestos a participar.
—…Pero, nos han rechazado de todas partes.
—Así será si siguen coqueteando por ahí. Simplemente todo el mundo se enfadará.
—Pero si seguimos como siempre.
—Es verdad.
—Al parecer, no se han dado cuenta de nada.
—Ni siquiera somos conscientes de ello, por eso digo que estamos como siempre… Esta charla parece que sólo va a dar vueltas. De todos modos, ya que todos dicen que no necesitan ayuda, no podemos evitar no poder participar en el festival.
—Ese no es el caso. Tengo buenas noticias.
El presidente de la clase resopló y señaló una esquina del edificio de la escuela.
Allí estaba la sala para la clase de cocina…
—Parece que hay una chica practicando para hacer la comida para el café, pero parece que está preocupada porque no va bien. Por lo tanto, ustedes van a ayudar a esa chica. A ella no le importará lo acaramelados que se pongan, así que tranquilos. …Se te da bien la cocina, ¿cierto, Yuizaki-kun? Veo que incluso haces almuerzos para tu novio. Cuento contigo. Bueno entonces, tengo cosas que hacer como presidente — dijo y luego desapareció de la misma forma que vino.
Cómo decirlo, tal vez podría decirse que era sorprendentemente muy atento… Parecía haber adivinado la situación de su lado y haber encontrado un lugar en el que podían ayudar.
En el sentido de “la rara oportunidad de no tener que ayudar de ninguna manera fue destruida”, no era más que un improperio, pero decir eso tampoco serviría de nada. Sandai y Shino se levantaron y se dirigieron al aula de cocina.
Había una sola chica. Tenía el pelo corto y complexión de animal pequeño estaba estirando en silencio una masa con un rodillo.
Era un rostro que Sandai nunca había visto antes.
Cuando Sandai inclinó la cabeza preguntándose si había habido alguna chica así entre sus compañeros de clase, Shino dio una respuesta.
—…Es Takasago-chan.
—¿La conoces?
—No recordaré el nombre de un hombre a menos que esté súper interesado en él, pero sí recordaré el nombre de una chica. Esa chica es Takasago Mahiro-chan.
—No sé quién es, para empezar ni siquiera conozco bien a mis compañeros de clase, sean chicos o chicas.
Sandai sólo recordaba a los alumnos que destacaban, como el presidente de la clase o Shino y su profesor Nakaoka, y no más que eso.
Fue porque pensó que conocer a alguien con quien nunca se involucraría de todos modos sería un uso desperdiciado de la capacidad cerebral.
—…Eso es tan propio de ti, Sandai.
Cuando Shino se rió, Takasago se fijó de repente en ellos y se le escarapelo el cuerpo.
—Umm… eee… ¿Yuizaki-san y Fujiwara-kun…?
Inmediatamente después de preguntar y levantarse de golpe, Takasago corrió y se dirigió a la esquina de la habitación y se acurrucó. Aparentemente tímida en relación a su aspecto.
—No tienes que asustarte tanto… Hemos estado preguntando por ahí intentando ofrecer ayuda con los preparativos del festival de la escuela, pero nos rechazaron en todos los sitios a los que fuimos. Entonces, cuando nos preguntamos qué hacer, el Prezi nos trajo aquí — explicó Sandai mientras se rascaba la cabeza.
Y entonces Takasago respondió.
—¿El prezi… Shihouin-kun hizo eso…?
—Shihou… ¿Eh? qué apellido tan increíble tiene. Ese Prezi.
Sandai no pudo evitar mirar a un lado. No había esperado que el presidente de la clase tuviera un apellido que sonara tan cool y de clase alta.
—Tienes razón. Parece el de un niño rico.
Mientras Sandai y Shino hablaban en susurros, Takasago se acercó, aunque nerviosa, quizás un poco menos tensa después de haberlos visto así.
—U-Umm… eee… ¿así que viniste a ayudar… por orden de Shihouin-kun?
¿Orden? Oh, bueno, no sería bueno discutir la semántica. Pero, así es.
—Bueno, algo así.
—Muchas gracias. Entonces esto es repentino, pero me gustaría que vieras lo que he hecho. Creo que he estado avanzando bien.
Takasago inclinó la cabeza repetidamente, e inmediatamente trajo un plato de galletas, pero eran de un color bastante extraño.
Eran de siete colores.
—Umm… qué color más increíble, eh. Sandai tragó saliva al ver las galletas de un color que nunca había visto, y Shino cogió una y la miró fijamente.
—Es… es genial en cierto sentido… y también hay dulces así, pero… cómo decirlo, se siente diferente a esos…
Contrariamente a su forma de hablar, Shino era terriblemente sombría. Le gustaría defender el duro trabajo de Takasago, pero… se quedó sin palabras, por así decirlo.
Dicho esto, aunque se trata de galletas muy inquietantes, también es posible que la impresión y la realidad sean diferentes.
—Bueno, mira, es común que los dulces extranjeros sean coloridos… y esto podría estar en esa línea… ¿no?
—Eso es ciertamente posible, pero… esto es… n-no, sí, nunca lo sabrás a menos que lo pruebes, ¿no? — dijo Shino y se llevó la galleta a la boca.
En el siguiente momento…
Shino empezó a sudar de forma desesperante y tenía una cara perpleja, escupió la galleta y se desplomó inmediatamente.
Sandai se sobresaltó y se precipitó hacia ella.
—¡O-Oye!
—¡Lo siento! ¡Soy terrible cocinando y haciendo dulces! Puede que no supiera bien… y además no lo probé…
—Esto no está en el nivel de ser terrible, no ser bueno, o no probarlo…
Mientras miraba a Takasago con una mirada de horror en sus ojos, Sandai limpió la boca de Shino, que aún tenía algo de saliva, y le frotó la espalda.
Aunque Shino estuvo inconsciente durante algún tiempo, de alguna manera consiguió recuperar la conciencia con los fervientes y continuos cuidados de Sandai.
—Eeehh…
—…¿Te sientes bien? ¿Debemos ir a la enfermería?
—Está bien… Quiero decir, estas galletas son una locura.
—¿Locura?
—Si lo comes… lo sabrás.
Es cierto que experimentarlo sería más rápido, pero Sandai había visto a Shino escupirlo inmediatamente y desmayarse, así que, para ser sinceros, no quería hacerlo.
Sin embargo, también era cierto que no habría otra forma de entender realmente lo peligrosas que eran estas galletas.
Después de contemplar un poco, Sandai cogió la mano de Shino, asintió y le tendió la mano para que le diera una galleta.
—U-Umm… Creo que es mejor que no…
Takasago los miró con ansiedad y le hizo una advertencia, pero como no pensaba echarse atrás, Sandai se preparó y se lo metió en la boca, sólo para sentir un extraño estímulo.
Un dolor como si le hubieran clavado un alfiler o algo por el estilo le atravesó los senos nasales, lloró involuntariamente, y a continuación se le entumeció la lengua, y la parte posterior de sus oídos se calentaron de repente.
Veneno.
Inevitablemente un veneno.
Sandai se derrumbó mientras hacía burbujas.
—Pensé que iba a morir…
—¿Ya ves? Fue una locura. Parece que podría convertirse en un gran problema si se llega a servir esto.
—Más que podría, absolutamente lo hará.
Tras recuperar la conciencia, Sandai tomó prestados los hombros de Shino y se levantó mientras se tambaleaba, y Takasago bajó repetidamente la cabeza.
—Realmente no sé cómo debería disculparme por esto… O-Otras personas del grupo de cocina podrían hacerlo bien, pero yo soy la única que es así, por eso estoy practicando sola… y Shihouin-kun me animó a seguir intentándolo, pero… Shiouin-kun también colapsó y…
Al parecer, el presidente de la clase se había comido la galleta, y luego juzgó que esto no estaba al nivel en que la autoayuda pudiera hacer algo, y entonces les planteó esto.
El presidente de la clase había pedido ayuda a Shino, pero bueno, tiene buen ojo para la gente. Incluyendo la repostería, se le daba bien la cocina en general, y su personalidad tampoco era mala, así que sin duda estaría hecha para ayudar a la tímida Takasago.
La propia Shino pareció darse cuenta de su papel.
—¿Eh? Umm…
—Aunque no lo parezca, se me da bien la repostería, ¡así que seguro que te enseño!
—…¿Estás segura? Aunque sepas que todo lo que puedo hacer son dulces parecidos al veneno que te dejarán inconsciente si lo comes, ¿vas a enseñarme?
—El hecho de que se esté volviendo venenoso debe ser absolutamente debido a una serie de errores extraños, así que sólo tenemos que arreglarlos uno por uno, ¿no crees? Vas a estar bien.
—…Muchas gracias.
—Bien entonces, ahora intenta hacerlo de nuevo desde el principio.
—¡Sí!
Takasago se secó las lágrimas que le desbordaban, colocó una bolsa de harina de trigo sobre el escritorio… y luego sacó un pequeño tubo de su bolsillo.
Pensó que podría ser algún tipo de saborizante o condimento, pero al mirarlo más de cerca, el envase era diferente. Aquella cosa de aspecto extrañamente familiar era la pintura utilizada en las clases de arte.
Tuvo un mal presentimiento.
—…¿Qué es eso? — Shino preguntó con las mejillas crispadas-
—Es pintura, ¿sabes? Quiero decir, esto es necesario para añadir colores a los dulces. Sólo para que Takasago diera una sonrisa despreocupada como si eso fuera absolutamente normal.
Que Aterrador.
Por supuesto, Sandai, que estaba escuchando desde un lado, y también Shino, a quien se lo decían directamente en la cara, se quedaron sorprendidos con sus mejillas crispadas.
—No lo necesitas. No se usa algo como la pintura.
—¿Eh? Pero para añadir colores…
—Añadimos colores con algo diferente. Hay uno que se usa para los dulces.
—¿Enserio? Entonces voy a usar esto.
—Eso es… un líquido para inodoros.
—Es cierto, pero sería un desastre que algunos gérmenes se mezclaran y provocaran una intoxicación alimentaria, así que pensé que lo mejor sería utilizar algo con suficiente poder de esterilización para limpiar un inodoro.
—Es muy peligroso, así que no lo hagas.
—¿En…serio?
—Estará bien si te lavas bien las manos antes, y lo vas a hornear en primer lugar, así que ahí será totalmente seguro. …Por cierto, ¿qué pensabas añadir después de la pintura?
—Después de eso es… últimamente está haciendo más frío, así que pensé en usar algo como el contenido de un calentador de manos para que mantenga el cuerpo caliente. Así que los dividí en pequeñas bolsas como esta y las traje conmigo…
Takasago parecía tomárselo en serio a su manera, pero la ignorancia es una cosa cruel, que la hace ir en todas las direcciones equivocadas para lo que ella pensaba que sería lo correcto.
…Bueno, aunque tampoco puedo ir tan lejos en la burla a la gente.
Naturalmente, Sandai no era tan malo como Takasago, pero de todos modos era un aficionado y él mismo lo sabía perfectamente. Existía la posibilidad de terminar en algún lugar como Takasago si abría la boca.
Sandai animó a Shino en su mente y emigró sigilosamente hacia la esquina con una mirada indiferente. En un momento así, lo mejor sería observar en silencio.
A pesar de que le picó la mirada de Shino, que parecía querer decir algo, Sandai volteó la cabeza y fingió no haberla visto.
—Rayos…
Al parecer, comprendiendo que su novio no sería de ayuda, Shino dejó escapar un profundo suspiro y comenzó a enseñar a Takasago ella sola.
Sandai miraba por la ventana: el sol se hundía poco a poco, el cielo se volvía de color naranja intenso, las hojas muertas de los árboles plantados en los terrenos de la escuela bailaban con el viento.
Era la esencia misma de la tranquilidad.
—Ah, también el día de hoy ha llegado a su fin, mientras miro más allá de las nubes donde sopla la brisa del otoño.
—La conversación entre Shino y Takasago y el sonido de la confección de los dulces se escuchaba misteriosamente de forma vívida. Sin embargo, poco después, eso cesó.
—…Creo que hemos conseguido hacer uno decente. Oye Sandai, deja de parecer un poeta melancólico, ven aquí y dale una oportunidad a esto.
Habían hecho macarons de aspecto normal. Pero, aunque parecieran estar bien, sus instintos podrían rechazarlos, ya que el cuerpo de Sandai había recordado el sabor a sustancia tóxica de antes.
(NT: El macarón o macarrón es un tipo de galleta tradicional de la Gastronomía de Francia e Italia hecha de clara de huevo, almendra molida, azúcar glas y azúcar.)
Dicho esto… no podía huir de esta, pero se tranquilizó un poco al ver la expresión de Shino.
Sandai se resignó y se llevó un macaron a la boca. Y entonces se extendió un sabor de una dulzura moderada y justa.
—…Esto está bueno — dijo Sandai.
Con una sonrisa, Shino se encogió de hombros y se volvió para mirar a Takasago.
—¿Ves? Si sigues la receta, no habrá ningún problema.
—¡Si! Pensar que puedo hacer dulces que se puedan comer, ¡me emociona! ¡Es más, creo que debería empezar a cobrar dinero por ello…!
—Aunque creo que estás exagerando… En cualquier caso, no vayas a hacer alteraciones extrañas por pensar que puede ser mejor así o asá, ¿está bien?
—¡Sí!
Mientras ignoraba el intercambio de Shino y Takasago, Sandai miró el reloj para comprobar la hora.
Eran casi las seis.
Mirando a su alrededor, la escuela también se estaba quedando prácticamente sin gente.
Sobre todo, si se quedan atrás sin ninguna razón en particular, podrían ser regañados por el profesor de la patrulla.
—Ya está oscureciendo, así que vamos a casa.
—¿Ya es tan tarde…? Tienes razón, entonces vamos a casa. Takasago-chan, nos vemos luego.
Habiendo salido rápidamente del aula de cocina junto con Shino, Sandai miró casualmente hacia atrás, y entonces notó que Takasago bajaba la cabeza con las mejillas sonrojadas.
Al principio pensó que tal vez se sentía mal, pero no parecía ser el caso.
—…Hice lo que pude, así que me pregunto si Shihouin-kun me elogiará. …N-No, pero, pero, estoy segura de que debe haber otras chicas que piensan que él es genial. Es tan genial con su forma de dar siempre lo máximo, así que estoy segura de que no soy la única que se da cuenta de eso. — murmuró Takasago.
Parecía que Takasago albergaba algún tipo de sentimiento especial por el presidente de la clase, pero bueno, desde su punto de vista, no era un sentimiento imposible de entender. A pesar de que ella estaba haciendo dulces que podrían ser utilizados como veneno, el presidente de la clase la había animado a no abandonarla, e incluso le había enviado ayuda.
Esa amabilidad, desde el punto de vista de una chica como Takasago, sería vista como un gran encanto que podría compensar el defecto de una personalidad estrafalaria.
Y entonces, al percibir tan agridulce atmósfera de amor, Sandai cayó al mismo tiempo en un indescriptible y extraño sentimiento.
Tal vez, incluso podría decirse que se vio afectado por ello.
—¿Hmm? Sandai, ¿qué pasa?
—Bueno… es como si, de alguna manera, quisiera besarte ahora, Shino.
Al escuchar a Sandai expresar honestamente su sentimiento actual, Shino sonrió y se detuvo.
—Ya veo, así que quieres, eh. Entonces claro, aquí tienes — dijo, cruzó las manos en su espalda y cerró los ojos.
La linda novia de la que estaba orgulloso aparentemente aceptaría, su deseo, así que a Sandai le encantaría pasar a la acción, inmediatamente en este mismo instante, pero tendría que hacer algo primero.
Comprobando el perímetro.
Aunque había pocas señales de gente, esto era todavía en la escuela.
Todo el mundo ya sabía que estaban saliendo, pero, igual a él le ponía nervioso besarse en la escuela.
Almorzar juntos y estar pegados como si fuera pegamento no sería más que expresar “intimidad”, por lo que seguiría entrando en la categoría de relación sana.
Sin embargo, besar no es un acto que desprenda la sensación de “intimidad”, sino la de una relación “madura”.
Algo como un beso era algo que hacían regularmente y no era más que una confirmación de amor, y en primer lugar, es algo que hacen casi todos los adultos.
Dicho esto, ni Sandai ni Shino eran adultos y, al mismo tiempo, tampoco eran niños; en un lugar llamado escuela era donde uno se enfrentaba a esa realidad.
De ninguna manera, sólo hay gente que apoya la forma en que los que tienen el título inmaduro de estudiante se dedican al romance. En otras palabras, ni siquiera podría adivinar lo que pasaría si alguien con una moral pública muy estricta los presenciara en una escena de besos.
Si era en su casa o fuera de ella, no importaría pues era su intimidad. Sin embargo, no podrían inventar una excusa si los vieran en la escuela.
Sandai comprobó sin descanso los alrededores. No se veía ninguna figura llamativa de una persona más que Takasago a poca distancia. Dicho esto, Takasago se dirigía hacia la entrada con paso inseguro sin siquiera mirar hacia aquí; tampoco parecía que fuera a darse la vuelta.
Sandai se dio unas palmaditas en el pecho en señal de alivio y apretó los labios contra los de Shino en el pasillo iluminado por las parpadeantes luces fluorescentes.
—…Hm.
—…Hmm.
La cara de Sandai se calentó espontáneamente por la tensión que mantenía y por la extraña sensación de placer culpable que llegaba un poco tarde.
Fue entonces…
Sandai oyó el sonido de unos pasos que se acercaban repentinamente desde algún lugar y se sobresaltó.
Alguien venía.
Shino no parecía haberlo oído, pero dado que era más o menos el momento en que la respiración se volvía difícil, Shino retiró sus labios, aunque lentamente, lo que fue una bendición.
—Tu corazón… late muy fuerte, Sandai. Aunque nos hemos besado innumerables veces… pero entiendo los sentimientos. Porque cuando nos besamos, en realidad mi corazón siempre late también, y en el fondo mi cuerpo se calienta tanto que siento que podría romperse.
Aunque Sandai estaba rebosante de alegría por lo guapa que era su novia, ahora mismo no era el momento de decir tal cosa.
El beso había terminado por ahora, así que agarró los hombros de Shino para salir de ese lugar. La expresión de Sandai era de nerviosismo; estaba así de serio.
Pero el tiro le salió por la culata y dio a Shino un extraño malentendido.
—¿Y ahora qué~? ¿Quieres hacerlo de nuevo? …Claro — dijo Shino con un tono excitado y chillón, y luego, sin esperar siquiera las siguientes palabras de Sandai, le rodeó el cuello con las manos y rápidamente lo acercó y lo volvió a besar.
…es inútil. Estamos jodidos.
Sandai se sintió feliz al sentir sus suaves labios aplicados con un bálsamo labial de su fragancia favorita, pero al mismo tiempo se llenó de desesperación ante lo que iba a ocurrir.
Sin embargo, se produjo un golpe de suerte como dicen. La que apareció, la dueña de los pasos, fue su profesora de aula, Nakaoka.
—…Hrmm.
Sosteniendo una linterna con una placa de “Patrulla” colgada al cuello, Nakaoka los miraba fijamente mientras se besaban.
Tal vez por su tolerancia hacia la juventud de los estudiantes… más bien, tal vez también porque Nakaoka era la que había incitado a Sandai desde el principio, parecía haber leído perfectamente el estado de ánimo en su lugar, sin siquiera enfadarse ni sorprenderse.
Se retiró sin hacer ruido y desapareció en silencio.
Eso estuvo cerca… gracias a Dios.
De alguna manera se las arreglaron para salir adelante, pero esta vez fue sólo suerte. Si hubiera sido un profesor que no fuera Nakaoka, sin duda habría tenido problemas. Debería tener cuidado a partir de ahora.
—¿…?
Shino finalmente se dio cuenta de que Sandai tenía una expresión de alivio en su rostro, pero ella inclinó el cuello con cara de desconcierto.
Aunque había habido sucesos espeluznantes de colapso por culpa de dulces envenenados y de haber sido vistos besándose, de todas formas se las habían arreglado para participar en el festival de la escuela..
Cuando Sandai informó del asunto al presidente de la clase al día siguiente.
—Muy bien — el presidente de la clase asintió satisfecho.
Y entonces, aparentemente, pudieron dar una pequeña ayuda entre bastidores el día del evento.
—Dile a Yuizaki-kun que aprecio sus esfuerzos.
—Está justo ahí, ya que estamos todos en la misma clase, así que ve a decírselo tú mismo.
—Eeh. Podría hacerlo, pero es que no puedo tratar con Yuizaki-kun, verás… Desde que me dieron la patada, la verdad es que le tengo algo de miedo.
Al parecer, el presidente de la clase empezaba a sentirse incapaz de manejar a Shino.
Esa patada estaba alimentada por sus celos, además de la circunstancia de que no se le daban bien los hombres, y de ahí que Shino le hubiera recordado a el presidente de la clase que se mantuviera alejado de Sandai.
Y sin embargo, cuando se trataba de crear una situación como ésta ahora, podía decir al mirar la cara de Shino mientras estaba sentada en su propio asiento, que empezaba a ser increíblemente aterrador.
Como parecía que la cosa se iba a poner fea, Sandai decidió dejar la conversación en ese momento.
—Prezi… hasta luego.
—S-Sí.
De vuelta a Shino, Sandai pasó junto a Takasago. Miró hacia atrás por reflejo, y la vio hablando con el presidente.
—Shihouin-kun, umm, ¡ahora puedo hacer dulces desde que me enseñó Yuizaki-san! También intenté hacerlo después de llegar a casa ayer, y aquí está, pero ¿te gustaría probarlos…? ¡Está bien! ¡Ya no saben raro!
—…Parece que los colores son normales ahora. El sabor parece que estará bien también. Todo bien. …¡Oooh! ¡Estos saben tan normales! ¡Ya no son venenosos!
—Venenosos… Así que realmente pensabas así, Shihouin-kun.
—¿Eh? ¡No, te equivocas! Quise decir que ahora carece de originalidad, ¡y me faltaron las palabras! ¡Es la originalidad la que carece de defectos! Yo, de entre todos… Es una grosería por mi parte, mis disculpas.
Aquello sonaba realmente como una excusa forzada, pero Takasago no parecía particularmente infeliz por ello; daba la sensación de “es divertido poder charlar con quien me gusta”.
—Hablando de eso… Habrá exámenes de fin de curso cuando termine el festival de la escuela, y yo te estaré animando, así que por favor, ¡hazlo lo mejor posible, Shihouin-kun!
—Sí. Mi objetivo es el primer lugar. …Sin embargo, hay una cosa extraña. Por lo general, pongo toda mi energía en el estudio y tomó clases extras en una academia de preparación. Por eso puedo obtener una puntuación alta, pero ni siquiera una vez he podido conseguir el primer puesto. Siempre el segundo. …Tengo curiosidad por saber quién está en primer lugar, pero en nombre de la protección de la información personal o lo que sea, nuestros rangos sólo se dirán a cada uno de nosotros. …Tengo la intención de tomar el primer lugar la próxima vez con seguridad.
—¡Sí! ¡Celebraré si consigues el primer puesto!
—N-No, realmente no tienes que hacerlo… deberías pensar en ti,, Takasago…
Sin saber en absoluto que el presidente de la clase aspiraba al primer puesto, Sandai, que había mantenido en secreto su primer puesto, se rascó distraídamente la cabeza.
Pensar que sus propias calificaciones jugarían un papel en el desarrollo de una relación era extraño.
Creo que voy a relajarme un poco en el próximo examen de fin de curso, empezó a pensar Sandai. No es que se fijará en el primer lugar, pero simplemente se había encontrado siempre en ese puesto por haber estado estudiando durante su periodo de soledad de larga duración antes de conocer a Shino.
No tiene apego emocional ni obsesión por las clasificaciones.
Me pregunto cuántos puntos debería bajar. Bueno, si el Prezi es el segundo lugar, creo que el margen es escaso, pero… cinco puntos… nah, supongo que puedo bajar diez puntos para tener un margen seguro.
Mientras Sandai pensaba sobre ello, Shino le pinchó el hombro con su dedo.
—¿Hmm? ¿Qué pasa?
—Sólo pensé que estabas poniendo una cara seria por alguna razón.
—Ah, bueno, me he quedado pensando en el examen de fin de curso.
—¿Examen de fin de curso?
Shino de repente se puso serio.
—¿Qué pasa con esa cara?
—Estoy bien. Un examen no es gran cosa. De todas formas, me las he arreglado hasta ahora. Shino estaba poniendo una cara de que estaba ante un gran reto. Como Sandai no podía simplemente fingir que no lo veía, decidió simplemente enviar una ayuda indirecta.
—Bueno, ya sabes, no quiero presumir, pero soy de los que se les da bien estudiar. Puedes contar conmigo, si quieres.
Shino hizo un mohín y bajó la cabeza.
—…Gracias.
—No te entiendo… Aparte de eso, el prezi dijo que apreciaba tu esfuerzo.
—No quiero hablar de él.
—Ya veo…