Saenai Boku ga Kimi no Heya de Shiteiru Koto o Kurasumeito wa Dare mo Shiranai - CapĂtulo 2
CapĂtulo 2: Quiero acostarme con Uehara Marika
(Punto de vista de Uehara Marika)
Hay un chico llamado Tooyama Yuuki en mi clase.
Siempre para leyendo libros con mirada desinteresada, y tenĂa un aspecto corriente, un chico conocido por ser algo solitario.
A primera vista, me preocupaba este compañero poco llamativo.
La mayorĂa de los chicos de la clase, especialmente los que estaban cerca de mĂ, siempre estaban hablándome y mirando mis pechos. El contenido de lo que se decĂa era solo para llamar la atenciĂłn y pretender presumir, no habĂa sustancia alguna.
Si rechazaba la confesiĂłn de un chico, mi grupo decĂa casualmente cosas desagradables sobre que esa persona era demasiado confiada y no era un buen partido. Tan ingenuos como los alumnos de primaria o secundaria.
Aunque querĂa tener una buena relaciĂłn con las chicas del mismo pequeño cĂrculo, sinceramente, no tenĂa ningĂşn interĂ©s en los chicos.
Pero, Tooyama era muy diferente. Entre los muchos que me miraban, era el único que no mostraba ningún interés, como si no me conociera, y se limitaba a leer su libro con calma y despreocupación.
Anoche, me encontré por casualidad en la calle con él.
Vi a Tooyama que estaba comprando condones delante de una máquina expendedora. Pero no se asustó en absoluto y me habló como si no hubiera pasado nada.
Siendo sincera, cuando vi a Tooyama comprando condones, me sentĂ un poco deprimida.
Pero, me aliviĂ© despuĂ©s de escuchar que lo que comprĂł iba a ser utilizado por su hermano mayor. Eso tambiĂ©n me sorprendiĂł incluso a mĂ.
Tooyama, que desprendĂa un aura tranquila y madura de principio a fin, era el tipo de chico que nunca habĂa visto antes.
AsĂ que, querĂa saber más sobre Ă©l, finalmente, fui a la escuela temprano en la mañana para saludarlo por primera vez. Pero su forma de responderme me decepcionĂł un poco.
Kurashima Kazuhito es un guapo estudiante que es muy popular entre las chicas, pero mira con desprecio a los demás, y esta mañana fue a molestar a Tooyama. Pero él solo se limitó a decir que no le importaba y dejó pasar el asunto. Su actitud tranquila me pareció muy atractiva.
Me hace ver que mientras tengas el carácter adecuado, no importa que tan guapo seas, eres atractivo.
¿Qué tipo de libros lee? ¿Cómo era él en realidad?
De este modo, me interesé por Tooyama y quise tener una buena relación con él.
—Yuuki, vamos a comer juntos.
Chihiro Okita, que estaba sentado frente a Tooyama, se dio la vuelta y extendiĂł su caja de bento.
(NT: Bento: Loncheras japonesas que comen los japoneses en sus vidas japonesas.)
Chihiro era uno de los pocos amigos de Tooyama. TenĂa una personalidad amable y era muy bueno tratando con la gente. No importaba quiĂ©n fueras, Ă©l podrĂa ser tu amigo.
Era todo lo contrario a Tooyama.
Además, era tierno y sus rasgos faciales eran tan delicados como los de una chica. Si no llevara un uniforme de varĂłn, serĂa percibido como una chica con el pelo corto.
Por eso es muy popular tanto en hombres como mujeres.
—Chihiro, ¿ese bento es suficiente para ti?
En la pequeña caja de su compañero apenas habĂa comida.
—Esto es más que suficiente para mĂ. Por cierto, Yuuki, Âżya comiste?
—Acabo de comerme un onigiri, si como demasiado, tendré sueño por la tarde.
—Si no comes más, no crecerás saludablemente.
—Es raro que me lo digas tú.
Tooyama se sintió muy extraño cuando Chihiro dijo eso debido a su pequeño tamaño y su poco apetito.
La preocupaciĂłn de Chihiro es como la de una novia que te quiere mucho.
¿Será su aspecto femenino lo que hace que Tooyama piense as�
¿Se sentirá asà tener novia?
Aunque Tooyama tenĂa una amiga con derecho, nunca tuvo una novia. Y Takai nunca pudo ocupar ese lugar. AsĂ que, en conclusiĂłn, Ă©l es el tĂpico chico sin experiencias amorosas.
—También quiero crecer un poco más, pero la capacidad de mi estómago es pequeña, asà que esto es suficiente.
—Oye Chihiro, eres realmente una chica, ¿cierto?
—Yuuki no me molestes. Incluso yo estoy empezando a dudar.
Chihiro, hizo una de sus tĂpicas expresiones que aumentaban la confusiĂłn de que era en realidad.
—Si fueras mi novia, podrĂamos…
—¡Yuuki! TĂş, Âżde quĂ© estás hablando? Los dos somos hombres, ya sabes…
—Sólo bromeaba. No te preocupes. Al menos yo soy normal.
—Enserio… no hagas eso. Es malo para mi corazĂłn.
Las mejillas avergonzadas de Chihiro se enrojecen ligeramente.
—En comparaciĂłn de como eras ahora, fuiste muy frĂo con Uehara-san esta mañana.
Tal vez por sentirse avergonzado, Chihiro cambiĂł de tema.
—Ahhh… Probablemente sea porque me la encontrĂ© en la calle anoche. No tengo muy buena relaciĂłn con ella. Además, no quiero tener nada que ver con la gente de ese cĂrculo.
Al decir esto, Tooyama miró al pequeño grupo donde estaban Uehara y Kurashima. Solo para encontrarse con la mirada de ella, quien le hizo un pequeño saludo.
—Se siente como si Uehara-san siempre estuviera observándote.
Tooyama prefiriĂł ignorarla y apartĂł la mirada descaradamente.
—Yuuki, ¿Qué hagas eso está bien?
Si. No quiero involucrarme demasiado con ellos.
—…Sin embargo, la otra parte no parece pensar asĂ.
—¿Eh?
Tooyama no entendió por un momento de qué hablaba Chihiro.
—¡Oye, te estoy saludando! ¡¿Por qué me ignoras?!
Uehara se separĂł del pequeño cĂrculo y se acercĂł a Tooyama.
—Ahh… lo siento. Al verte charlar tan alegremente, no quise molestarte.
—Al menos… ustedes parecen una pareja. De lejos parece que están coqueteando.
—¿¡Eh!? Ambos somos hombres. ¿Cómo puedes pensar as�
Aunque Chihiro parecĂa un poco agitado, su dĂ©bil expresiĂłn era muy tierna para las 2 personas a su alrededor.
—El atractivo femenino de Okita es mayor que el de esas chicas, ¿no, Tooyama?
Uehara no dejaba de bromear.
—No, no digas eso. Todos sabemos lo femenino que es Chihiro, pero a él no le gusta.
Todo esto pasaba mientras su pequeño amigo, no podĂa decir nada por lo rojo que estaba.
La cara de Uehara mostraba una sonrisa traviesa, era obvio que les estaba tomando el pelo.
Mientras esto se daba. Tooyama volvió a sentir una mirada, no giró la cabeza, pero utilizó sus ojos para encontrar sutilmente al dueño de la mirada.
ParecĂa ser Takai… TambiĂ©n Kurashima, que lo miraba con el ceño fruncido. Probablemente no querĂa que Uehara se le acercará.
Desde su encuentro de la noche anterior, se habĂa producido una leve encrucijada en su vida.
Y Takai… que siempre mostrĂł una actitud indiferente hacia mĂ en el aula. Extrañamente, me miraba fijamente desde lejos. ÂżAcaso es por Uehara?
Aunque hemos conversado unas cuantas veces, en realidad no puedo saber lo que estaba pensando.
Entonces sonĂł el timbre de la clase de la tarde.
—La pausa del almuerzo casi ha terminado, voy al baño.
Al decir esto, Tooyama interrumpió enérgicamente la conversación con Uehara. Si continuaban conversando, era obvio que se iba a ganar grandes problemas con Kurashima.
Creo que tendré que hablar con Takai, si realmente tiene algún problema.
Tooyama murmurĂł para sĂ mismo mientras se dirigĂa al baño.
Como miembro del comité de la biblioteca, Tooyama se encarga de recibir los préstamos y devoluciones de libros en la recepción después de las clases.
Mientras trabajaba en silencio, la puerta de la biblioteca se abriĂł con un chirrido atrayendo su atenciĂłn para fijarse en la estudiante que entrĂł.
Pelo negro de longitud media, gafas de montura gruesa, cuerpo esbelto y pecho suave a la vista. La habĂa visto tantas veces y de distintas formas que era fácil de reconocer. Y tambiĂ©n era bastante guapa sin maquillaje.
—Estoy aquà para devolver este libro, por favor.
Era Takai.
Tooyama cogiĂł tranquilamente el libro y lo guardĂł.
—Oye…
Ella parecĂa tener algo que querĂa preguntarle, por lo que murmurĂł con un poco de miedo.
—¿Qué?
—OlvĂdalo.
Takai puso una expresiĂłn pensativa por un momento, pero pronto volviĂł a su habitual cara de pĂłquer. Tras interrumpir la conversaciĂłn con Tooyama, se dirigiĂł a la estanterĂa para buscar libros.
Aunque Ă©l tambiĂ©n querĂa hablar con ella, prefiriĂł dar prioridad al trabajo del comitĂ© de la biblioteca y concentrarse en el manejo de los libros.
En el interior del lugar, con sĂłlo sus dos presencias, se respiraba tranquilidad y relajaciĂłn.
La joven parecĂa haber encontrado un libro que le interesaba y se sentĂł en una silla para empezar a leer.
Tooyama siguiĂł trabajando en silencio, y finalmente devolviĂł todos los libros devueltos a las estanterĂas.
Tooyama, que habĂa estado prestando mucha atenciĂłn a la visiĂłn de Takai por la mañana y durante su descanso para comer, querĂa hacerle preguntas a toda costa, y estaba dispuesto a acercarse a ella en ese momento.
—Taka…
—¡Te encontré Tooyama!
Antes de que pudiera hablar, la puerta de la biblioteca se abriĂł de repente, y la persona que se precipitĂł dentro le bloqueĂł el movimiento.
Sin leer el aire, fue un personaje conocido el que entrĂł ruidosamente. Tooyama pudo reconocerla.
— Uehara-san, en la biblioteca, debes guardar silencio.
—Ah, lo siento… pero no hay nadie, Âżcierto? SĂłlo estoy haciendo un poco de ruido.
Uehara no parecĂa haberse dado cuenta de la presencia de Takai. Tooyama señalĂł hacia donde estaba sentada ella.
—Ah, Takai-san. Siento molestarle. Pero no pude sentir tu presencia.

Incluso en el aula, el ambiente y la apariencia de Takai eran dĂ©biles. Tal vez se debĂa a que estaba concentrada en la lectura en ese momento, y sentĂa que su existencia era más nula que de costumbre.
Takai mirĂł a Uehara sin palabras, y sus ojos volvieron inmediatamente al libro.
—Ah, Âżte moleste? Lo siento si te hice enfadar. No soy mala persona…
Takai solĂa ser asĂ. Uehara, que no lo sabĂa, probablemente pensĂł que, por su inexpresividad, estaba enfadada.
Tal vez debido al pequeño cĂrculo en el que ella andaba, Uehara era incapaz de leer el ambiente de las personas normales. Pero a juzgar por su autorreflexiĂłn y sus disculpas, no parecĂa haberlo hecho con mala intenciĂłn.
Tooyama mirĂł a Uehara quien estaba confundida.
—Está bien, no me importa.
La respuesta de Takai fue muy frĂa.
—Que bien… Siempre estás leyendo en clase. ÂżQuĂ© tipo de libro está leyendo? ÂżPuedes decirme?
Tal vez Uehara estaba un poco interesada en los libros, asĂ que le pidiĂł una recomendaciĂłn. Pero el libro que estaba leyendo iba ser bastante difĂcil de entender para Uehara. Takai prefiere las obras puramente literarias. TambiĂ©n le recomendĂł a Tooyama, pero el contenido del libro era muy complicado asĂ que no lo entendĂa bien.
—Uehara-san, las conversaciones de Ăndole personal están estrictamente prohibidas en la biblioteca. Por favor, no moleste la lectura de los demás.
Tooyama tratĂł de ayudar a su Takai. Diciendo lo que dirĂa cualquier miembro del comitĂ© bibliotecario. Si esto continĂşa, Ăbamos a ver una escena en la que Uehara habla sola.
—Perdón por interrumpir tu lectura. Hablemos la próxima vez en clase.
Uehara, que interrumpiĂł unilateralmente su conversaciĂłn sin escuchar la respuesta de Takai, corriĂł hacia Tooyama en la recepciĂłn.
—Oye, hablar de libros con un miembro del comité de la biblioteca, no es una conversación personal, ¿cierto? Recomiéndame algo como te dije esta mañana.
Uehara tenĂa razĂłn. Por lo que Tooyama tuvo que ceder.
—Bueno, puede que no cuente, pero ¿está bien que dejes de lado a Kurashima y a los demás? Realmente no quiero ganarme problemas.
—Ellos ya se fueron, asà que no importa.
—Igual podrĂa ser malo.
—Siento que te hayas enredado con esa gente, Tooyama. Las personas como Ă©l no son malas. SĂłlo son un poco egoĂstas.
Si fueran egoĂstas, serĂa mucho mejor.
—No es tu culpa, asà que no necesitas disculparte. A Kurashima-kun parece gustarle, es natural que esté celoso.
—Hmm… Supongo, que está mal, porque Kazuhito es muy popular… Pero a veces tambiĂ©n siento que es algo molesto.
Si ese es el caso, Âżno serĂa mejor no estar todo el tiempo con ellos?
Aunque Tooyama pensĂł eso, pero una vez que se forma un grupo, es bien difĂcil salir de ahĂ.
Esto es realmente molesto, aunque sea un asunto ajeno, me da pena lo que le pasa a Uehara.
—Hasta ahora, tú has sido muy bueno y gentil conmigo.
Uehara bajĂł la cabeza y mirĂł a Tooyama. Su expresiĂłn se volviĂł ligeramente roja, probablemente por la luz del atardecer que entraba por la ventana.
Tooyama y Uehara se miraron durante unos segundos. Pero haciendo un fuerte sonido con la silla, Takai se levantĂł y se dirigiĂł a la recepciĂłn. Sus palabras les hicieron volver a la realidad.
—Quiero tomar prestado este libro.
Tooyama sintiĂł que las palabras de Takai no carecĂan de emociĂłn como de costumbre, sino que contenĂan ira.
—La fecha de vencimiento es de dos semanas.
—Gracias.
Incluso si el cliente era una persona que conoce muy bien, Ă©l responderĂa como si se tratara de un simple desconocido.
Takai cogiĂł el libro y saliĂł de la biblioteca sin contemplaciones.
—Takai-san parece estar de mal humor… ÂżEs culpa mĂa?
Tooyama pudo darse cuenta de la actitud de su compañera, y Uehara también por lo visto.
—No… ella suele ser asĂ en la biblioteca, asĂ que no creo que debas preocuparte por ello.
—Ya veo… ÂżViene a la biblioteca tan menudo?
—Se podrĂa decir que es una cliente habitual.
—¿Y tú hablas muy a menudo con ella?
Uehara parecĂa estar muy preocupada por Takai por lo que no paraba de hacer preguntas.
—Después de todo, a los dos nos gusta leer, asà que a menudo intercambiamos ideas.
—Hmm… Nunca los he visto hablar en clase, pero puedo deducir que su relaciĂłn es muy buena. ÂżLe habrá molestado que hable con su amigo?
Tooyama no entendiĂł bien el significado de las palabras de Uehara.
Nadie conoce nuestra relación, porque ella está dudando tanto.
—¿En qué estás pensando? Para que sepas, no estoy saliendo con Takai.
—Ya veo… eso me hace feliz…
Uehara se puso la mano en el pecho con una expresiĂłn tranquilizadora.
ÂżQuĂ© le está pasando? El dĂa de hoy está más extraña de lo normal.
Mientras se hundĂa en su pensamiento, sonĂł su celular situado bajo la recepciĂłn.
¡Mierda, me olvidé de poner el modo vibrador!
—Perdón, Uehara-san, iré a mirar algo haya atrás.
Dicho esto, Tooyama agarrĂł su dispositivo y se fue lentamente.
En la pantalla apareciĂł un mensaje de Takai, por lo que se apresurĂł a mirar el contenido.
Al leerlo, Tooyama no pudo ocultar su sorpresa. Se estaba preguntando porque tenĂa un mensaje como ese en este preciso momento.
—Vamos tener sexo hoy. Ven a mi casa apenas termines.
“Vamos a tener sexo” una expresión tan puntual. Tooyama trataba de no poner una cara de sorpresa.
—Lo siento, la biblioteca cerrará pronto, hablemos otro dĂa.
Debido al mensaje, Tooyama se sintiĂł un poco avergonzado de hablar con Uehara, asĂ que decidiĂł ser cortante.
—¿Algo ha pasado? Te sorprendiste al revisar tu celular.
Era obvio que el mensaje le habĂa causado un pequeño shock.
—No, no pasa nada.
Tooyama estaba seguro de que Takai debĂa haber elegido deliberadamente un momento como Ă©ste para enviar el mensaje.
Él era tan idiota que no sabia lo que sus dos compañeras trataron de demostrarle el dĂa de hoy.
—Parece que estás muy ocupado, siento molestarte, volveré la próxima vez.
Al decir esto, Uehara saliĂł de la biblioteca.
Al ver su espalda salir de la biblioteca, los ojos de Tooyama regresaron a su celular.
Tooyama, que habĂa terminado su trabajo como miembro del comitĂ© de la biblioteca, se dirigiĂł a la casa de su compañera.
Estando de pie frente a la entrada, quiso extender la mano y tocar el timbre. En ese momento, la luz de la entrada se encendiĂł de repente, y una figura sombrĂa se reflejĂł en el cristal esmerilado.
Tooyama dio un paso atrás junto con el sonido de la cerradura abriĂ©ndose. Pensaba que era Takai quien saldrĂa, pero no esperaba que la figura que mostraba su rostro desde el otro lado de la puerta fuera diferente a la que esperaba.
—Ah, ¿eres amigo de Yumi?
Una hermosa mujer de unos treinta años, con un delicado maquillaje y ropa de moda, saliĂł de la entrada mientras despedĂa un fuerte olor a perfume.
—Ah, sÅ ¿Está Takai-san? Soy Tooyama, su compañero de clase.
—Ara~ ¿eres el novio de Yumi? Parece que no puedo negar el buen gusto de mi hija.
A Tooyama le preocupaba confirmar o negar que era el novio de Takai.
—La llamaré, tú espera aquà primero.
La mujer volviĂł al interior de la casa sin preguntar mucho sobre la relaciĂłn que tenĂamos.
Dado que Takai dijo que su hermana era universitaria, probablemente ella era su madre.
Era casi de noche, pero no parecĂa muy sorprendida de que un hombre viniera a buscar a su hija a una hora como Ă©sta.
Al cabo de un rato, la mujer volviĂł a la entrada.
—¿Eres Tooyama-kun cierto? Dice que bajará pronto, mientras puedes ir pasando.
—Gracias.
—Entonces yo me voy. Ah, recuerda usar condones.
—¡Pff!
Lo que Tooyama venĂa a hacer aquĂ, parecĂa haberse revelado.
La mujer lo dejó frente a la entrada y se marchó rápidamente.
ÂżCĂłmo su madre deja entrar a un hombre que no conoce para que tenga un encuentro con su hija? ÂżSignifica que ya lo entiende, o no le importa? Tooyama estaba confundido y no sabĂa cĂłmo juzgar la situaciĂłn.
—Bueno, después de todo esto, me ha dicho que puedo entrar.
Tooyama, que conocĂa bien la distribuciĂłn de la casa de la familia Takai, entrĂł en la sala sin dudarlo.
Allà estaba Takai, con su ropa informal, sentada en el sofá.
—Hola, no me enteré de que tu madre estaba en casa.
—Yo tampoco lo sabĂa, no esperaba que viniera. No sĂ© exactamente en quĂ© anda esa persona.
—Además, parece que pensĂł que era tu novio, diciendo que debĂa usar anticonceptivos.
—Esa persona piensa que mientras no me quede embarazada, todo estará bien.
Desde el principio, Takai habĂa llamado a su madre “Esa persona” ParecĂa que su familia atravesaba un montĂłn de situaciones complicadas.
—Deja ya eso, y vamos a mi habitación.
Takai se levantĂł del sofá, y rodeĂł con su brazo el mĂo y apretando su pecho. Aunque no era grande, se podĂa sentir el suave tacto.
Normalmente Takai no se comportaba de esta forma, pero hoy estaba muy activa. Tooyama fue agarrado por el brazo y llevado a la fuerza a la habitaciĂłn.
Al llegar, ella lo empujó repentinamente sobre la cama y se lanzó encima de él.
—Oye, ÂżquĂ© pasa? Parece que estás un poco rara estos dĂas.
Ante la pregunta, ella se limitĂł a besarlo. Fue un beso diferente, apasionado, y distinto al habitual. Tooyama sĂłlo atinĂł a corresponderle.
Takai estaba siendo sensualmente agresiva. Por lo que la forma en que lo hicimos fue muy extraña
Después de ese incidente, los dos se tumbaron en la cama cansados.
—Oye, ¿qué pasa hoy? Has estado extraña desde esta mañana. ¿Tiene que ver con Uehara-san?
—No tiene nada que ver con ella. Y yo soy la misma de siempre, no he cambiado.
Aunque lo negara. Desde que Uehara comenzĂł a acercarse a Tooyama, la actitud de Takai se habĂa vuelto indudablemente extraña.
—¿Será que… estás celosa?
La Ăşnica razĂłn que se me ocurrĂa era esa. Aunque no somos novios, tenemos una relaciĂłn corporal, podrĂa haber algĂşn tipo de celos por ahĂ.
—SĂłlo tenemos una relaciĂłn fĂsica… No hay sentimientos de ese tipo.
Aunque Takai lo negó, Tooyama pudo escuchar la pausa momentánea entre las palabras.
—Ya veo… lo siento
DespuĂ©s de eso, Takai se durmiĂł sin decir una palabra, pero su mano seguĂa sosteniendo la mano de su amigo con derecho.
¡Bip bip bip! ¡Beep beep beep! ¡Beep beep beep!
Tooyama estiró la mano, se frotó los ojos con sueño y apagó la alarma de su celular.
—Wah… tengo sueño… llegarĂ© tarde si no me despierto ahora.
Ayer Takai se movió con más intensidad de la habitual, fue malo hacerlo por más de tres rondas. Ahora me duele todo el cuerpo.
Al recordar Tooyama la aventura de ayer, se empezĂł a poner duro de nuevo.
—Una sacudida y a estudiar…
Parece que hay más que suficiente libido para calmarse.
Quitándose el pijama y los calzoncillos, Tooyama utilizó la desordenada figura de Takai de la noche anterior como inspiración para su actividad.
—¡Onii-chan! ¡Si no te despiertas pronto, llegarás tarde!
La puerta de la habitación se abrió de repente y Tooyama se apresuró a cubrir la parte inferior de su cuerpo con las sábanas.
¿Me habrá visto?
No, no, está bien… De todos modos, me cubrĂ rápidamente.
La persona que irrumpiĂł de repente era su hermana menor, Naki.
—Oye, Âżme ha oĂdo Onii-chan? Si no te das prisa, llegarás tarde a la escuela.
—Na, Na, Naki, ¿no te dije que llamaras primero a la puerta antes de entrar?
—Jajaja lo siento. Pero, Onii-chan, ¿por qué estás tan ansioso? ¿Estabas haciendo algo?
Las preguntas de Naki hicieron que Tooyama se avergonzara. AsĂ que no discutiĂł, y permaneciĂł en silencio.
—Estoy despierto, Naki, puedes salir.
—No. Si no te vigilo, te dormirás de nuevo.
Por muy linda que fuera Naki, Tooyama no era tan pervertido como para seguir teniendo una erecciĂłn mientras miraba la cara de su hermana. Pero aun estaba desnudo y necesitaba algo que ponerse.
—No, he dicho que ya estoy bien.
—Bueno, pero primero sal de la cama.
Por alguna razĂłn, Naki era muy terca y se negaba a salir de la habitaciĂłn.
—No… Naki apĂşrate y sal. Por favor…
Realmente se está haciendo tarde.
—Ah… Estaba bromeando, me voy… ¡Lo siento!
Con la cara sonrojada, Naki se apresurĂł a salir de la habitaciĂłn.
—Finalmente se fue.
Naki parecĂa haberse dado cuenta, pero era mejor que ser visto desnudo. Incluso si se daba cuenta a travĂ©s de las sábanas, podrĂa tomarse como una simple suposiciĂłn de Naki y considerarse inocente.
—Ups, realmente voy a llegar tarde.
Tooyama se levantó apresuradamente de la cama, hizo los preparativos para la escuela, terminó rápidamente el desayuno, se lavó la cara y se dirigió a la entrada.
—Onii-chan espérame. Yo también quiero ir.
Naki es un estudiante de tercer año de secundaria. Va al instituto de su hermano, el cual también funciona como escuela secundaria.
—Naki, todo es porque no te ibas del cuarto, asà que date prisa.
Tooyama dejĂł a Naki, que seguĂa holgazaneando, y saliĂł rápidamente de la casa.
—Onii-chan, eres muy malo al dejar a tu pequeña hermanita atrás.
Naki lo persiguió. Fue tan rápido, que Tooyama no se dio cuenta cuando alguien le agarro del hombro y tuvo el tacto de un objeto suave. Era Naki quien lo abrazaba. Y la verdadera identidad de ese objeto suave era en realidad un pecho bien desarrollado para una estudiante de secundaria.
ÂżEs más grande que Takai? Es imposible…
Tooyama tratĂł de contenerse para que su mente no se llenara de pensamientos depravados.
—Bueno, Naki, ya casi es hora de que nos separemos, si te ven tus compañeros, podrĂas ser vergonzoso.
Tooyama y su familia viven cerca de la escuela, por lo que pueden llegar a ella a pie, sin necesidad de coger el tren o algĂşn bus.
Poco a poco puedes ver a otros estudiantes alrededor.
—¿Acaso no te importa que nos vean juntos?
—No, yo quiero estar a tu lado…
—Ya hay muchos estudiantes alrededor, suelta.
Diciendo esto, Tooyama tirĂł con fuerza de su brazo.
—Eres estúpido, Onii-chan…
—Tú, ¿dónde has aprendido ese tipo de palabras?
—¿Ah? ¿Tooyama?
Justo cuando estaban a punto de llegar a la puerta de la escuela, oyó que le llamaba por detrás.
Al voltear, vio a una hermosa chica que le resultaba familiar.
—Buenos dĂas, Uehara-san.
—Buenos dĂas Tooyama… ÂżQuiĂ©n es esa chica tan guapa? ÂżEs tu novia… o algo asĂ?
Uehara mirĂł a Naki, que caminaba junto a Tooyama, con expresiĂłn preocupada.
—¿Um? Ah, esta es mi hermana menor. Está en tercero.
—Ah, que bien… Soy Uehara Marika, la compañera de clase de tu hermano.
Uehara respirĂł aliviada y saludĂł a Naki.
—Onii-chan… Âżes tu novia?
Naki devolviĂł una mirada hostil.
—No, sólo somos compañeros de clase.
—Umm ya veo. Soy su hermana menor, mi nombre es Tooyama Naki. Uehara-senpai, gracias por cuidar de mi Onii-chan.
Naki inclinĂł la cabeza.
—Guau, Tooyama, tu hermana es muy educada y muy linda. Naki-chan, por favor hazme un favor.
—Okey, Por cierto… tus pechos son muy grandes. Uehara-senpai por favor no te acerques mucho a mi Onii-chan.
Si fuera un chico quien lo dijera, se convertirĂa en acoso sexual, pero Naki se lo dijo a Uehara de forma casual.
—¿¡Tú, de qué estás hablando!? Uehara-san, lo siento, mi hermana es un poco extraña.
—No, está bien, no me importa… jajaja.
Si Naki continuaba cerca de Uehara, quiĂ©n sabe quĂ© más dirĂa.
—Bueno, entremos.
Después de entrar por la puerta principal, el instituto y la secundaria estaban en direcciones diferentes.
Tooyama, que estaba preocupado de que Naki volviera a decir algo extraño, jalo a Uehara hacia su lado.
—Siento mucho lo que le ha pasado a mi hermana hace un momento.
Se disculpĂł mientras se dirigĂa a la clase.
Pero a causa de las extrañas palabras de Naki, No podĂa dejar de darse cuenta la existencia de los grandes y apretados pechos de Uehara.
—Jajaja, tu hermana es muy linda. No esperaba que mencionara de repente mis pechos.
Al decir esto, Uehara se los tocĂł con ambas manos, como si quisiera enfatizar los. Tooyama se esforzĂł por mantener la calma.
—Voy al baño, puedes ir entrando.
—Bueno, nos vemos en clase.
Mierda… Estoy bastante cansado desde esta mañana.
Hacerlo tanto la noche anterior redujo mucho la fuerza fĂsica de Tooyama. Takai consumiĂł la mayor parte de su energĂa, lo que hizo que incluso quisiera saltarse la clase y descansar.
En cuanto entrĂł a clase, se tumbĂł en el pupitre.
—Buenos dĂas Yuuki. Pareces cansado, Âżestás bien?
El lindo estudiante sentado al frente miró hacia atrás y preguntó con ansiedad.
—Ah, Chihiro… Buenos dĂas. Han pasado muchas cosas esta mañana.
SĂłlo ver la cara de Chihiro me hizo sentirme curado. Esa sonrisa inocente, me da fuerzas para continuar.
—¿Estás bien? No estás estudiando de más, ¿cierto?
Aparentemente, su situaciĂłn era por no dormir lo suficiente.
—Ah, sólo estoy un poco privado de sueño. Déjame descansar un rato.
—SĂ, entiendo. Te despertarĂ© cuando venga el maestro.
—¡Gracias! Chihiro, realmente pareces mi novia.
—¿¡Tú, de qué estás hablando!? Soy un hombre, ya sabes.
—ViĂ©ndote bien, no importarĂa si fueras un hombre.
La feminidad de Chihiro no era ninguna broma. Su ternura podĂa incluso hacer que Tooyama quedara hipnotizado a pesar de ser del mismo sexo.
—¿Está coqueteando desde tan temprano?
Al igual que ayer, hoy Uehara corriĂł a intervenir en la conversaciĂłn entre Tooyama y Chihiro.
Lo bueno es que Kurashima aĂşn no habĂa venido a clase, serĂa problemático que la viera acá.
—¡Buenos dĂas, Uehara-sama!
Chihiro saludó cortésmente a Uehara como si fuera su senpai.
—Okita-kun, buenos dĂas. Somos compañeros de clase, asĂ que no seas demasiado formal al saludar.
—¡Buenos dĂas, Uehara-san! ÂżAsĂ está bien?
—¡Okita-kun… eres demasiado lindo! Tanto que quiero abrazarte. ÂżEres realmente un chico?
—Chihiro dijo lo mismo cuando conoció a mi hermana.
Chihiro fue varias veces a jugar a casa de Tooyama, por lo que conocĂa a Naki.
—¿Okita-kun, también conoces a su hermana?
—Puedo concluir que acabas de encontrarte con Naki, según tus declaraciones.
—Acabo de verla, y de repente me dijo “tus pechos son muy grandes”.
Uehara recordĂł lo que acababa de ocurrir y sonriĂł felizmente.
—Yuuki, tu hermana sigue siendo la misma de siempre…
Chihiro sĂłlo pudo atinar a sonreĂr.
—Cuando pienso en el primer encuentro de Chihiro con Naki, no puedo dejar de reĂr.
—Yuuki, no lo digas. Es muy vergonzoso…
Chihiro hinchĂł las mejillas.
—Eh, ¿qué le dijo tu hermana?
Uehara se inclinĂł hacia delante con interĂ©s. Sus magnĂficos pechos seguĂan mostrando su presencia ante Tooyama.
Bien, eso estuvo muy cerca.
Tooyama recordĂł las palabras y los hechos de Naki en ese momento, mientras ahuyentaba los pensamientos que lo distraĂan. Apartando la mirada de los pechos de Uehara.
—”Estás seguro que tiene pene”.
—¡Pfft!
Uehara se echĂł a reĂr.
—Ue, Uehara-san, eso no es gracioso.
—¡SĂ, lo siento…espera…ajaja! … tu hermana menor es tan interesante…
Su risa fue tan contagiosa que Tooyama tambiĂ©n empezĂł a reĂr.
—Eso es tan vergonzoso.
ÂżEh?
Los ojos de mucha gente se centraron en Tooyama. Probablemente porque tuvo una buena charla con Uehara, que era popular entre los chicos. Entre ellos habĂa quienes miraban a Kurashima que llegĂł a la clase en algĂşn momento.
Si fueran solo Chihiro y Uehara, que siempre estaban en el punto de mira de los demás, estarĂa bien. Pero Tooyama no estaba acostumbrado a que lo miraran asĂ. Este tipo de mirada, mezclada con sentimientos de celos y prejuicios, sĂłlo podĂa hacer infeliz a la gente.
—Es casi la hora de que venga el maestro, Uehara-san, deberĂas volver a tu asiento.
Para que los demás no sigan con sus miradas de odio, Tooyama interrumpió la conversación.
—Vendré a molestar en el receso para el almuerzo.
No es que odie a Uehara, pero si no quiero ganarme algĂşn conflicto futuro, deberĂa alejarme de ella.
—Hoy estoy a cargo del comité de la biblioteca, asà que no estaré en clase.
—Ah, entonces también tendré que ir a la biblioteca.
—Uehara-san, la biblioteca no es un lugar para perder el tiempo.
—¿No dijiste que me recomendarĂas un libro?
Parece que tiene buena memoria.
—Pero, la pausa para comer es muy corta, y hay mucha gente entrando y saliendo, asà que no creo que haya mucho tiempo.
—Ya veo, lo siento por insistir…
Tooyama dejĂł escapar un suspiro de alivio.
—Te avisaré si encuentro tiempo para conversar.
—Ah, sĂ ese es el caso, Âżpor quĂ© no volvemos juntos de la escuela hoy? PodrĂamos ir a charlar en una cafeterĂa.
La inesperada propuesta de Uehara lo dejĂł un poco confundido. Aunque se negara, era obvio que ella volverĂa a sacar el tema la prĂłxima vez.
Tooyama no pretendĂa ganarse su odio, pero mientras ella estuviera cerca de Ă©l, tendrĂa muchos problemas con diversas personas. Tener una pacĂfica vida escolar era lo Ăşnico que deseaba.
Justo cuando estaba decidiendo que hacer, la figura de Chihiro entrĂł en su campo de visiĂłn.
—Entonces… Ya que lo propones, podrĂamos llevar a Chihiro con nosotros.
Para no llegar a una situaciĂłn en la que los dos estuvieran solos, TendrĂa que utilizar a su mejor amigo. Ya que a Uehara probablemente no le importarĂa.
—Lo siento, Yuuki. Tengo algo que hacer hoy, tengo que volver temprano, asà que no puedo acompañarte.
Tooyama, que habĂa perdido su Ăşnica opciĂłn, no tenĂa más remedio que aceptar la peticiĂłn.
Pero al pensarlo detenidamente, aĂşn le quedaba otra opciĂłn.
Ya que Uehara no tiene intenciĂłn de alejarse, solo tenĂa que darse cuan aburrido puedo ser, y entonces dejará de molestar, y volverá con su grupo y todos felices.
—Es una pena que Chihiro no pueda venir… Uehara-san, hoy solo seremos nosotros dos.
—¿¡En serio!? No puedo esperar que llegue la hora.
Uehara regresĂł a su asiento con una sonrisa genuina en su rostro.
—Finalmente se fue… Ni siquiera tuve tiempo para descansar.
Que Tooyama se quede dormido en clase era ya una certeza.
—Parece que ambos están ansiosos por la cita.
Chihiro no tenĂa ninguna sospecha extraña, pero esperaba de todo corazĂłn que todo fuera a salir bien. Era agradable ser su amigo.
El comitĂ© de la biblioteca se turna para encargarse de la pausa del almuerzo y del trabajo de la biblioteca despuĂ©s de las clases. Tooyama ha sido el encargado el dĂa de hoy.
La pausa para comer es de sĂłlo 50 minutos, asĂ que el tiempo de trabajo real es de unos 30 minutos. Tooyama se apresurĂł a terminar su almuerzo y se dirigiĂł a la biblioteca.
—Chihiro, voy a la biblioteca.
—Bueno, ten cuidado en el camino.
Las escuelas a gran escala tendrĂan un maestro gestor de la biblioteca, encargado principalmente del funcionamiento general. Cuando los alumnos están en clase, el maestro se encarga de toda la gestiĂłn.
—Miyamoto-sensei, gracias por su duro trabajo. Me encargaré de la pausa para el almuerzo.
—Gracias Tooyama-kun. Entonces me tomarĂ© un descanso. Los libros que han sido devueltos será mejor que yo los devuelva a las estanterĂas.
—Okey, entiendo.
La mujer que dijo eso y saliĂł de la biblioteca era la maestra encargada de la misma, Saya Miyamoto.
Con su larga melena negra y sus lentes, era una belleza intelectual. No sĂłlo entre los estudiantes masculinos, sino tambiĂ©n entre los demás maestros. Por eso, cuando ella estaba de guardia en la recepciĂłn de la biblioteca, a menudo habĂa muchos estudiantes masculinos que acudĂan a ella para pedir y devolver libros.
Y ahora, que la popular maestra se estaba tomando un descanso, sĂłlo quedaban unos pocos estudiantes leyendo.
Al terminar la pausa para el almuerzo, se oyĂł una tosca puerta que se abrĂa en el silencioso lugar. Tooyama mirĂł fijamente al huĂ©sped no invitado que entrĂł y suspirĂł.
—¡Oye, Tooyama! ¿Qué significa esto?
En cuanto entrĂł en la biblioteca, Kurashima se precipitĂł ruidosamente. Los estudiantes que estaban estudiando se sobresaltaron.
—Kurashima-kun, estás molestando a los demás, por favor guarda silencio.
—¿Te pregunto qué significa esto!
—Kurashima-kun, te he dicho que te calles, Âżno me has oĂdo? mira a tu alrededor.
Los estudiantes que estaban alrededor hicieron el signo de silencio con sus manos.
Kurashima chasqueĂł la lengua con fuerza y saliĂł de la biblioteca.
—Siento mucho las molestias causadas.
¿Por qué soy yo quien se disculpa? Qué hombre más problemático.
Tooyama vio a su agresor salir de la biblioteca y volviĂł a suspirar.
En ese momento pudo ver entrar a la maestra.
—Tooyama-kun has estado trabajando muy duro, dĂ©jamelo a mĂ, puedes volver a clase.
—Okey, lo sé. Muchas gracias, sensei.
Aunque todavĂa habĂa clase por la tarde, debido al problema con Kurashima, querĂa ir a casa ahora.
—Tooyama-kun, Kurashima-kun parece estar fuera de la biblioteca, ¿te está esperando?
—No, está bien.
—Ya veo… pero, parece que está muy enfadado, Âżestá seguro que no hay ningĂşn problema?
—SĂ, sĂłlo estábamos discutiendo sobre algunas cosas aburridas.
Parece que se enterĂł que voy a salir con Uehara a la salida.
.
—Si pasa algo, avĂsame inmediatamente.
Al fin y al cabo, se trataba de una disputa sobre una alumna, por lo que Tooyama se sentĂa demasiado avergonzado para decĂrselo. No pudo evitar agarrarse la cabeza con angustia.
—Bien, gracias sensei.
Tooyama se dirigió hacia la puerta. Abriéndola con cuidado mientras observa la situación en el exterior.
Al parecer se rindiĂł.
Todo parecĂa bien para Ă©l, pero cuando estaba a mitad de camino, alguien se acercĂł de repente a hablarle por detrás.
—Tooyama, me estoy impacientando por esperar. Tengo algo que decirte.
Era Kurashima quien al parecer se habĂa escondido con el fin de sorprenderlo.
—Asà que, ¿qué pasa? La clase está a punto de empezar, date prisa.
TodavĂa faltaban unos cinco minutos para que empezara la clase.
—Quiero que te niegues a ir con Marika.
Tooyama comenzĂł a preguntarse si habĂa algo malo en los arrogantes nervios de Kurashima.
—¿Acaso ella te pidiĂł que dijeras algo? Si no es asĂ, realmente eres un entrometido.
—Marika no dijo nada. DespuĂ©s de todo, la invitaste a la fuerza, Âżno? Ella es una persona muy gentil, por lo que no podĂa negarse. Un bastardo como tĂş no merece jugar con ella.
Parece que la nobleza de la escuela está destinada a ser estúpida.
—Parece que no entiendes, Uehara-san me invitó.
—¡Imposible! ¡No me mientas!
—Si es una mentira, puedes descubrirlo preguntándole a ella.
Pude notar que Kurashima murmuraba algo para sĂ mismo con rabia.
—Espero que entiendas. Ya casi empieza la clase, asà que me voy.
Si sigo asĂ, sĂłlo llegarĂ© tarde a clase, y es una pĂ©rdida de tiempo prestarle atenciĂłn a un tipo como Ă©ste.
—¡Oye, espera! ¡No he terminado de hablar contigo!
Kurashima parecĂa querer seguir, pero Tooyama prefiriĂł ignorarlo y se dirigiĂł hacia el aula.
Al llegar a su asiento, suspirĂł mientras se recostaba en el pupitre.
—Yuuki, pareces cansado, ¿estás bien? ¿Los bibliotecarios trabajan tanto?
Al ver la cara de cansancio de Tooyama, Chihiro se preocupĂł.
—No tiene nada que ver con la biblioteca, es sobre otra cosa…
—SĂ, no es obvio, pero es un trabajo duro. TodavĂa hay clases por la tarde, Yuuki, yo confiĂł en ti, tĂş puedes.
Chihiro tratĂł de animarlo con una sonrisa.
—Chihiro… eres increĂble. Si realmente fueras mi novia, serĂa muy feliz.
Ese rostro pudo devolverle las ganas de vivir.
—Todos dicen que soy una chica… no puedo dejar de avergonzarme.
Su tĂmido compañero parecĂa un ángel a los ojos de Tooyama. Aunque fuera un chico.
—Bueno, era sólo una broma. Trataré de dormir estos últimos minutos.
La pijamada de anoche con Takai, el extraño comportamiento de Naki por la mañana, y el incidente con Kurashima durante el dĂa, hicieron que la fuerza fĂsica y mental de Tooyama se viera muy reducida. Debido a la falta de sueño, terminĂł la clase de la tarde aturdido.
Tooyama y Uehara acordaron salir juntos después de la escuela.
Pero al enterarse Kurashima, no pudo evitar los problemas.
¿Qué tan profundos son los celos de ese hombre? ¿Está tan obsesionado con Uehara?
Por esta razĂłn, Tooyama honestamente no querĂa salir con Uehara. Y sus fans no son sĂłlo de la clase, hay mucha gente desde la clase baja hasta la clase alta. Si lo supieran, definitivamente tendrĂa más problemas.
Desde su encuentro con Uehara, su pacĂfica vida comenzĂł a verse amenazada.
Tooyama no la odiaba, sino que le caĂa bien. Al fin y al cabo, era una belleza muy bonita y simpática, con una figura sobresaliente y una personalidad amable.
Quiero estar cerca de Uehara, quiero salir con ella, incluso se lo harĂa si tuviera la oportunidad. Y no soy el Ăşnico, debe haber muchos estudiantes masculinos con este tipo de pensamientos. Y ese Kurashima era sin duda la figura más representativa entre ellos.
Para Tooyama, incluso si solo tuviera una simple amistad con Uehara, su vida pacĂfica se verĂa amenazada. Si estas dos cosas estuvieran equilibradas, definitivamente elegirĂa lo segundo. Pues al final de todo, Ă©l estaba muy satisfecho con la relaciĂłn actual que tenĂa con Takai.
Lo que tenĂa con ella no era algo romántico, solo era algo carnal y lujurioso. Pero eso le bastaba para ser feliz.
Aunque solo lo haya hecho con ella. PodĂa darse cuenta que tenĂan una buena compatibilidad fĂsica.
Tooyama que veĂa la situaciĂłn algo extraña, volviĂł a considerar a Uehara como una amiga con la que pudiera hablar de esas cosas.
Sin embargo, habĂa un muro de estatus entre ellos. Los cĂrculos de Kurashima y Tooyama no estaban alineados, esta era la realidad.
— Tooyama, Tooyama, ¿me estás escuchando?
Alguien le dio un golpe en el hombro por detrás, lo que le hizo volver a la realidad.
—Ah, lo siento. Estaba un poco aturdido.
—Pensé que estabas durmiendo.
—Estaba pensando en ti, y sin darme cuenta me quedé dormido.
—¿Eh? Yo… Yo, como que…
Uehara mostrĂł una expresiĂłn algo sorprendida, sus mejillas se sonrojaron ligeramente y bajĂł la cabeza avergonzada.
—Ah, yo… estaba pensando a dónde ir contigo después de la escuela. No era nada extraño.
Casi creo un gran malentendido. Esto pudo haber escalado a más.
—Ah, entiendo… Entonces, Âżhas decidido dĂłnde debemos ir?
Uehara mostrĂł una expresiĂłn ligeramente arrepentida.
—Bueno, dijiste que querĂas que te recomiende un libro, pues vayamos a una librerĂa a mirar.
—Hmm, hay una gran librerĂa frente a la estaciĂłn, Âżcierto? ÂżSabes cĂłmo se llama?
—Hmm, creo que se llama “El salón de la Introspección”.
—¡Bien! ¡Salón de la Introspección! Vamos para allá.
Tooyama, recogió rápidamente sus pertenencias y se levantó de su asiento. Mirando a su alrededor, caminó codo con codo con Uehara hacia la puerta del aula.
ParecĂa que la combinaciĂłn de Tooyama y Uehara era rara, por lo que los demás estudiantes habĂan dirigido su atenciĂłn hacia ellos. HabĂa tantas diferencias entre ellos que era natural que llamaran la atenciĂłn.
Parece que Kurashima ya se fue…
Antes de partir, Tooyama tratĂł de revisar si alguien los pretendĂa seguir, pero no parecĂa que fuera a ocurrir.
Entonces Takai…
Parece que ya no está en clase.
Leer en la biblioteca despuĂ©s de la escuela era su rutina diaria, asĂ que deberĂa estar allĂ.
Mientras Tooyama y Uehara se dirigĂan a la puerta y se disponĂan a salir del aula, otra estudiante entrĂł, por lo que tuvieron que detenerse frente a la puerta.
¿¡Takai!?
Con una silueta que desprendĂa algĂşn sentimiento extraño, entrĂł en el aula, mirĂł a Tooyama y a Uehara, que estaban en la puerta, y pasĂł despreocupadamente.
Tooyama y Uehara salieron del aula por turnos con Takai.
¿Qué habrá pensado al ver salir juntos de la clase?
Ella dijo que solo éramos amigos con derechos, pero no se que pensar.
—Y Takai-san, pareces hablar a menudo con ella en la biblioteca, ¿qué clase de persona es?
Aunque no sĂ© por quĂ© Uehara estaba interesada en ella, no deberĂa sospechar de la relaciĂłn que tenemos.
—Ella y yo sólo hablamos de libros, asà que no la conozco muy bien.
Tooyama no sabĂa casi nada, salvo que la familia de Takai tenĂa algunos problemas.
—AsĂ que… Âżhablará conmigo si tambiĂ©n leyera como ella?
—¿Quieres hablar con ella?
—DespuĂ©s de todo, somos compañeras de clase, asĂ que quiero que nos llevemos bien. Pero ella suele estar sola y no sĂ© quĂ© decirle, asĂ que he pensado que los libros deberĂan ser nuestra oportunidad para ser amigas.
Como era de esperar, Uehara era una buena persona que no tenĂa prejuicios contra nadie.
No entiendo como puede ser amiga de Kurashima.
—Ya veo, por eso me preguntaste sobre algún libro que pudieras leer.
En ese caso, la acciĂłn de Uehara de querer leer, podrĂa tener sentido.
—No, eso no fue… Tooyama… tĂş…
Uehara tenĂa una expresiĂłn indescriptible.
—¿Eh? ¿Yo qué?
—¡Nada! ¡Idiota!
ÂżHice algo que la hizo enfadar?
Tooyama, se daba cuenta de que no podĂa entender a las mujeres. Aunque tuviera una relaciĂłn muy “cercana” con una, eso no le daba la capacidad de dejar de ser un idiota con ellas.
Los dos se cambiaron los zapatos mientras charlaban y salieron por la puerta de la escuela. Tooyama, que sentĂa las miradas de los demás estudiantes, volviĂł a sentir la popularidad de Uehara.
A ella no parecĂa importarle mucho la atenciĂłn de la multitud, y estuviera donde estuviera, tenĂa una postura natural sin adornos.
Ya veo… ÂżEsto es lo que se llama encanto natural?
—¿Qué tipo de libros te gustan?
Tooyama y Uehara, se dirigen a su destino, el salĂłn de la IntrospecciĂłn, es una gran librerĂa de cinco pisos. Para evitar dificultades en la bĂşsqueda, deben decidir de antemano quĂ© era lo que buscaban.
Novelas ligeras, obras literarias, libros extranjeros, etc. No hay tanto tiempo para explorar cada lugar.
—Hmm…no suelo leer mucho…
En ese caso, serĂan mejores las novelas ligeras y libros que no sean tan complicados. Tooyama redujo su alcance.
—¿Cuál es tu género favorito? Como el amor y ese tipo de cosas.
—Es cierto, me encantan las cosas que tienen que ver con el amor. Suelo ver pelĂculas románticas. TambiĂ©n me gustan las pelĂculas de fantasĂa donde se cuentan aventuras. Pero no me gustan las de terror.
Puedo darme cuenta que sus gustos son bastante comunes.
Si Uehara tiene elementos otaku, deberĂa ser capaz de leer algunas novelas Romcom. Ya sĂ© que tienda vamos a visitar.
Tooyama era un otaku al que le encantaba ver anime y leer novelas ligeras. No pretendĂa ocultárselo a ella.
Mientras hablaban llegaron hasta la estaciĂłn.
Y unos minutos más a pie, estaba frente al salón de la Introspección.
—Guau, esta librerĂa es inmensa.
Aunque los libros de papel estaban casi desapareciendo, debe ser algo muy importante poder venderlos en todo un edificio de cinco pisos como éste.
Haciendo referencia a lo que dijo Uehara, los dos se dirigieron a la tienda de novelas ligeras.
—Ya que no está acostumbrada a leer libros, creo que las novelas ligeras deberĂan ser una buena opciĂłn
—¡Guau! ÂżRealmente está bien que la portada sea tan explĂcita?
Frente al mostrador lleno de libros con portadas de todos los colores, Uehara pudo identificar una que sobresalĂa del resto.
Tooyama se acaba de dar cuenta de nuevo de que las novelas ligeras eran, en efecto, obras de entretenimiento orientadas a los hombres.
—Hay muchas portadas de este tipo en las novelas. Especialmente en las de temática Isekai. Cuando se trata de un Romcom, suelen llevar uniforme.
—Oye… la ilustraciĂłn es linda. ¡Pero sus pechos son muy grandes! En la vida real, no creo que haya una estudiante que los tenga asĂ.
No, Uehara-san, no creo que sean tan grandes.
Tooyama quiso decirlo, pero no pudo, sĂłlo mirĂł el pecho de Uehara y asintiĂł ligeramente.
—Bueno, es un estándar que ya se ha usado por mucho tiempo.
Señaló la ilustración de la chica en la portada de la novela con rotundidad para demostrar su punto.
—¿¡Eh!? Si esto es normal, entonces las chicas reales serĂan básicamente planas.
—Bueno, después de todo, es una invención. También se desarrollarán normas basadas en las preferencias de los lectores de novelas ligeras.
El grupo objetivo de las novelas ligeras son principalmente los hombres, desde los estudiantes de secundaria hasta los adultos.
—Hmm… al parecer a los chicos les gustan los grandes. Tooyama, Âża ti te gustan grandes?
Uehara bajĂł la cabeza y lanzĂł una pregunta que Tooyama no tenĂa ni idea de cĂłmo responder.
—No, bueno… No los detesto, pero me gustan más cuando me caben en la mano.
Los Ăşnicos pechos que Tooyama conocĂa eran los de Takai. Pero Ă©l sabĂa que los de ella no eran tan grandes.
—Parece que te gustan los pequeños…
Uehara bajĂł la cabeza y se mirĂł el pecho.
—¿Estás bien con las ilustraciones? Porque a algunas chicas podrĂan resultarles insultantes.
A juzgar por la conversaciĂłn, Uehara parecĂa no tener ningĂşn problema.
—Digamos que me gusta. Ya he leĂdo manga, asĂ que no tengo problema.
—Ya veo, entonces podemos seguir…
—No he hablado de este tema con nadie más. Pero, la gente se queda mirando mis pechos todo el tiempo, y odio esas miradas asquerosas. Pero, tú no me miras asà cuando me hablabas, asà que me sentà muy aliviada.
De hecho, estaba claro que los dos estaban hablando del tema de los pechos grandes y los pechos pequeños, pero su conversación era del todo normal.
Los chicos y chicas adolescentes, como los estudiantes de secundaria y preparatoria, evitan estos temas por su timidez.
—¿Recuerdas que te dije que pareces un adulto?
Sonaba como algo que se habĂa dicho. Tooyama comenzĂł a buscar en la memoria su conversaciĂłn con Uehara durante ese tiempo.
—Hmmm, sà lo recuerdo.
—En clase, los chicos que me rodean son como niños que revelan totalmente sus intenciones. Por lo que no me gusta entrar en contacto con ellos. Pero las chicas de mi pequeño grupo tienen una buena relación conmigo, asà que no puedo perderlas.
DespuĂ©s de todo, su grupo estaba dirigido por Kurashima, por lo que Tooyama probablemente podĂa imaginar cĂłmo era.
La razĂłn por la que parecĂa tranquilo era por Takai. Desde que podĂa liberar sus deseos sexuales con regularidad, no necesitaba esforzarse por seducir a otras chicas.
—Kurashima es como el centro de nuestro grupo, si me salgo no sĂ© quĂ© pasarĂa.
La posibilidad de ser condenado al ostracismo o al acoso es alta si te sales de tu cĂrculo cercano. Si quieres vivir sin problemas en la escuela, sĂłlo puedes unirte a un determinado grupo.
—Bueno, no creo que pase nada malo. Creo que basta con intentar ser uno mismo.
—Te envidio un poco, me gustarĂa ser tan libre como tĂş.
—Mi único amigo es Chihiro. Como resultado, casi siempre ando solo.
—¿Y no te gustarĂa tener más amigos?
—Aunque disfruto de la libertad que tengo. Cuando se trata de viajes escolares u otras actividades, no tengo compañĂa. No se si eso te gustarĂa a ti. Pero para mĂ es la oportunidad de disfrutar al máximo la experiencia, sin tener que preocuparme por otras cosas.
—Tooyama… realmente parece un adulto.
—No lo creo. Simplemente no me sentĂa cĂłmodo con los demás y optĂ© por huir. Si fuera un adulto, probablemente serĂa capaz de entender mi propia coordinaciĂłn social y llevarme bien con todos sin tener una relaciĂłn con cada uno. AsĂ que creo que tĂş eres más madura en esos casos.
—¿Enserio? No lo sé realmente.
—Sólo tengo más oportunidades para aprender, y ese conocimiento me ayuda a seguir. Después de eso solo soy un tipo aburrido.
—Jejeje, es cierto que eres un chico al que le gusta razonar.
Uehara sonreĂa feliz.
—SerĂa mejor si no lo dijeras tan fuerte.
—Sabes, como soy una persona honesta, no me gusta mentir.
—Eso no se puede negar. Después de todo, pareces ser la misma persona por dentro que por afuera.
—SĂłlo contigo puedo ser asĂ. En ese grupo se necesita fingir muchas veces.
Uehara debe haber sufrido mucho. Pero no se puede hacer nada, asĂ es la sociedad.
—Nos desviamos mucho del tema, ¿si seguimos donde nos quedamos?
Como dijo Uehara, Tooyama era bastante aficionado al razonamiento.
El mismo se sintiĂł un poco avergonzado al contar muchas cosas que pensaba sobre las personas.
—¡Me encantarĂa leer algunos libros que me hagan tan madura como tĂş!
—En ese caso, es mejor mirar los libros de la biblioteca de la escuela, quizás te puedan brindar algunos conocimientos útiles.
—¿Me volverĂ© una chica solitaria? Eso serĂa desagradable.
—Eso no es algo que se pueda obtener por los libros. La soledad es mi propio atributo.
—No sé si eso fue una broma masoquista.
Uehara soltĂł una risita.
Esa sonrisa fascinarĂa a cualquier chico. Es una expresiĂłn real que no se ve todos los dĂas. Y tooyama se habĂa dado cuenta de eso.
Al final, salieron del lugar sin comprar nada. Como Uehara dijo que querĂa hablar un poco más, fueron a una cafeterĂa y discutieron sobre algunos temas anodinos, y el dĂa terminĂł asĂ.
En los dĂas siguientes Uehara empezĂł a ir a la biblioteca de la escuela más seguido. Aunque no habĂa obras con contenido explĂcito, sĂ habĂa novelas ligeras que los jĂłvenes podĂan leer.
Uehara se sorprendiĂł al enterarse de esto. La expresiĂłn de su rostro en ese momento hizo que Tooyama se riera a carcajadas.
—¡Tooyama! Estoy aquà para devolver este libro.
Lo que tenĂa en su mano era una novela ligera de comedia romántica que hacĂa que la gente se preguntará “¿Hay algo asĂ en la biblioteca de la escuela?”. Ahora Uehara parece estar completamente obsesionada con la lectura, y viene a menudo a pedir libros prestados.
Uehara me pidiĂł que eligiera una novela ligera de amor. Entonces le recomendĂ© un drama romántico, y parecĂa gustarle.
—Una protagonista como la de las comedias románticas generalmente no existe. Los hombres fantasean demasiado con las mujeres.
Por otro lado, Takai podrĂa decirse que es una residente de la biblioteca sin importar si Tooyama estaba allĂ o no, por lo que siempre estaba allĂ.
—Oye, Oye, Takai-san, esto está muy interesante. ÂżLa has leĂdo?
Takai entornĂł los ojos mirando a Uehara, que estaba compartiendo una novela ligera de amor puro. Tooyama mirĂł la escena con una sonrisa de alivio.
—No leo ese tipo de libros. Uehara-san, las conversaciones personales están estrictamente prohibidas en la biblioteca. Asà que, por favor, no me hables, eso entorpecerá mis estudios.
La conversaciĂłn entre las dos, fue terminada unilateralmente por Takai.
Ella no suele leer novelas románticas para adolescentes. PreferĂa las historias complicadas para adultos, y Uehara no tenĂa idea de esto.
Ella no le tenĂa ningĂşn miedo a Takai, y siempre que se encontraban, intentaba preguntarle por su aficiĂłn a los libros.
—Ah…no entiendo lo que le gusta a Takai-san. Sus libros son demasiado difĂciles de entender, no puedo hacerlo.
La mayor parte de lo que Takai leĂa en la biblioteca era pura literatura y filosofĂa. Uehara la tenĂa muy difĂcil, ya que todavĂa era una principiante.
—Oye Tooyama, Âżsabes quĂ© tipo de libros le gusta leer a Takai? DĂmelo por favor.
—Quieres intentar leer lo que tiene ahora en sus manos.
—¡Ese es demasiado difĂcil de leer para mĂ! Prefiero algo más corriente.
—Si quieres tener una buena relación con Takai-san, será mejor que se lo pidas directamente.
Por supuesto que Tooyama sabĂa lo que le gustaba. Sin embargo, pensĂł que no tendrĂa sentido si ella misma no le preguntaba, asĂ que decidiĂł no decirle nada.
—¡Eres malo, Tooyama!
Él querĂa que ambas se hicieran amigas. SentĂa que el corazĂłn de Takai que se habĂa dañado por su complicado entorno familiar podrĂa sanarse con esta nueva amistad.
La relaciĂłn que tenĂan ellos dos solo iba a ser personal. El agujero que ha llenado pronto se abrirá. Tooyama era sĂłlo un estudiante ordinario, y lo que puede hacer es limitado. Y Ă©l lo tenĂa claro.
Pero tenĂa la idea que, si ella podĂa tener una amiga como Uehara que trataba a cualquiera sin prejuicios, podrĂa cambiar algo. Ella podrĂa ser la persona que estarĂa dispuesta a escucharla y entenderla. Tal vez todo irĂa bien, y Tooyama ya no serĂa necesario tampoco.
Él lo tenĂa muy claro, pero no le importaba.
Durante la pausa del almuerzo el encargado de la biblioteca era Tooyama, no habĂa más estudiantes en la biblioteca excepto Takai.
—Quiero tomar prestado este libro.
Después de registrarlo, Tooyama se lo entregó.
—El plazo para devolverlo es de dos semanas.
Takai no cogió el libro, sino que agarró la muñeca de Tooyama y tiró de él hacia un lado. Se quedó con la cara lo suficientemente cerca como para besarla.
Entonces, Takai acercĂł sus elegantes labios al oĂdo de Tooyama y le susurrĂł.
—Oye, Yuuki.
—¿Qué?
—¿Por qué me sigue esa chica?
—¿Te refieres a Uehara-san?
Como Uehara parecĂa tener buenas intenciones, Tooyama no tuvo problemas en explicarle la situaciĂłn.
—Parece que ella quiere ser tu amiga.
—¿Por qué?
—Yo tampoco lo sé. Además, rara vez me relaciono con los compañeros de clase.
—Es una tipa muy rara.
—¿Eso crees? Para mi es una buena chica sin prejuicios.
—…… ÂżTe gusta?
—¿Eh? No siento nada por ella…
—¿Me estás mintiendo?
—¿Cuál es el problema? Es raro que de la nada me preguntes esto.
—Está bien.
—Acaso te está empezando a caer bien…
Las palabras de Tooyama no recibieron respuesta alguna.
Aunque no estaba claro lo que Takai pensaba de Uehara, si parecĂa notar su presencia. Tal vez el dĂa en que ambas se hagan amigas llegue en un futuro no muy lejano.