La gal que se sienta atrás se enamoró de mí - Capítulo 2
12 DE SEPTIEMBRE – 5 DE OCTUBRE
Podemos decir que la relación progresó
Shino cumplió la promesa con Sandai, mantuvo una distancia casi similar a la de antes de su encuentro y no se acerca a él en absoluto en la escuela.
Sin embargo, los rumores siguieron volando, pero a la hora de la salida hubo algunos que empezaron a calmarse
—Tal vez fue sólo una coincidencia que estuvieran juntos esta mañana.
—Si, quizás sólo fue malentendido…
Todo iba en buena dirección.
Sandai terminó de hacer las maletas para irse a casa, pasó al lado de Shino con la mirada perdida y salió del aula mientras bostezaba.
Y luego fue llamado por una maestra.
Nakaoka Kayoko, la profesora de la clase de Sandai, y también profesora de química. Este año debe tener unos treinta años o… algo por ahí.
—¡Oye Fujiwara! ¡Ven aquí!
—…¿Qué pasa?
—Hay algo con lo que quiero un poco de ayuda.
—¿Ayuda?
Sandai confía en su propia capacidad de sigilo, derivada de la soledad, y está un poco sorprendido, ya que nunca se le habían pedido algo desde la inscripción.
Bueno, últimamente se había vuelto un poco llamativo debido a su relación con Shino, así que no sería extraño que su habilidad de sigilo se volviera inútil.
—Eres de los que se van a casa, ¿cierto? Sólo pensé que pareces tener tiempo de sobra. De todos modos, sólo ayúdame.
—Pero no es que no tenga ninguna cosa que… Es decir, estudio y demás.
—…Hablando de eso, fuiste el primero en todo el año escolar. Dicho esto, no parece que estuvieras desesperado por defender tu rango. No tienes mucho margen de maniobra en tu progreso de estudio
—De momento, como mínimo puedo sacar un 80% en la prueba de acceso a la Universidad Nacional si la hago ahora…
—Eso es superior a la habilidad de un estudiante de preparatoria de alto rango, si puedes conseguir tanto ahora en tu segundo año, es raro que hayas elegido un lugar tan mediocre para estudiar.
—Este lugar es el más cercano a mi apartamento, así que me decidí por este. No es necesario que sea una buena escuela. Supongo que también tenía la opción de una preparatoria de alto rango, si quisiera estudiar mucho y tener una competencia interminable en el mismo espacio con gente que es tan buena o mejor que yo en el estudio, pero no es que esté buscando algo así, así que…
—Así que tomaste una decisión racional que te sentó bien, eh… Bueno, aunque no me importa cuál es tu criterio personal.
—Enserio… ¿Entonces por qué lo mencionas?
—Estudiar demasiado tampoco es bueno para el cuerpo. Quería tener una charla sobre algo así. Venga, vamos.
—Eh, espe-.
Agarrado por el cuello de su uniforme escolar, Sandai fue arrastrado. Aunque intentó escapar, la fuerza de Nakaoka era inesperadamente mayor, por lo que no fue capaz de liberarse de ella.
El lugar al que llegaron era la sala de referencia de historia. Había varias cosas como documentos y cosas colocadas de manera muy desorganizada. Según lo que escuchó, parecía que ella quería que él trabajara junto a ella organizando este lugar.
—…Me habría llevado hasta el atardecer si estuviera sola, después de todo. Eres un salvavidas.
A Sandai le encantaría acabar con esto rápidamente e irse a casa, así que empezó a organizarse con naturalidad, sin ni siquiera devolver una respuesta.
—Por cierto Fujiwara, últimamente… pareces estar volviéndote cercano a Yuizaki, eh.
Fue culpa de Nakaoka por decir una cosa rara que sus manos dejaron de moverse.
—En realidad es un tema candente entre el profesorado. Incluso hoy hubo un profesor que lo mencionó en una pequeña charla.
—Cómo decirlo… bueno, nuestros asientos están juntos después de todo. Dejando eso de lado, vamos a organizar este lugar rápidamente.
Sandai la evadió y trató de que olvide el tema.
Sin embargo, Nakaoka no se dejó intimidar.
—No seas tan frío. Sólo pensé que era inusual que Yuizaki se involucrará con un hombre, ya ves. Puede que no lo sepas por ser un solitario, pero Yuizaki evita a los hombres, y a veces actúa con hostilidad hacia ellos. Los estudiantes masculinos son, por supuesto, objeto de esto, y los profesores también. …Esto es como si ella siente que es vista como una mujer incluso antes de que le dirijan la palabra. Parece no importarle mucho la mirada de los demás, pero al mismo tiempo es una chica terriblemente sensible hacia el sexo opuesto.
—…
—Bueno, como soy igual de bonita, no es que no lo entienda, sin embargo. Estoy seguro de que hubo momentos en los que llegó a sentir muchas cosas desagradables. Es una especie de autodefensa.
Nakaoka parecía querer hablar de Shino desde el principio; era una forma de empezar una charla. La “ayuda” era sólo una excusa.
—Sin embargo, la mitad de las personas en el mundo son hombres, y eso es un hecho inalterable a pesar de todos los esfuerzos realizados. El período de gracia para que los estudiantes de preparatoria se conviertan en adultos no es tan largo, y legalmente se convertirán en adultos mientras sigan estudiando. Bueno, seguirás siendo tratado como un niño mientras seas estudiante, y a partir de ahí, el período de gracia se extenderá si vas a la universidad, pero… vas a salir a la sociedad tarde o temprano. Con el tiempo, te encontrarás con situaciones en las que no podrás ser egoísta y evitar a los hombres porque no eres buena con ellos. Es ahora cuando se te perdona, se te preocupa y se te tiene en cuenta por no ser buena con algo.
—Eso es… bueno… supongo que como tú dices.
—Así es. Si tuviera que decirlo brevemente y de forma concluyente, así es como te lo diría: sal con Yuizaki — dijo Nakaoka de forma escandalosa, pero con una mirada indiferente.
Sandai abrió mucho los ojos, sorprendido.
—Qué…
—¿Qué pasa con esa cara de muerto? Que conste que no lo sugiero sólo por diversión, sino también por una buena razón.
—Ense… ¿Razón?
—Porque ayudará a superar la sensación de Yuizaki de “no soy buena con los hombres”. Si llega a conocer a uno, no tendrá que temerle inútilmente. Incluso si no llega a salir con nadie en el futuro, debido al proceso para llegar a ese resultado, sería bueno que ella fuera capaz de acostumbrarse a los hombres, aunque sea un poco. ¿O qué, estás tratando de decirle a esa linda Yuizaki que debe seguir sufriendo por no ser buena y no entender el sentido de la distancia con los hombres? ¿Es eso lo que estás pensando?
—Es tan repentino, no sé cómo debería…
—Y también es por tu bien.
—¿Por mi bien…?
—Porque siempre estás solo y poniendo una cara que dice que la escuela no es divertida. Es claramente visible desde el podio de los profesores. Si pasas a la acción, creas algunas reacciones químicas en tu vida y conviertes esa juventud aburrida en una de color brillante, seguramente la escuela también se volverá un poco mejor.
La expresión de Nakaoka era suave y gentil; esa era la cara de una maestra que piensa en su alumno. Incluso Sandai comprendió que la sugerencia había salido de su cabeza, y que, independientemente de cómo resultará, era muy probable que se convirtiera en un buen resultado para ambos.
Aunque, ciertamente, no era una sugerencia a la que pudiera asentir sin pensar.
—Entiendo lo que intenta decir, Sensei. Pero… también están los sentimientos de Yuizaki, y además, tampoco he pensado nunca en querer tener una relación así.
—¿Odias a Yuizaki?
—No la odio, pero…
—Entonces eso significa que te gusta. No hay ningún problema.
—Si no lo odias, entonces debe gustarte… ¿No es esa lógica un poco extraña?
—Qué problemático eres… ¿No tienes asertividad? ¿Eh? Ten las agallas para hacer que ella te devuelva la mirada. Demuestra el suficiente deseo para ponerla de buen humor y arrasar con ella. ¡Sé un lobo! ¡Rawr! ¡Rawr rawr!
—…¿En serio estás diciendo eso?
—Lo digo en serio.
—Creo que no es bueno que una persona se imponga a alguien, y además creo que normalmente sólo te odiarían.
—Eso cambiará dependiendo de la simpatía previa. La comprensión es importante, es la clave aquí. No hay que tratar de entender el complejo corazón de la mujer con la lógica, sino captarlo con la intuición.
Shino no parecía tener ese tipo de personalidad problemática, pero dejando de lado todo eso, era algo Sandai no podía captar en absoluto.
—Creo que usar mi intuición es algo casi imposible para mí… Bueno, en realidad no importa, pero por mucho que intentes convencerme, no tengo voluntad para ello. Incluso si Yuizaki se ha acercado un poco a mí, creo que está pensando realmente en tener algo conmigo También sé que Yuizaki no es bueno con los hombres. Así que…
—Para Yuizaki, tú quizás… el primer hombre con el que ella no se siente incómoda, ¿sabes? O tal vez… está esperando que te acerques a ella. No, también es posible que esté pensando en hacer un movimiento por su parte.
En el rostro de Nakaoka se dibujó una ligera sonrisa. Además de preocuparse por sus alumnos como profesora, era evidente que trataba de divertirse burlándose de un joven con problemas.
—Tal vez esto, tal vez lo otro… En primer lugar, hace poco que Yuizaki y yo entramos en contacto, y la razón y el tiempo para llegar a gustarnos puede…
Sandai frunció el ceño y Nakaoka se encogió de hombros de forma poco natural.
—El enamoramiento no tiene nada que ver con la razón y el tiempo. Los vírgenes se apresuran a buscar eso en el amor, pero es una mala costumbre. ¿Te alegraría que te digan: “En realidad, me gustas desde hace mucho tiempo”? Aunque “no me has gustado lo suficiente como para pasar a la acción de inmediato” sólo equiesta bien a que te mantengan como un Sr. Respaldo. Si los eventos pasados fueron hábilmente decorados, te engañarán para que pienses: “Ya veo, así que desde aquella vez…” y esas cosas.
—¿No es una visión demasiado sospechosa?
—No, no lo es. Además, es terrible decir que te gusta alguien porque tienes una razón. Los seres humanos son criaturas multifacéticas; sólo si amas de verdad a alguien, sólo si amas sus muchas caras, te resultará fácil entender la razón por la que te gusta. Un “me gusta” con una razón clara es demasiado ligero si me preguntas; solo tiene un significado.
Lo que Nakaoka estaba diciendo estaba sin duda fuera del típico sentido común. Sin embargo, era extraño que sonara extrañamente persuasivo cuando se afirmaba de esta manera.
Era el atardecer cuando Sandai se liberó de la interminable conversación con Nakaoka.
Habiéndose cansado de que Sandai adoptará continuamente una actitud indecisa, Nakaoka se plegó y, con un suspiro, dijo.
—Bueno, piénsatelo.
Completamente agotado mentalmente, Sandai regresó a su casa, entró rápidamente a su habitación y se dejó caer en la cama después.
—Sólo quiero dormir…
Le urgía ese impulso. Aunque, tendría que hacer algo antes de eso; por la mañana, había prometido contactar con Shino más tarde.
Se levantó lentamente y se fue rápidamente a su celular. Primero añadió el ID de Shino, y luego intentó enviarle un mensaje… y sus manos se detuvieron.
Las diversas cosas que Nakaoka le había dicho parpadeaban en su mente. De alguna manera, sintió que su yo actual se enfrentaba a una importante encrucijada, haciendo que sus dedos dejaran de moverse.
El tiempo pasó rápido mientras que Sandai permaneció congelado, y ya eran las nueve cuando se dio cuenta.
—…No debo pensar en cosas innecesarias. Debo olvidar por completo las palabras de Sensei. Tratar de enviar un mensaje será más y más difícil cuanto más lo piense.
Sandai vació forzosamente su cabeza. Y entonces, aunque lentamente, sus dedos comenzaron a moverse.
—Y… listo.
Sandai decidió enviar el mensaje sólo con su nombre, ya que con que supiera que el remitente era él estaría bien por el momento.
Sandai pulsó el botón de envío y una extraña sensación de logro y fatiga le golpeó al mismo tiempo.
Trató de buscar algo para beber para tomarse un respiro, pero se vio sorprendido por el timbre de su teléfono.
Lo comprobó nerviosamente, y era de Shino.
(He estado esperando~.)
—Aunque no ha pasado ni un minuto desde que envié el mensaje…
Sin esperar una respuesta tan rápida, Sandai tragó saliva mientras el sudor rezumaba por su frente.
—…Tengo que responderle, ¿no?
Sandai se puso a pensar qué responder, pero antes de que pudiera enviar algo, los mensajes siguieron apareciendo.
(Gracias por mantener la promesa.)
(Estaba muy nerviosa, preguntándome cuándo tendría noticias tuyas.)
(Por cierto, es curioso que sólo sea tu nombre. Seguro que tienes humor.)
Ante la supervelocidad de los mensajes, Sandai pensó que podría ser más fácil fingir que no lo había visto y enviar más tarde un mensaje de “lo siento, recién leo lo que escribiste”, pero una función de la app de mensajería puso fin a eso.
Esta aplicación mostraría “Leído”, indicando a la otra parte que lo ha visto. No dejar ninguna respuesta equivaldría a ignorarla. No podía usar la excusa de que no lo había visto.
—Qué hago… Supongo que empezaré por decirle que no estoy acostumbrado a una aplicación como ésta.
Resultado de la reflexión: Sandai decidió ser honesto y contarle su situación actual por el momento. La honestidad sería lo mejor en un momento así. Probablemente.
—Errr…
(Mi error, no tengo amigos así que esta es la primera vez que me pongo en contacto con alguien. Creo que mis respuestas van a ser lentas, o podría haber alguna confusión, así que me disculpo desde ahora.)
> ¿Impossible? ¡Okey!
¿”Imposible” y “Okey”? ¿Qué es esto? Los jóvenes usan palabras en inglés para comunicarse.
A Sandai le gustaría ignorar las palabras que no tenía ni idea del trasfondo con el que eran usadas, pero seguir sin saber nada dificultaría el entendimiento, así que inevitablemente preguntó el significado.
Y entonces…
(¿Por qué usan palabras en inglés?)
—Ah, ya veo. Ni ella lo entiende, pero es muy común.
Este intercambio de mensajes con Shino continuó durante bastante tiempo.
Shino empezaba a ralentizar su ritmo, dejando a Sandai un poco de espacio para respirar, y la conversación empezaba a ir bastante bien.
En medio de esa charla casual, Shino mencionó de repente que le gustaría ir a casa de Sandai el próximo domingo.
(¿Puedo ir a tu casa el próximo domingo? Estoy preparando dulces en el trabajo, y quiero practicar. Hagámoslo juntos.)
Sandai se preguntó si su inexperiencia en la confitería podría ser de ayuda en la práctica. Lo consultó con Shino por si acaso, y ella le respondió.
(Está bien.)
Si el que lo proponía lo decía, seguramente estaría bien. En cuanto a dejarla entrar en su casa, él no sentía ninguna reticencia puesto que ya la había tenido en dos ocasiones.
Como empezaba a hacerse tarde, la charla termina enviándose mutuamente.
(Buenas noches.)
—…¿Qué hora es? Ya es la hora del anime, eh. Miró el reloj, y vio que faltaban cinco minutos para que empezara.
Sandai tenía sueño, pero no mirar no era una opción, así que se durmió apenas acabo.
Durante el tiempo que faltaba para el domingo siguiente, se pasaban el día fingiendo indiferencia el uno por el otro en la escuela, pero intercambiando mensajes tontos en casa por la noche.
La atención de los otros estudiantes comenzó a disminuir significativamente. Incluso Nakaoka, que le había molestado una y otra vez; quizás adoptando un enfoque de esperar y ver, no trató de entrometerse, aunque sí de lanzar una mirada de sospecha.
Mientras tanto, llegó el domingo. Sandai se puso la ropa de calle, se dirigió a la estación y se sentó en el banco del andén, esperando la llegada de Shino.
Ella se bajó del tren que llegó poco después.
Sandai agitó la mano. Shino se dio cuenta y fue corriendo hacia él en un pequeño trote.
—¿Me esperaste mucho?
—Acabo de llegar.
—Gracias a Dios~.
Shino, naturalmente, llevaba ropa sencilla, ya que era un día libre, y se puso un conjunto informal de pantalones cortos, una camisa blanca con lunares y unas sandalias con motivos florales. También llevaba una cesta más o menos grande cuyo interior desconocía.
Aunque ya estaba entrando en el último tercio de septiembre, todavía había muchos días con altas temperaturas. Y hoy era uno de esos días, por lo que Shino parecía estar vestida con ropa de verano
Como Sandai sólo había visto a Shino con el uniforme de la escuela, la ropa sencilla desprendía cierta sensación de frescura.
—…¿Nos vamos? preguntó Sandai y se levantó del banco.
—Espera un momento. Umm… Va a ser muy repentino y lo siento, pero…
Shino se estaba rascando la mejilla con una mirada de disculpa, y entonces una niña pequeña salió repentina y tímidamente de detrás de ella.
Sandai ladeó la cabeza ante la aparición de la misteriosa chica.
—Umm… Cuando me fui de casa, de repente dijo que vendría conmigo.
—Eh… ¿Te acompaño cuando te fuiste de casa? No me digas, Yuizaki… ¿ya has sido… madre?
—¡Te equivocas! Shino agitó las manos y negó con pánico.
—¿Quién tiene un hijo tan grande a mi edad? Quiero decir que soy virgen, ¿cómo podría tener un n-no, olvida lo que acabo de decir.
Aparentemente no era su hija, pero si se piensa un poco, Shino todavía era una estudiante de preparatoria y además no era buena con los hombres; no había manera de que tuviera un hijo.
He cometido un malentendido que puede resolverse fácilmente si lo pienso con calma, reflexionó Sandai mientras se rascaba la mejilla.
—Err, creo que lo he mencionado antes, pero tengo una hermana pequeña. Y es ella. Sabía que debería habértelo hecho saber cuándo estaba en el tren, pero… es difícil explicarlo.
En efecto, Shino había dicho antes que tenía una hermana pequeña. Sandai también lo recordaba.
—Vamos, saluda a Onii-chan.
—…Encantada de conocerte. Soy Miki.
La hermana pequeña de Shino, Miki, se parecía mucho a ella, como era de esperarse de las hermanas.
La única diferencia que podría distinguirse a primera vista, aparte del color del pelo teñido de la mayor, sería tal vez alrededor de los ojos.
Ambas tenían un doble párpado, pero se podía ver que el ojo de Miki era un poco caído.
—Encantado de conocerte, Miki-chan.
—O-Okey…
Miki cerró los ojos con fuerza y bajó la mirada; no estaba asustada, pero parecía avergonzada.
—Lo siento mucho, Fujiwara…
—No tienes que disculparte.
—No quería que nos molestara, así que le dije que se portara bien y jugará con mamá y papá en casa, pero….
—No creo que sea ningún problema, así que está bien, de verdad… Es sólo que tal vez, Miki-chan, ¿podría ser que quieres mucho a tu Onee-chan y por eso querías estar con ella?
Sandai se agachó y sonrió, sólo para que la pequeña le devolviera la sonrisa y diera un pequeño asentimiento.
—Sí. Miki quiere a Onee-chan.
Una chica inocente acorde con su aparente edad; así le pareció a Sandai. Sin embargo, Shino estaba haciendo una expresión indescriptible mientras observaba todo desde un lado.
—¿Qué pasa, Yuizaki? ¿Y esa cara?
—…Te lo haré saber con antelación, pero ella es una chica que cambia completamente en cuanto se lleva bien con alguien. Se le da bien hacerse la inocente, así que intenta no dejarte engañar— dijo Shino, sólo para que Miki apartara la mirada.
—Onee-chan, ¿todavía estás enfadada por lo de ayer…?
—Obviamente.
—No te enfades así… Es porque Miki pensó que un pequeño melón podría caber en tu sujetador, Onee-chan… y entonces pues cabía…
—¡Aún así, no deberías estar corriendo con él! La correa y el gancho se han roto, ¿sabes?
—Pues el inesperado tamaño de tus tetas tiene la culpa, sabes…
—No, eso no es.
—Qué cuerpo tan pervertido…
—…¿Dónde aprendiste esas palabras?
—En la televisión.
—No deberías ver ese tipo de cosas.
Estaban hablando de algo extraño, como jugar con un sujetador o algo así. Miki parecía ser una chica bien educada, pero en realidad era como había dicho Shino; parecía que sólo se hacía la inocente, y su verdadero carácter era bastante libre y salvaje.
Sandai sabía que era algo que no debía escuchar con tanta atención, así que se tapó los oídos con las manos.
—¿Hmm? Eh, ese Onii-chan se tapó los oídos. Oh, bueno, está bien. Oye, Onee-chan, ¿tienes un minuto?
—¿Qué?
—Estabas hablando de ir a casa de una amiga, pero él no es una chica.
—…nunca he dicho nada de que sea la casa de una amiga.
—¿Es mejor no decírselo a papá y a mamá? Tú también se lo ocultabas a Miki, así que eso significa que tampoco se lo has dicho a ellos, ¿no?
—Estoy pensando en decírselo uno de estos días, pero todavía no tenemos ese tipo de relación, también… umm… espero que no se los digas.
—¿Ese tipo de relación? ¿Aún? Hmm… Jeje… Miki no lo entiende, pero si tú quieres, entonces Miki se quedará callada. Pero a cambio, besate con Onii-chan delante de Miki, ¿está bien?
—¿Eh?
—Miki vio un beso apasionado en un drama, y entonces, Miki tuvo curiosidad de cómo sería en la vida real y quiere verlo. Por eso, Miki se quedará callada si te besas con él. No es que odies a esa Onii-chan, ¿cierto? Es la primera vez que Miki te ve interactuar con un hombre que no sea papá, Onee-chan. Se puede decir que te gusta, ¿no?
—Ahora que lo dices… me gusta… o eso creo.
—¿Crees? ¿Qué pasa? Miki se lo dirá a papá y a mamá.
—…me gusta, probablemente.
—¿Probablemente?
—Me gusta. ¡Me gusta! ¿Está bien ahora?
—Así que sí te gusta. Miki escucha que el impulso es importante en estas cosas, así que vamos a tomar la decisión hoy.
—…
Su discusión parecía haber cesado, así que Sandai dejó caer las manos que cubrían sus oídos.
No sabía de qué habían estado hablando, pero Miki sonreía, mientras Shino jugueteaba con su flequillo con la cara roja hasta las orejas.
¿Por qué se sonrojó Yuizaki? Ah, ya veo. El enfado ya ha desaparecido, pero la vergüenza sigue ahí, ¿no? Sandai hizo una suposición. Y entonces se juró que trataría de no decir una palabra que se asociará con eso si era posible.
Sería una historia diferente si Sandai tuviera la afición de hacer que la gente se sienta incómoda, pero no tiene ese fetiche retorcido.
Ahora, habiendo comprendido lo que hay que tener en cuenta en una conversación, Sandai se dirigió a su apartamento con ellas, ya que no podían quedarse parados para siempre.
No estaba tan lejos de la estación, así que llegaron allí después de unos minutos de caminata
—…Onee-chan, Onee-chan.
—¿Qué pasa?
—Es emocionante, ¿no? No se puede ver edificios tan grandes por donde nosotras vivimos.
—Más que un edificio de varios pisos, es un apartamento.
Al pasar por la entrada, Miki empezó a mirar con cautela a su alrededor. Parecía despertar su interés, ya que aparentemente no había ningún apartamento de este tipo cerca de la casa de Yuizaki.
La casa de ella estaba a una hora de tren; Sandai recordaba haber oído hablar de ella. Más lejos de los suburbios en cuanto a distancia… eso ya sería un poco rural.
En muchos sentidos, parecía una experiencia nueva para Miki, que aún era muy joven y probablemente también tenía pocas oportunidades de salir a la zona urbana.
—…No deberías mirar tanto a tu alrededor, Miki. No es como cerca de nuestra casa. No me meteré si alguien se enfada contigo,
—¿Quién se va a enfadar? Por ahora, Onii-chan no parece molesto, ¿sabes? Entonces eso significa que sólo un poco está bien, ¿no?
La deducción de Miki no era errónea; a Sandai no le molestaba el comportamiento de Miki porque en este apartamento había un acuerdo tácito de no intervención mutua entre los residentes.
Nadie frunciría el ceño sólo porque un niño muy pequeño fuera incapaz de calmarse.
Sin embargo, antes de que Sandai pudiera defender las palabras y acciones de Miki.
—Pero, aun así — Shino le dio un golpecito en la frente a Miki.
—Oye… ¿Qué estás haciendo, Onee-chan?
—Aunque nadie se preocupe o se enfade, no significa que los malos modales estén bien.
—Al contrario de lo que parece, por dentro eres muy recta, eh, Onee-chan… haahh… Quizá esos besitos sean imposibles.
—Besitos es… bueno…
Sandai no estaba muy seguro de lo que Shino y Miki estaban hablando, pero, de todos modos, aunque tarde, le dijo a Shino por qué no le molestaba el comportamiento de Miki.
Aunque, a pesar de escuchar lo que dijo, Shino negó con la cabeza, sin ceder.
—Aunque a nadie le importe, los malos modales no son buenos — dijo Shino.
Tanto en lo que respecta a la moral como a la educación de los niños, Shino tenía razón. Sandai guardó silencio, ya que no podía contraargumentar y consideraba que oponer una resistencia mezquina podría causar una discordia innecesaria.
Al entrar en su casa y dirigirse a la cocina, Shino comenzó a sacar varios utensilios de cocina de la cesta de mimbre que había traído mientras tarareaba una melodía.
—Ooh… Así que estos son utensilios para hacer repostería. Utilizas varias cosas
—Bueno, sí. Ahora todo lo que necesitamos es un horno.
—¿Horno? Probablemente no hay ninguno aquí.
—Lo hay.
—¿Cómo puedes saberlo?
—Hice el desayuno aquí la última vez, ¿te acuerdas? Encontré el horno entonces, así que sé que hay uno. Es éste.
Shino golpeó una caja en la esquina de la cocina.
Si Sandai no se equivocaba, esa caja siempre había estado allí, según su memoria.
No estaba seguro desde cuándo, y sólo había sido consciente de que era una caja que no conocía realmente y que se parecía a un microondas, pero de alguna manera diferente, sin embargo…
—Así que eso era un horno, eh…
—¿Eh? No sabías… espera, ahora que lo pienso no cocinas y demás, ¿no? Entonces supongo que no se puede evitar que no lo sepas ya que no lo usas…
—Estoy muy contento de contar con tu comprensión.
—Que sin vergüenza
—Realmente no me importa eso. Pero hay algo que me preocupa…
—…¿Qué pasa?
—No veo a Miki-chan por ningún lado, ¿sabes a dónde ha ido?
Por alguna razón, Sandai no pudo encontrar a Miki, Sandai se había dado cuenta después de llegar a la cocina.
—¿Eh? — Shino ladeó la cabeza, aparentemente dándose cuenta una vez que Sandai lo señaló.
—Tienes razón. Me pregunto a dónde habrá ido…
—Debería haber estado con nosotros cuando pasamos por la puerta principal, así que creo que probablemente esté en algún lugar de aquí, pero… voy a mirar por allí.
—Está bien, por favor, hazlo.
Se dividieron en dos y comenzaron la búsqueda.
Había varias habitaciones, pero no era tan grande como una casa unifamiliar, así que encontraron a Miki con bastante rapidez. Sandai la vio tumbada en el sofá del salón.
—Ahí estás, Miki-chan.
—¿Eh?
—¡Está aquí!
—¡Okeey!
Shino se apresuró a responder al informe de búsqueda de Sandai; luego entrecerró los ojos con disgusto en cuanto vio a Miki.
Estaba enfadada.
—Miki…
—Esa cara da miedo, Onee-chan…
—Escucha, esta no es tu casa, Miki. Es la de Onii-chan. Sería descortés y causaría problemas si actuaras como si fuera tu propia casa, ¿cierto?
—Aunque digas eso.
—Aunque lo diga… ¿qué?
—No, no es nada. Dejando eso de lado, la especialidad de Miki es comer, así que ustedes dos apúrense con lo que están haciendo, ¿okis?
Miki no parecía sentirse culpable hasta un punto sorprendente, y Shino la miró fijamente. Aunque, eso fue sólo por un instante.
Shino fue perdiendo vigor y agachó la cabeza, con una cara que parecía que iba a llorar en cualquier momento.
—…Qué es lo que quieres, qué voy a hacer si hasta yo, la hermana mayor, soy vista como una egoísta porque tú eres así. Qué voy a hacer si Fujiwara me odia…
Las palabras vertidas por Shino sonaban ligeramente temblorosas; además, el volumen era demasiado bajo, lo que hacía que Sandai no pudiera escucharlas con claridad.
Pudiendo notar eso y pesar de no saber lo que decía, Sandai intentó decirle algo.
Sin embargo, su boca no se movió por alguna razón; su mano sí.
La mano se movió sola y se encontró acariciando la cabeza de Shino. Fue una acción verdaderamente inconsciente.
—Eh… espe-
Al recibir de repente una palmadita en la cabeza, Shino se sorprendió, pero enseguida se sonrojó y bajó la mirada.
No había señales de que se resistiera.
—…
—…
—Miki aún no ha comido ningún dulce, pero la barriga de Miki ya parece estar llena… Al parecer, quizá el momento del beso está cerca.
Fue cuando Miki moqueó cuando Sandai se dio cuenta de lo que estaba haciendo. Se apresuró a retirar su mano y se alejó rápidamente de Shino.
—Yo…
Tragó un poco de saliva y miró fijamente su propia mano. Lo que recordó de repente fueron las palabras de Nakaoka.
(Qué problemático eres… ¿No tienes asertividad? ¿Eh? Ten las agallas para hacer que ella te devuelva la mirada. Demuestra el suficiente deseo para ponerla de buen humor y arrasar con ella. ¡Sé un lobo! ¡Rawr! Rawr rawr!)
Sandai no se tomó las palabras de Nakaoka tan en serio.
Ciertamente, algo le vino a la mente; sin embargo, fue más fuerte el pensamiento de no querer equivocarse al hacer un movimiento justo cuando se estaba encendiendo.
Una parte de él tampoco quería poner en aprietos a Shino por un extraño malentendido.
A pesar de todo, su cuerpo se había movido solo.
Sandai estaba cada vez más confundido sobre lo que estaba pasando. Intentó desesperadamente pensar y encontrar la razón de su propia acción, pero por más que lo intentaba, no podía llegar a la respuesta correcta.
Como último recurso, decidió ahora cambiar de tema a la fuerza para huir de esta situación.
Pensó: si el tema cambia, el humor cambiará; si el humor cambia, no pensará en cosas innecesarias; y entonces debería volver a ser el de siempre.
—Ahora que lo pienso… ¡no hay ingredientes para los dulces!
—…estaba pensando en ir de compras al saber tus gustos.
—¡Ya veo! ¡Entonces tenemos que ir de compras!
—…De acuerdo.
Shino le miró con ojos de cachorro. Se podían ver algunas lágrimas.
El sentía que no podría conservar la cordura si seguía mirándola a los ojos.
—…Ya estaban tan cerca~ — susurró Miki para sí misma, encogiéndose de hombros al ver su cercanía.
—Onii-chan, seguro que tiene un autocontrol sorprendentemente fuerte.
Al salir a comprar los ingredientes para los dulces, Sandai comenzó a calmarse al sentir que el ambiente había cambiado.
Parece que tenía razón en el juicio de: si el tema cambia, el ambiente cambiará.
Sin embargo, mientras que él se sentía aliviado, Miki dijo que quería ir a un lugar grande que también tuviera una sala de juegos, a un gran centro comercial, a diferencia de Shino, que intentó ir a una tienda especializada en ingredientes de repostería, lo que provocó casi otra pelea entre dos hermanas.
De todos modos, rápidamente se calmaron, y lo siguiente que supo fue que Shino y Miki se reconciliaron y empezaron a tener una sigilosa charla secreta.
—Diablos… Vamos, sé una buena chica, te lo estoy pidiendo.
—¿Hmm?
—¿Qué?
—El ambiente de antes era bueno, ¿no? Miki haciendo lo que le da la gana, y cuando bajaste, Onii-chan te dio una palmadita.
—…Sin embargo, de alguna manera sonó como si estuviera apuntando a eso…
—¿Miki está pensando?
—¿Eh? ¿Enserio?
—Enserio.
—Hm-Hmm…
—Pues, buenas noticias para ti, Onee-chan… Antes Onii-chan parecía que ya había caído, ¿sabes? Estaba poniendo cara de enamorado cuando te acariciaba la cabeza. Por eso ahora es cuando vas a atacar. Lánzate a él como si fuera un accidente, y luego bésalo. No hay que asustarse. El impulso es importante.
—Miki… ¿lo estás disfrutando?
—Al final, tú eres la que decide, Onee-chan… puede ser más natural si van a una tienda grande. Y Miki puede ir a jugar a la sala de juegos para mantenerse alejada. Aunque va a necesitar un poco de dinero.
—…
—Probablemente molestarás a Onii-chan si no te decides, tienes que hacerlo ahora.
—Lo tengo. Hay algo de razón en lo que has dicho, me apunto. Ponerme indecisa no está en mi naturaleza de todos modos, así que voy a hacerlo en serio. Ya me he decidido.
—Hmm ¿De qué podían estar hablando?
Sandai no tenía la menor idea de que pasaba, sólo le dijeron que habían decidido ir de acuerdo con la demanda de Miki.
Llegaron a un gran centro comercial, y Miki empezó a buscar inmediatamente la sala de juegos. La que estaba en el segundo piso.
Miki alzó la voz de alegría al ver las hileras de máquinas parpadeantes.
—Yei, ahora entonces, Miki irá a jugar aquí hasta que ustedes dos terminen de comprar.
—…¿Vas a estar bien sola?
—Hay una persona en el mostrador justo ahí, así que está bien. Ve a preocuparte por ti en lugar de por Miki.
—Tú, descarada…
—Dame dinero.
—…Toma 500 yenes.
—500 yenes, eh… Sólo puedes jugar al juego de la grulla unas cuantas veces con esto. Miki no puede matar el tiempo a menos que sea un juego de medallas. No, quizá siga siendo difícil.
—No te pongas egoísta. No es que tenga tanto dinero.
—Sí, Miki lo sabe…
La pequeña no parecía no estar satisfecha con la cantidad de dinero que le había dado Shino, pero bueno, también era cierto que la cantidad de tiempo que podría pasar jugando no sería tan grande.
Sandai no tenía previsto ir de compras durante mucho tiempo, pero pensó que terminarlo en cinco o diez minutos también sería difícil.
Shino había dicho que le preguntaría sobre sus preferencias y demás. En otras palabras, eso significaba que no irían a comprar ingredientes decididos de antemano, por lo que terminarlo en un instante sería imposible.
Casi seguro de que Miki gastaría el dinero y les esperaría, pero… Sandai se imaginó tal visión de Miki y empezó a sentir algo de lástima por ella, así que sacó una moneda de 500 yenes de su propia billetera y se la entregó en su mano.
—¿Onii-chan…?
—Eso hace que sean mil yenes. Ahora puedes jugar un poco más, ¿no?
—¡Gracias! …Fufufu, de acuerdo, entonces Miki te dirá algo bonito como agradecimiento, Onii-chan.
—¿Algo bonito…?
—Presta a Miki tu oído.
A pesar de inclinar la cabeza de forma incrédula, Sandai le prestó la oreja como le habían dicho.
—…Verás, Onee-chan es sorprendentemente despistada. A veces se cae cuando sube las escaleras o algo así. Por eso en ese momento vas a agarrarla, y la proteges para que no se haga daño, ¿está bien? Miki cree que hoy podrías caerse.
Ese fue un consejo tan extrañamente específico, como si ella supiera lo que iba a pasar, por así decirlo.
Sandai inclinó aún más la cabeza sólo para que Miki se alejaba al galope hacia la sala de juegos.
—…No tienes que darle dinero a Miki. Aprenderá que puede conseguirlo si se queja.
Shino dejó escapar un suspiro a su lado.
Probablemente era cierto que era malo para la educación, pero a los ojos de Sandai, Miki sólo daba pena.
—No es que lo haga todos los días, y en primer lugar, ¿no le estabas dando tu también dinero a Miki-chan?
—Hay… una razón…
—¿Razón? No entiendo, pero desde luego no puedes decir nada de mí cuando tú mismo también le estás dando dinero. Bueno, mira, querer jugar al salir es lo que hacen los niños, así que ¿no crees que está bien sólo por hoy?
—…Parece que mimarías mucho a tu hijo si tuvieras uno, eh, Fujiwara.
—¿Enserio?
—Seguro que sí. De alguna manera puedo imaginar tu vida después del matrimonio. Siento que serás un padre amable.
—Eso dices tú, pero seguro que ni siquiera creo que pueda conseguir una novia antes del matrimonio. Soy un tipo solitario. Ni siquiera estoy saliendo con alguien.
—Creo que también hay solitarios que tienen novia o están casados, de todos modos… Quiero decir, quizás ya te encontraste con tu alma gemela. ¿No sientes que… esa otra persona está muy cerca en este momento?
Ese fue un comentario muy sugerente, pero Sandai no entendía.
Sin embargo, sintió que, en última instancia, no habría vuelta atrás una vez que supiera la respuesta, lo que hizo que se arrepintiera y fuera incapaz de preguntar.
—Siento que… está, pero… también siento que… no lo está.
Esa respuesta fue la mejor que pudo dar.
—Ya veo… ¿como si lo hubiera y no lo hubiera?
—Así es. Algo así.
—…¿Hmmm? Shino entrecerró los ojos; su expresión era como si estuviera examinando algo. Al final de esa mirada estaban los labios de Sandai, pero la persona a la que miraba no era consciente de ello.
El sólo percibía que el aire alrededor de Shino había cambiado ligeramente, pero eso era todo.
Aunque, por muy denso que sea, si las cosas llamadas sentimientos se pusieran realmente en marcha, no tendría más remedio que entenderlas.
Continuaron con sus compras en la zona de venta de ingredientes de confitería mientras hablaban de sabores, formas y demás, y terminaron después de unos 30 minutos.
Ahora sólo tenían que reunirse con Miki, pero, por desgracia, se encontraron con un atasco. Se formaron colas tanto para las escaleras mecánicas como para el ascensor, por lo que parecía imposible llegar inmediatamente al segundo piso donde estaba Miki.
Se unieron a la fila por el momento, pero en algún lugar de la cola delantera se producían saltos cada vez que la fila avanzaba un poco, lo que les obligaba a retroceder y les dejaba sin moverse de su posición inicial.
Entendía que el hecho de que estuviera lleno de gente era un hecho, ya que era domingo, y que debía aceptarlo, pero de todos modos se estaba irritando.
Sandai ya se estaba molestando. Y entonces Shino le tiró de la manga.
—…Usemos las escaleras — dijo Shino como si murmurara y señaló una esquina del piso.
—Está allí, así que…
La escalera estaba en silencio, era un lugar vacío.
—…Las escaleras, eh.
—Sí.
—Si nos quedamos acá vamos a demorar mucho. Claro, podemos ir por las escaleras.
También estaba seguro de que seguir haciendo cola sería una pérdida de tiempo, así que Sandai decidió seguir la sugerencia de Shino.
Bajaron la silenciosa y vacía escalera. Sandai fue el primero en pisar el segundo piso junto con el eco de sus pasos.
En el siguiente momento…
—¡Kya!
Pudo escuchar el grito de Shino.
Sandai se dio la vuelta sorprendido y se encontró con que Shino se lanzaba hacia él, pareciendo haber tropezado.
—Oh no, me estoy cayendo.
Era una voz muy monótona, pero Sandai no tuvo tiempo ni de darse cuenta de tal cosa. Se apresuró a coger a Shino en brazos para salvarla.
—¡Cuidado!
Y entonces…
Su espalda golpeó el suelo con fuerza.
Mientras soportaba el dolor que se avecinaba, Sandai abrió lentamente los ojos, sólo para abrirlos aún más por la sorpresa. Después de todo, allí estaba la cara de Shino justo delante de él, ella con los ojos cerrados.
Tarde se dio cuenta de la sensación suave y ligeramente dulce que se superponía a sus propios labios. Comprobó nerviosamente que se trataba de los labios de Shino.
—¿…?
No podía entenderlo. Sólo la había atrapado en sus brazos para salvarla, y sin embargo la estaba besando por alguna razón.
Después de unos diez segundos en los que sus labios se superpusieron, los ojos de Sandai captaron la visión de Miki corriendo hacia ellos.
Habiendo atraído la mirada de Shino, sonriendo, Miki dijo.
—Miki ya se estaba preguntando cuando lo ibas a hacer, pero… realmente… lo hiciste llamativamente, ¿eh? ¿Estás bien?
Después de que sus propias pupilas se dilataran tanto como las de un gato en la noche, y sus mejillas adquirieran un color rosa rojizo como los pétalos de un melocotón, Shino apartó su mirada de Miki, y siguió con el ataque a Sandai, cuya mente se estaba deteniendo.
Volvió a superponer sus labios sobre los de él.
El segundo beso fue breve. Después de hacer inmediatamente un sonido “chu” de los labios separándose, la cara de Shino se apartó.
—…Gracias por salvarme. Es una coincidencia, pero nos besamos. Hicimos… algo que no deberíais hacer a menos que fuéramos pareja. Fujiwara, yo… llamarte así marca cierta distancia, así que te llamaré por tu nombre a partir de ahora, ¿está bien? Sandai… me gustas.
Fue una confesión demasiado repentina. La cabeza de Sandai se quedó en blanco al instante, sólo para darse cuenta de que también ponía una cara de idiota como si le hubiera salido el alma.
—En cuanto a la respuesta… parece que no puedes dar una inmediatamente, eh.
—Por… por qué…
—Quiero decir que no puedo evitarlo. La razón es… no puedo explicarlo bien, pero… pensé que eras una buena persona.
—Es una luz tan…
—No es que haya sido algo normal, ¿sabes? Es la primera vez que me confieso a un chico, y he necesitado mucho valor. Y entonces, ¿qué te parece recibir mi primer beso y confesión?
—…¿C-Cómo?
—¿No era un poco dulce? Antes me apliqué a escondidas un bálsamo labial con sabor a dulce, y por eso creo que probablemente era dulce.
—Fue ligeramente dulce, pero…
—Fufufu, entonces me alegro. Sería horrible que me consideraran sucia en mi primer beso.
—Ese no es el prob… Yuizaki… umm…
Entrecortadamente, Sandai intentaba poner palabras, sólo para que Shino se enfadara un poco y le tirara de las mejillas.
—Llámame Shino, no Yuizaki.
—Es… es…
—Dime.
—Yo… lo haré…. H-Hino.
—Ahora todo bien.
—…
—…No tienes que pensarlo mucho. Sólo quería transmitirte mis sentimientos, y por supuesto me alegraré si te gusto, pero también pienso rendirme si no lo haces. Probablemente… lloraré mucho, pero no quiero convertirme en una mujer sufrida, así que lo aceptaré — dijo Shino con una sonrisa, con los labios temblando ligeramente. Era completamente obvio que estaba aguantando y conteniendo su malestar.
Aunque es algo que Sandai, como receptor de la confesión, no entiende, el acto de confesión es algo que asusta hasta la crueldad. Aprobar, rechazar, posponer, ignorar… no importa cuál sea; al fin y al cabo, siempre habrá un resultado de una forma u otra.
Ni puede quedarse en el limbo, ni puede garantizar que obtendrá la respuesta que desea. Sólo te quedará sentir miedo y temor.
Por eso se suele decir que la confesión requiere valor.
Sandai no recordaba mucho a partir de ese momento. Volvieron al apartamento y cumplieron su objetivo original de hacer repostería, pero su conciencia estaba borrosa.
No pudo distinguir el sabor de los dulces ni siquiera al comerlos, ni tampoco entró en sus oídos la conversación que Shino y Miki mantenían a una distancia audible de él.
—…Miki se sorprendió, ¿sabes?
—¿Sobre qué?
—Bueno, pensar que incluso fuiste a confesarte.
—¿Qué estás diciendo? ¿No fuiste tú quien dijo que el impulso era importante, Miki?
—Eso era para el beso, Miki nunca pidió una confesión…
—…¿Eh?
—Mira ahí, Onii-chan se queda en blanco. Es como un robot roto. Tienes que pensar en la capacidad de Onii-chan.
—¿Será que… lo deje idiota…?
—Miki no pensó que serias tan despistada, Onee-chan.
—¡Cállate! ¡Todo se ve bien! Quedarse en blanco sólo significa que es consciente de ello… probablemente.
—Por eso las experiencias en el romance son tan aterradoras…
La mirada de Sandai se fijó en los labios de Shino. Recordaba la sensación del beso cada vez que esos labios se movían, y luego su cabeza volvía a quedarse en blanco.
—Onii-chan, nos vemos luego~.
—…Sí.
—Hasta luego, Sandai.
—…Sí.
Aunque de forma inestable, Sandai despidió a Shino y a Miki en la estación, y se sentó en el banco del andén una vez que el tren que habían subido se perdió de vista.
Se tocó suavemente los labios con el dedo medio, y la temperatura de su cuerpo se disparó de repente; incluso se oían claramente los latidos de su corazón.
—¿Qué es este desarrollo…? ¿Qué demonios? Sintiéndose extrañamente incómodo y agridulce, Sandai se retorció y gritó. Los transeúntes se sobresaltaron y voltearon a mirarlo, pero no tuvo tiempo de preocuparse por ello.
—Como… Beso… Ella… dijo que le gustaba…
Ciertamente, Shino lo había dicho; no en el sentido de gustarle como amigo o persona, sino como miembro del sexo opuesto.
La cara, la expresión de Shino cuando se besaron iba y venía dentro de su cabeza. A medida que se repetía una y otra vez, se grababa en el fondo de su mente y no se iba.
Tengo que calmarme de alguna manera -inmediatamente después de regresar a su apartamento, Sandai trató de distraer su mente estudiando sin tomarse ni un solo descanso, o viendo compulsivamente anime hasta altas horas de la noche.
Sin embargo, ninguno de ellos funcionó, y su mente permaneció intranquila.
Con su exaltación aún sin calmarse, Sandai se metió en su cama. Entonces, por fin, se dio cuenta de que Shino sólo le había enviado un mensaje.
(Sandai, dejaré de contactar contigo hasta que puedas dar la respuesta, ¿está bien? Porque parecerá que te estoy apurando y me siento mal.)
Shino le dijo que le daría tiempo para pensar a solas. Fue una consideración muy apreciada, y Sandai se dio unas palmaditas en el pecho, aliviado.
Sin embargo, aunque dejaran de intercambiar mensajes, seguiría existiendo la cercanía física de la distancia debido a su relación de asientos consecutivos en la escuela los días de semana. Queriendo o no, serían conscientes de la presencia del otro.
Sin saber qué cara poner, Sandai evitó por completo a Shino en la escuela.
Se convirtió en una evasión descarada, sin ningún tipo de contención, incluso desde el punto de vista de un espectador, pero nunca se convirtió en un problema, ni hubo otro estudiante que captará el interés.
Al fin y al cabo, se había acumulado el acuerdo de “no involucrarse entre sí en la escuela” de antes que se había mantenido en curso, por lo que no era en absoluto antinatural, incluso si Sandai estaba evitando extrañamente a Shino.
Luego pasaron los días.
Sandai seguía sin poder dar una respuesta clara, pero con el paso del tiempo iba recuperando la calma y ganando un poco de margen para pensar.
…¿Puedo seguir sin dar una respuesta para siempre y esperar a que ambos nos olvidemos del tema, haciendo que la confesión nunca se produzca?, pensó Sandai mientras miraba por la ventana, pero también se dio cuenta inmediatamente de que ese pensamiento era poco sincero.
Shino se lo había dicho durante la confesión; que se daría por vencida si no le gustaba, y que no quería convertirse en una mujer sufrida, así que también lo aceptaría.
No importaba la forma que tomará, Shino deseaba una respuesta clara. Y sin embargo, pretender que se extinguiera con el paso del tiempo era una prueba de que no se enfrentaba a sus sentimientos.
De repente, el rostro de Shino sentado detrás de él se reflejó en la ventana. Shino se mordía con fuerza el labio inferior y bajaba la cabeza sin confianza.
Cuanto más retrasara la respuesta, más doloroso sería para Shino. Era una expresión que le hacía comprender eso, aunque no quisiera.
No quiero ver una cara triste como esa, tu cara sonriente es lo que…
Sandai se dio cuenta de repente.
Se dio cuenta de que su respuesta ya estaba dentro de él.
O más bien, no había necesidad de agonizar sobre ello para empezar, ya había decidido la respuesta desde el principio.
Sin embargo, le daba miedo admitirlo.
No tuvo valor.
Era un tipo solitario, por lo que se le daba mal tomar una decisión que supusiera un gran cambio, lo que le hacía caer en el hábito de intentar huir y mantenerse oculto.
—…Soy un completo imbécil, eh.
Sandai esbozó una sonrisa amarga al burlarse de sí mismo, y comenzó a usar su teléfono bajo el escritorio para que el profesor no pudiera verlo.
Tendría que armarse de valor como Shino había hecho, hacer lo que pudiera, dar todo lo que pudiera.
Su yo solitario no estaba seguro de hasta dónde podría llegar con una pareja, pero había llegado a aceptar que ya no había necesidad de ser cobarde.
Sin intención de seguir jugando, los violentos latidos del pecho de Sandai llegaron a Shino a través de la onda de radio.
Reflejada en la ventana, Shino cogió su teléfono mientras inclinaba desconcertada la cabeza, y abrió mucho los ojos en cuanto miró la pantalla.
Después, Shino fue esbozando poco a poco una sonrisa, y finalmente una sonrisa radiante.
En el último tercio de septiembre, al comienzo del otoño de su segundo año de preparatoria, Fujiwara Sandai, un simple tipo solitario, se convirtió en un solitario con novia.
La temporada de otoño estaba empezando. A partir de octubre también se cambian el uniforme, pasando del uniforme de verano al de invierno.
Un día como hoy, después de las clases, Sandai pasó de repente junto a Nakaoka y fue detenida por ella. Nakaoka miró fijamente a Sandai desde la parte superior de la cabeza hasta los pies, como si la observará.
—Has… cambiado de alguna manera últimamente, ¿eh?
—¿Enserio
—Cómo decirlo, es como si parecieras sereno, tranquilo, algo así… ¿Podría ser que tú?
Seguía manteniendo oculta su relación con Shino en la escuela, pero al observarlo de vez en cuando, Nakaoka parecía haberse dado cuenta.
—Yo diría que es así… como has adivinado.
—Ya veo, ¡así que por eso pareces diferente! Cuando te di algunos consejos, no hacías más que refutar esto, refutar aquello, así que pensaba que no te atreverías, pero… parece que ha ido en la buena dirección.
—De alguna manera, bueno, ya sabes — dijo Sandai y sonrió con ironía.
—Ve a disfrutar de tu juventud, jovencito. El estudio debe tomarse en serio como parte del deber de un estudiante, pero también está bien que te dediques a otra cosa durante un tiempo. Sin embargo, asegúrate de usar métodos anticonceptivos, ¿me oyes?
—¿Anticonceptivos…?
Habían pasado dos semanas desde que empezaron a salir. Su relación se estaba profundizando hasta cierto punto, e incluso él era capaz de dar un beso de buena gana ahora, aunque torpemente.
Sin embargo, esos eran sólo en la categoría de una relación sana. Todavía no era el momento de pensar más allá de ese punto.
Sandai no pudo evitar sonrojarse.
—¿Qué pasa con esa cara… me estás diciendo que todavía eres virgen?
—¿Es malo? ¿Es malo ser virgen?
—¿Todavía lo tienes?
—¡Todavía lo tengo!
—Entonces, llegará un punto en que no serás capaz de soportarlo.
—¿Qué imágen tienes de los estudiantes masculinos?
—Monstruos del impulso sexual—.
—¡Eso es sólo un prejuicio!
—No, no debe ser un prejuicio sino un hecho. Incluso en la reunión de personal de esta mañana, el consejero estudiantil estaba hablando de haber encontrado a un estudiante viendo un video porno en su celular.
—Eso es sólo una parte de los estudiantes, así que…
—Entonces, ¿nunca has comprado libros o visto vídeos porno? Nakaoka miró a Sandai con desconfianza mientras le acariciaba la barbilla.
Mientras fruncía las cejas, Sandai desvió la mirada ante la pregunta que sería muy difícil de responder y que obviamente era una mentira.
—No, no lo he hecho. …me he deshecho de ellos. Todo lo físico.
¿Lo físico? Por la forma en que lo dices, parece que tienes algo más que en formato físico, ¿eh?
—…Por favor, déjalo ya, ahórrate ese tipo de conversaciones. Es sencillamente vergonzoso, y no es algo de lo que un profesor deba hablar con un alumno.
—No, es algo de lo que un profesor debería hablar con sus alumnos. En cuanto a estas cuestiones sexuales, por ejemplo, el reglamento no prohíbe directamente las relaciones sexuales entre compañeros, pero también es un deseo sano de los jóvenes tener sentimientos románticos por el sexo opuesto de su misma edad y desear su cuerpo. Sin embargo, los hechos, aunque obvios, conllevan una responsabilidad. Como profesor, tengo que recordárselo. No les digo que no lo hagan. Sólo digo que sean responsables. No te conviertas en el tipo de basura que golpea a alguien porque prioriza el sentirse bien y no toma ninguna medida, ¿de acuerdo?
—Estoy… satisfecho incluso si no tengo sexo, así que…
Aunque eso no significaba que a Sandai no le interesaran las relaciones físicas, el simple hecho de besarse y tomarse de la mano era suficiente para satisfacerlo.
Sin embargo, Nakaoka pudo identificar el estado de Sandai como “sólo por ahora”.
—…Tarde o temprano eso no te satisfacerá. Además, también existe la posibilidad de que Yuizaki quiera lo que viene después del beso. El corazón y la conexión física van de la mano. Hay personas que consideran que las relaciones platónicas son importantes, pero depende en gran medida de cada individuo, por ejemplo, debido a las creencias religiosas, o a la inestabilidad mental, como ser demasiado fastidioso. Por lo demás, las relaciones físicas se erigen como el nivel más alto de expresión de amor y acto de validación… Supongo que estoy dando demasiadas vueltas, eh. Lo que quiero decir al final es que, ve pensando en tu pareja.
—…
—Por cierto, asegúrate de ponerte un condón, ¿me oyes? No vayas diciendo cosas como que no lo usas porque no sabes dónde se vende, ¿está bien? Suele venderse en las farmacias y similares, así que ve a buscarlo.
Sandai sabía que Nakaoka estaba hablando de cosas serias, pero de todos modos no era ningún asunto inmediato y sólo era embarazoso, así que le dio la espalda.
—No seas tan frío… Bueno, te diré una última cosa. Al oír que esa sería la última, Sandai se dio la vuelta sin pensarlo.
—No compres condones en un lugar donde se vendan juguetes para adultos, ¿de acuerdo? He oído que en lugares así también venden los que están hechos específicamente para romperse de inmediato. Si accidentalmente compras cosas así… vas a ser papá a esta edad, ¿sabes?
Ojalá nunca hubiera dado la vuelta, Sandai dejó atrás la escuela con tanto pesar.
No hubo muchos cambios en las actividades de Sandai tras su regreso a casa en comparación con las anteriores días. Sin embargo, sólo se añadió un componente diferente al de antes.
—…Ya era hora.
Tras comprobar las manecillas del reloj para confirmar la hora, Sandai ordenó sus útiles de estudio y consultó su celular. Y entonces recibió un mensaje de Shino.
(Estaré allí pronto así que espérame~.)
Hablando de un componente diferente al de antes, ahora Shino venía al apartamento de Sandai todas las noches cuando terminaba su trabajo a tiempo parcial.
Shino había pasado de tomar el tren de las 21:00 horas al de una hora más tarde para poder utilizar esa hora extra para pasar tiempo con su novio.
En la escuela ocultaban su relación, y si excluían los días libres, esta hora sería el único tiempo que tendrían como pareja entre semana. Era una hora preciosa.
Sandai estaba esperando en la entrada cuando sonó el timbre. Era Shino. Él se dirigió nerviosa a la puerta principal.
—¡Ya-hoo!
—Te estaba esperando.
—¡Yo también estaba impacientemente!
Sandai abrazó fuertemente a Shino cuando ésta se acercó saltando a él, y entró con ella cargándola en sus brazos.
—…Bésame— dijo Shino en la entrada, y Sandai acercó lentamente sus labios a los de ella a pesar de sentirse tímido.
Seguía siendo incómodo. Sin embargo, quería transmitirle sus sentimientos a ella.
Los labios de Shino sabían a cítricos frescos. Era un sabor un poco diferente al habitual, pero Shino cambiaba su bálsamo labial de vez en cuando, así que era obvia la razón.
—¿Has notado el cambio de sabor?
—Hmm… ¿Mandarina?
—Así es. El último era de fresa y el anterior de vainilla, pero ¿cuál te gusta? Estoy tratando de ver cuál es tu favorito.
—Puedes usar lo que quieras.
—¡Quiero que me guste el sabor que le gusta a mi novio!
—Yo también quiero que me guste el sabor que a ti te gusta, pero… si digo esto, parece que no vamos a coincidir por mucho que pase el tiempo, eh. Entonces supongo que fresa.
La fresa tenía un sabor y un olor que era como dar la sensación real de besar una, y eso a Sandai le gustaba.
—¡Está bien! — dijo Shino con una sonrisa, y empezó a rebuscar en su bolsa, al parecer quería un beso con el sabor elegido.