Seishun Buta Yarou wa Student no Yume wo minai - CapÃtulo 1, parte 4
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- CapÃtulo 1, parte 4 - El regalo de diciembre
4
Sakuta y Mai llegaron a la universidad unos 20 minutos antes del final de la pausa para el almuerzo tras dar una vuelta.
La cafeterÃa estaba vacÃa, y los estudiantes que ya habÃan comido estaban matando el tiempo hasta su siguiente clase. La escena habitual de la universidad está aquÃ.
Sakuta pidió kake-soba, que salió rápidamente y estaba listo para comer. Sólo le costó 300 yenes.
Para Sakuta, que acababa de tener un gran gasto, fue doblemente fácil para su bolsillo.
Sin embargo, no se arrepentÃa de la compra de hoy.
De camino a la universidad, cada vez que Mai se detenÃa en un semáforo en rojo, se miraba el dedo anular de la mano derecha y relajaba las mejillas de felicidad…….
Era la primera vez que veÃa ese tipo de expresión en su rostro en los dos años y medio que llevaban juntos. Emociones que no podÃa reprimir, aunque intentara contener se reflejaban sin duda en su rostro en ese momento.
De ser asÃ, deberÃa haberle regalado un anillo antes. Incluso se arrepintió de no hacerlo antes.
Sakuta eligió una mesa libre, y Mai, que habÃa pedido y pagado su comida más tarde, se sentó a su lado. Mai pidió un kakiage-soba más lujoso que Sakuta.
Mai se dirigió inmediatamente el plato principal de kakiage con los palillos y lo colocó encima del soba de Sakuta.
“Gracias por lo de hoy”.
“Si ese es el caso, me gustarÃa que me dieras de comer con un aahh……”
Ignorando la petición de Sakuta, Mai sorbe sus fideos soba.
No quedaba mucho tiempo hasta el comienzo de las clases del tercer periodo, asà que Sakuta también mordió un trozo de kakiage. Se oyó un sonido crujiente y delicioso.
Sin ninguna conversación, Sakuta y Mai terminan su almuerzo antes de que termine la pausa para comer.
Finalmente, toman un bocado de la sopa. El aroma a base de bonito perdura en la nariz. Se siente el ligero dulzor de la salsa shoyu.
“Azusagawa-kun”.
Escuchó una voz llamarle por su nombre.
Dejó el cuenco y levantó la vista. Al otro lado de la mesa, Ikumi Akagi estaba de pie frente a él.
Sus ojos se cruzaron con los de Mai, que estaba a su lado, e hizo primero una ligera reverencia. Después de eso, miró disculpándose a Sakuta.
“Lo siento. Aún no hay nada”.
Al decirlo, muestra la palma de la mano a Sakuta y Mai.
Hace cuatro dÃas, aquà se escribió el mensaje del otro mundo de posibilidades.
Después de eso, Sakuta habÃa hecho una petición a Ikumi.
Se trataba de preguntar al otro mundo por el verdadero significado del mensaje que habÃa llegado.
¿Por qué está Mai en peligro?
¿Por qué tiene que buscar a Kirishima Touko?
Una vez conocido esto, el problema estarÃa prácticamente resuelto.
El Sakuta de este mundo ya habÃa encontrado a Kirishima Touko. Pero no podÃan saber si el Sakuta del otro mundo aún no la habÃa encontrado. Incluso habÃa quedado en reunirse con ella hoy.
Pero no hubo respuesta a la pregunta de Ikumi de este lado…… ni ayer, ni anteayer, ni el dÃa anterior. La seria y disciplinada Ikumi venÃa a informarle de esto todos los dÃas. Igual que ahora, pone cara de disculpa……
“Quizá los mensajes que envÃo desde aquà no llegan hasta allá. Después de recibir ese mensaje, no he vuelto a sentir una sensación de conexión sensorial con mi yo del otro lado……”
“Entonces será mejor que lo dejes asÔ.
El hecho de que no haya nada significa que el sÃndrome de pubertad de Ikumi se está curando.
“Pero……”
Ikumi comenzó a hablar con rostro serio. SabÃa lo que iba a decir, asà que Sakuta cubrió sus palabras sin pensárselo dos veces.
“No te sientas responsable de esto, y no cambies de lugar con la otra Akagi. Ya has pasado bastante por mi culpa”.
“…… De acuerdo. Tendré cuidado”.
Quizá la broma de Sakuta haya calado un poco y la expresión de Ikumi haya recuperado algo de compostura. Sin embargo, no sé hasta qué punto lo entendÃa realmente.
La otra parte es Akagi Ikumi, que parece una persona seria.
Se siente absolutamente responsable de llevar los dos mensajes. No hay duda de que lo siente con más fuerza de lo que Sakuta pueda imaginar.
Esa es la persona que es Ikumi Akagi. Sakuta es muy consciente de ello desde hace poco. Asà que no podÃa bajar la guardia en ese punto. Los “lo entiendo” y “no pasa nada” de Ikumi probablemente signifiquen menos de lo que dicen.
“Si averiguo algo, te lo diré enseguida”.
Tras decirle esto a Sakuta y hacer una reverencia a Mai, Ikumi abandona la mesa. Saki Kamisato estaba esperando a Ikumi cerca de la entrada de la cafeterÃa de la escuela. Intercambian algunas palabras mientras caminan hacia el edificio de la escuela. Parece que, aunque haya cambiado de mundo, ella y Saki siguen siendo amigas.
Era bueno para Ikumi. En cuanto a Sakuta, que recibe una mirada hosca de Saki, no querÃa darle demasiada importancia……
Suena la pre-campanada, señalando cinco minutos antes del comienzo de las clases de la tarde.
Los estudiantes, que habÃan estado hablando ociosamente, empezaron a moverse.
Sakuta y Mai también devolvieron los platos y se dirigieron al edificio principal de la escuela.
“Mai, estarás en casa por la noche, ¿verdad?”
“Estaré en tu casa”.
“Mai-san me quiere tanto”.
“Nodoka va a comprar un pastel y nos lo vamos a comer con Kaede-chan”.
Le enseña a Sakuta la aplicación de intercambio de mensajes en su teléfono. Inaceptablemente feliz de cancelar una cita.
“¿Le pregunto si hay un pedazo para ti?”
“Por favor, dile que por supuesto que estaré ahÔ.
“Bueno, Sakuta, ten cuidado”.
Se detienen una vez en el segundo piso del edificio principal de la escuela. La clase a la que asiste Mai está en la segunda planta, mientras que Sakuta está en la tercera.
“Mai-san, por favor ten cuidado”.
“Si me pasa algo, llorarÃas por mÃ, ¿verdad?”
“Definitivamente”.
Satisfecha con la respuesta de Sakuta, Mai entró en el aula con un pequeño gesto de su mano derecha, en donde tenÃa el anillo puesto.
“Mai-san eres lo más lindo que he visto hoy”.
Mientras masticaba esa alegrÃa, Sakuta se dirigió al aula del tercer piso. Para que estos momentos continúen en el futuro…… Sakuta irÃa a ver a Santa Claus al terminar las clases.