La gal que se sienta atrás se enamoró de mí - Capítulo 7
10 DE NOVIEMBRE-17 DE NOVIEMBRE
La juventud se puede volver divertida antes de que te des cuenta
La entrevista para el trabajo había salido bien. Dicho esto, Sandai se puso de nuevo a trabajar sin poder ni siquiera recuperar el aliento; había llegado el festival de la escuela.
Al ser sábado, el festival de la escuela estaba muy animado. Aparte de los residentes locales, había mucha gente, como alumnos de otras escuelas y estudiantes universitarios.
Por haber decidido no participar e ignorarlo el año pasado, desconocía por completo la envergadura de la actividad y se quedó perplejo ante la escena que tenía delante.
.—…Así que reuniría esta cantidad, eh.
Shino se rió al ver a Sandai con los ojos muy abiertos y rascándose la mejilla.
—Jeje, bueno… nuestra escuela tiene muchos estudiantes y es muy famosa en el área por lo que vendrá mucha gente a verla.
—Lo pase de alto el año pasado, así que no lo sabía.
—Creo que más o menos participé el año pasado, ya que tuve un poco de tiempo y todo. Dijeron que íbamos a hacer una casa encantada, así que me tocó ser un fantasma.
—¿Ah, sí?
—Era algo muy común y, sin embargo, de alguna manera se hizo popular y mucha gente vino a verlo. Además, mucha gente se paraba y me miraba fijamente, así que pensé que debía de haber hecho un buen trabajo con el maquillaje de fantasma, así que eso me hizo algo feliz.
Sin duda alguna. La causa de la atracción de los visitantes no había sido porque ella hubiera hecho un buen trabajo de disfrazarse de fantasma, sino porque una hermosa chica muy despampanante había hecho el papel de fantasma.
Sin embargo, la persona en cuestión estaba contenta pensando que había sido porque había hecho un buen trabajo con el maquillaje. Decirle sin contemplaciones que “ese no es el caso” no haría más que estropear su estado de ánimo, así que solo dejo que se lo crea.
Bueno, de todos modos.
Sandai y Shino se movilizaron para llevar a cabo lo que el presidente de la clase les había ordenado previamente: ayudar entre bastidores con el café.
Ellos intentaron unirse entre varias chicas y chicos, incluido Takasago, que trabajaban atentamente.
Pero la presencia creada por una pareja de cualidades diferentes, la de una gal y un tipo solitario, no podía ocultarse tan fácilmente.
—Oye, pásame la miel.
—¿Esta?
—Sí.
—La miel, otra vez~.
—¿Vas a poner más miel? ¿No lo hará demasiado dulce?
—Eso también depende del tipo de miel, creo. Porque el sabor cambia según el tipo de flores de las que las abejas obtienen el néctar. En este caso, mira, dice “flores de castaños”, así que tiene un ligero amargor.
—El sabor cambiará dependiendo de la flor… ahora que lo mencionas, miel en inglés es honey, lo mismo que cariño.
—…¿Puedes intentar llamarme cariño?
—…Cariño.
—¡Oh, Dios, suena tan bien!
Tal era el intercambio que mantenían esos dos, que los demás se dieron cuenta de inmediato, y algunos miraron hacia otro lado y trataban de no pensar en ellos; como acabar confundiendo la sal con el azúcar y poniendo una gran cantidad de ella.
—Qué suerte tiene Fujiwara, saliendo con una chica como Yuizaki. Yo también quiero una linda novia.
—…Yo también quiero un novio. Alguien genial.
—Fujiwara-kun consiguió una chica guapa como Yuizaki-san, así que tal vez nosotros también podamos.
—Si doy lo mejor de mí, tal vez también pueda conseguir una hermosa novia…
—Shihouin-kun… Me pregunto qué piensa de mí…
Ser golpeado por el azúcar en el aire tal vez estaba haciendo que ellos mismos quisieran algo “dulce”; todos los murmullos audibles no sugerían más que eso.
El festival de la escuela transcurrió sin incidentes y el tiempo voló tranquilamente… o eso pensaba Sandai, pero las cosas entre bastidores empezaban a estar poco a poco más ocupadas.
Tuvo la sensación de que algo estaba mal.
Lo que hacían era sólo una cafetería, y no entendía realmente cómo podía estar más concurrida dado que no había ni una pizca de novedad en ella.
Sandai echó un vistazo a la escena…
Sólo para encontrar clientes masculinos hasta donde alcanza la vista repartidos por ahí.
También pudo ver a las chicas con trajes de conejitas atendiendo a los clientes.
En muchos sentidos, era un espectáculo que le hacía querer taparse los ojos, pero pensándolo bien, el presagio había estado ahí desde el principio. Shino se había negado a vestirse con un atuendo arriesgado, pero las demás parecían normales.
Es decir, que para entonces ya estaba hecho el trato de que no sería un café normal.
—Seguro que has llegado justo en el momento adecuado, Fujiwara-kun.
—Eeeh — gritó Sandai al tener el cuello de su uniforme agarrado de repente.
Miró hacia atrás y descubrió que era el presidente de la clase.
—En realidad, hicimos un cartel de más porque nos equivocamos con los números. Es un despilfarro, así que también cuento contigo para que uses esto para atraer a la gente. Ve a pasearlo por la escuela — dijo el presidente de la clase e hizo que Sandai sostuviera un cartel negro algo sospechoso.
—Eeeh… obligarme a hacerlo sólo porque hay un cartel extra no es algo que prometiste.
—No puedo oírte, Fujiwara-kun. Aprovecha la oportunidad.
Sandai miraba lleno de dudas el cartel mientras era empujado por el presidente. Esto era lo que se había escrito allí con una letra rosa y más redonda:
(Chicas lindas con trajes atrevidos que sirven a los clientes nyan~)
Al igual que un cartel de un establecimiento de prostitución.
Esto sacaría de quicio a los adultos se mire por donde se mire, y era extraño que el presidente de la clase, de aspecto serio, no lo hubiera puesto en duda, pero Sandai pudo darse cuenta. El presidente quería obtener algunas ganancias extras.
—Esencialmente mi último festival escolar.
El presidente de la clase lo había mencionado, pero precisamente por ser el último festival escolar en el que podían ir a por todas, se había apasionado tanto que había acabado olvidando el sentido común. Como no había ningún otro compañero que lo viera expresamente como un problema, Sandai pudo comprobar que toda la clase tenía el mismo sentimiento.
Además, sería inútil señalar algo a quienes perdieran de vista su entorno, y sólo conduciría a una pelea. Queriendo alejarse de una disputa innecesaria, Sandai decidió a regañadientes aceptar el trabajo.
Por ahora, trató de pasearse mientras sostenía el cartel para mantener las apariencias.
Mientras seguía pensando en su situación, se encontró con alguien con quien no debía encontrarse.
—Oye Fujiwara, ¿qué es ese cartel?
Lo encontró Nakaoka.
—¿Chicas lindas con trajes atrevidos que sirven a los clientes nyan~?
Recuerdo haber dado permiso cuando escuché que ibas a hacer una cafetería, pero no recuerdo haber dado permiso para hacer algo como un prostíbulo.
—Umm…
—¿Qué demonios está pasando aquí?
—Me han dicho que sostenga esto y le haga publicidad, así que…
—Ya veo.
Nakaoka se puso la mano en la barbilla y arrugó las cejas.
—Bueno, ya sabes… el festival de la escuela está abierto al público en general, así que eso significa que atrae a un número indeterminado de personas. Hay que pensar un poco en un evento como éste. Probablemente no podamos cambiar el tema del programa ahora, así que supongo que nuestra clase se cancelará.
Supongo que es así, fue el sentimiento sincero de Sandai.
Por ejemplo, aunque se tratara de un entusiasmo imprudente fruto del afán por crear recuerdos, era un hecho que los estudiantes de secundaria fueran reprendidos por copiar descaradamente una tienda dudosa a plena luz del día.
Sandai miró al cielo.
El sol estaba alto en el cielo, y probablemente era cerca del mediodía.
Aunque el festival escolar en su conjunto no había hecho más que empezar, el festival escolar de la clase de Sandai llegó a su fin sin alcanzar el momento más emocionante.
La cafetería está cerrada
Nakaoka pegó un papel con eso escrito en la puerta, suspiró y entró en el aula. Y entonces los compañeros de Sandai comenzaron a quejarse a Nakaoka uno tras otro.
—¡No ha habido ningún contacto físico!
—Pero si recién nos pusimos nuestros trajes.
—Fue un poco embarazoso, pero algunas personas también dieron una propina, así que…
—¡Solo es un café con un atuendo peculiar! ¡La gente que piensa que esto es erótico es la que es pervertida!
Nakaoka miró a los compañeros que no dejaban de quejarse, aspiró profundamente y reprendió en voz alta.
—¡No se quejen! ¡Silencio!
Aunque Nakaoka se divertía a veces con las imprudencias de la juventud de los estudiantes, también se ponía seria. Era del tipo que respetaba la independencia de los estudiantes, pero se ponía firme y se enfadaba si se cruzaba una línea que no debía cruzarse.
Y los compañeros, tal vez como era de esperar al comprender que habían sobrepasado ligeramente los límites del sentido común, comenzaron a ceder uno tras otro.
—S-Sí.
—…Sorry, Nakaoka-sensei.
—Lo sentimos mucho.
—Pedimos perdón.
—¿A qué viene ese lenguaje? ¿Realmente lo sienten? …Bueno, no importa. De todos modos, el festival de la escuela está abierto al público en general, por lo que vendrá un gran número de personas. Si se produce alguna queja y el vicedirector o el director se enteran, se convertirá en un gran problema. Es posible que tampoco pueda cubrirlos del todo. Por Dios… trajes de conejita… No sé de dónde los han sacado, pero me lo llevo todo, dijo Nakaoka y metió los numerosos trajes en una caja de cartón.
—¡Ahora pueden irse! Vayan a disfrutar lo de las otras clases durante el resto del festival escolar.
Cerró la puerta con un golpe y se marchó.
Un silencio terriblemente pesado se apoderó de la clase, pero… el número de personas que asumían la realidad de la cancelación de su actividad aumentaba con el tiempo, y una a una fueron desapareciendo del aula.
Al principio, Sandai y Shino no estaban tan interesados en participar, así que, a diferencia de otros compañeros, no se desanimaron.
En absoluto.
—De alguna manera… puf, el festival de la escuela terminó aquí.
—No se puede hacer nada. Vamos a ver otras clases o a las actividades que van a ver en el teatro, ya que estamos libres.
—De acuerdo.
Cuando Sandai y Shino salieron de la clase como si no hubiera pasado nada, oyeron por detrás el grito de dolor del presidente de la clase.
—¡¡¡Nooooooooo!!!
El dolor del presidente de la clase era sin duda el mayor.
Eso era evidente.
Sin embargo, todo tenía un límite. Haber perdido la calma porque “en esencia era el último festival escolar” no era bueno.
Uno cosecha lo que siembra, como dicen. Sin embargo, también había alguien de la clase que estaba tan preocupado como el gritón del presidente. Era Takasago; que se apresuró a ir al lado de su amado.
Si hubiera un golpe de suerte en esta cancelación, sería que la relación entre Takasago y el presidente de la clase podría dar otro paso adelante. Estar acurrucados en tiempos de tristeza es una receta clásica para impulsar el romance.
Como lo mejor sería no convertirse en un estorbo en esos momentos, Sandai decidió dejarlos tranquilamente solos y comenzó a recorrer el festival de la escuela junto a Shino.
Uno a uno, fueron visitando cada clase en cada curso escolar. Había quienes llevaban a cabo una exposición de algo, quienes realizaban un concierto en vivo o una obra de teatro; todos eran diversos, y era una escuela con un gran número de estudiantes con muchas clases también, por lo que recorrerla también era un suplicio.
—Estoy hecho polvo~. Cárgame~ — dijo Shino aparentemente cansada por la caminata; es fácil entender que quiera ser mimada.
—…Supongo que no tengo otra opción. Sube.
—Uwu.
Lo sabía porque anteriormente también había llevado a Shino a la espalda, pero era realmente ligera. Incluso Sandai, cuya resistencia y fuerza no eran tantas, no tuvo tantos problemas con ella.
Aunque él sentía un interés ilimitado por el cuerpo esbelto y suave de Shino, como lo haría un joven sano, sin embargo, como la última vez, intentó no disfrutar de la sensación.
—Vamos… vamos…
—Sí, sí.
—Eso no suena como el relincho de un caballito~.
—Neighhihin. …¿Estás contenta con eso?
—Muy bien.
El hecho de que llevara a Shino a la espalda atraía la atención en varios sentidos, pero las miradas inquisidoras y similares siempre les habían llovido. Sandai siempre había sido de piel gruesa, pero últimamente lo era más y ahora se encontraba en una posición en la que ya no le importaba cómo le miraban los demás.
Sandai divisó un banco mientras se abría paso entre los huecos de la multitud, y entonces se agachó para bajar a Shino.
—Tiempo de descanso~.
—Voy a buscar algunas bebidas de la máquina expendedora. ¿Quieres algo?
—Estoy bien.
—Quiero que me dejes hacer cosas de novio, como comprarle algo a mi novia. Además… Últimamente siempre me haces la comida.
—…Gracias. ¡Entonces quiero beber té con leche! Debería estar ahí.
—Entendido.
El té con leche cayó de la máquina expendedora. Sandai lo cogió y se dirigió tranquilamente hacia atrás.
Eso fue cuando.
Se oyó una voz extraña que provenía de la enfermería de la escuela por la que pasaba. Sandai se detuvo espontáneamente.
—Pyo-Pyon.
(NT: Pyo o Pyon: Sonido que hacen los conejos según los japoneses.)
—Nakaoka-sensei… parece que aún queda vergüenza en ti. Vamos tú puedes.
—No, imitar a un conejo con este traje a esta edad es…
—He dicho que está bien. Todavía es totalmente factible. Después de todo, seguimos siendo jóvenes. Apenas.
—¿Enserio?
—Sí, es cierto. Las mujeres de treinta y tantos años son jóvenes, ¿sabes? …Ahora bien, una vez más con la mente de un verdadero conejo. Uno, dos, tres, ¡ya!
—¡Pyon!
Los sonidos le hicieron sentir curiosidad por lo que ocurría dentro, así que Sandai abrió silenciosamente la puerta de la enfermería.
Allí estaba su profesora de aula con un traje de conejita. Al ritmo de las palmas de la enfermera de la escuela, su profesora de aula se puso las manos en la cabeza para hacer orejas de conejo mientras movía el trasero, repitiendo Pyon. Pyon.
—Nakaoka-sensei… ¿qué estás haciendo?
Preguntó Sandai mientras se quedaba sin palabras.
Nakaoka y la enfermera de la escuela miraron hacia atrás al mismo tiempo. Las dos mujeres de unos treinta años se quedaron heladas mientras sus ojos se abrían de par en par, y poco a poco el sudor se apoderó de sus frentes.
Sandai tragó saliva.
Lo que llevaba puesto Nakaoka era una de las prendas que se había llevado después de regañar a sus alumnos.
—Sensei…
—…P-Pyon. Te equivocas-pyon. Es sólo un pequeño conejito aquí-pyon. No hay ninguna mujer llamada Nakaoka-pyon. Fujiwara-kun, no has visto nada-pyon.
Sandai tuvo la corazonada de que sería mejor fingir que no había visto esto.
Incluso Nakaoka era una persona antes de ser profesora, así que probablemente había cometido un error por un impulso pasajero y repentino. Ella ni siquiera había pensado que sería presenciada por un alumno, más aún por uno que ella misma tenía a su cargo.
Se dio cuenta al ver el estado de agitación de ella.
Se trataba de una situación en la que el honor de Nakaoka como profesora y, sobre todo, la dignidad de Nakaoka como mujer estaban siendo amenazados.
Si se tratara de alguien que pensara en cosas torcidas como hacer que los demás hagan lo que uno quiera usando alguna información para amenazar, esta sería probablemente una situación en la que diría “tengo un buen material” con alegría, pero desafortunadamente Sandai no era un tipo así.
Además, Sandai también estaba en deuda con Nakaoka. Le debía una. A pesar de haber sido testigo de cómo Sandai y Shino se besaban hace poco, Nakaoka había leído el estado de ánimo y fingía no haberlo visto.
Pensando que era la oportunidad perfecta para devolverle el favor, Sandai dio un giro de 180 grados con un movimiento robótico, salió al pasillo y cerró de golpe la puerta de la enfermería de la escuela.
—…Ese chico, ¿es un estudiante de tu clase?
—…Sí.
—…
—…
—Creo que te vieron.
—¡Esto es tu culpa! ¡Me obligaste a hacerlo!
—¡Claro que fui yo quien lo recomendó, pero la que decidió hacerlo fuiste tú, Nakaoka-sensei! Eres una adulta, así que eres responsable de tus propios actos.
—¡Cállate, cállate! ¡No quiero escuchar excusas! Y en primer lugar, ¿por qué tienes un cuerpo tan pervertido? ¿Eh?
—Por favor, para~ no me toques así~.
Sandai se juró a sí mismo que fingiría no haber visto todo aquello. Dicho esto, olvidar la escena de hace un momento era ciertamente bastante difícil.
Fue una escena tan impactante que, incluso después de volver al lado de Shino, la impactante imagen de Nakaoka con un traje de conejita se quedó grabada en la mente de Sandai y no pudo desaparecer.
Sin embargo, debía olvidarlo. Sacudió la cabeza y echó a Nakaoka de su memoria a la fuerza.
—…¿Qué pasa?
—Me encontré con un “gran” conejo…
—¿Conejo?
—Nakao-, no es nada. Aparte de eso, aquí está el té con leche.
Sandai se tragó el nombre que casi había soltado sin pensar, entregó el pedido y se sentó junto a Shino.
Shino quería seguir preguntando, quizá porque Sandai también ponía ojos de pez muerto, se llevó la lata a la boca y empezó a beber.
—… Que delicioso.
—Me alegro de oírlo.
—Sí, gracias. …Espera, hablando de eso, ¿no compraste uno para ti?
—No tenía mucha sed.
—Hmm.
Shino dejó de beber el té con leche y se lo tendió.
—…Vamos. Ya me he bebido la mitad, así que bébete el resto.
Sandai podría haberse negado y haberle dicho que no le importara, pero Shino probablemente no habría accedido a eso, así que aceptó la oferta. Se lo tomó y tiró la lata ahora vacía en el tacho de la basura. El sonido de la lata al caer resonó en el pasillo.
El sol de la tarde que entraba en el pasillo estaba a punto de empezar a hundirse. El festival de la escuela había terminado, y los estudiantes también estaban empezando a limpiar.
Muchas clases salieron a lanzar fuegos artificiales, a una fiesta nocturna, a una cena o a un karaoke y demás. La clase de Sandai también, a pesar de que su actividad fue cancelada, había quienes encontraban a sus compañeros todavía en la escuela y se ponían a charlar.
Pero Sandai y Shino optaron por no participar. Después de todo, querer priorizar su tiempo juntos fue su razón.
—…Vamos a casa.
—…Sí.
Tras dar un paseo por el centro de la ciudad, volver a su apartamento y pasar un rato juntos, Sandai fue a acompañar a Shino a la estación.
Y entonces, se besaron. Después de eso, él vio el tren y luego miró el reloj.
—Las diez en punto…
Cuando pensó en el tiempo que faltaba para el comienzo del anime nocturno, se preguntó si podría estudiar un poco.
Mientras salía de la estación, sonó su celular.
—…¿Es Shino? No, no. Es un SMS… ¿quién es?
Pensó que tal vez se trataba de un mensaje de sus padres por primera vez en su vida, pero incluso si ese fuera el caso, mostraría el nombre. En este caso, sólo aparecía el número de teléfono. Es decir, un mensaje de alguien que no está registrado en su contacto.
—¿Esta es la clase de broma en la que envían un mensaje a un número al azar?
Eso fue lo primero que se le ocurrió, pero también cabía la posibilidad de que fuera un mensaje urgente de una oficina gubernamental o de una compañía eléctrica y demás, así que comprobó el contenido por si acaso.
(No le digas a nadie lo que viste hoy en la enfermería de la escuela. Por favor. Haré lo que sea.)
Fue un mensaje que le hizo saber inmediatamente quién era el remitente.
—…Sensei.
En cuanto a cómo Nakaoka había llegado a conocer el número de Sandai, probablemente a través de la información de contacto que se había dado anteriormente. Debido a que sus padres estaban en el extranjero, Sandai había puesto su propio número de teléfono en la información de contacto de la clase. Ella había enviado el mensaje después de echarle un vistazo.
Tal vez era vergonzoso hablar directamente, por lo que ella había enviado un SMS. Bueno, de todos modos, Sandai decidió contestar.
(Pero si no vi nada.)
Aunque Sandai no estaba seguro de si Nakaoka se sentiría aliviada o tal vez percibía su hermetismo, no hubo más respuesta.
—Qué más da.
Sandai se encogió de hombros, pero, sin embargo, recibió otro mensaje de otra persona. El teléfono de Sandai estaba muy activo hoy.
—Qué pasa ahora…
Echó un vistazo al remitente mientras se quejaba, y vio que era del acuario donde había conseguido un trabajo.
El contenido consistía en pedirle que viniera el próximo domingo a la 1 de la tarde para la explicación detallada del trabajo y la formación requerida, y también una disculpa por contactar con él por la noche.
—El próximo domingo, eh…
No tendría nada que hacer el próximo domingo, y Shino también trabajaría durante el día. En otras palabras, Sandai estaría libre durante el día. Devolvió una respuesta aceptando, ya que tampoco tenía motivos para negarse.
Como Sandai se pasaba el día con Shino, incluso con el tiempo limitado, el próximo domingo llegó en un abrir y cerrar de ojos. Después de confirmar que se acercaba la hora especificada para su reunión. Sandai se preparó y se dirigió hacia allí.
Al ser domingo, había mucha gente por la calle, por lo que caminaba con cuidado de no chocar con otros peatones.
Dado que había salido con algo de tiempo, llegó veinte minutos antes de la hora especificada. Entonces vio a Hajime.
—¡Fujiwara-kun!
—Ah… Es Saeki.
De alguna manera, sintiendo que no había visto a Hajime en mucho tiempo, Sandai se sintió extrañamente nostálgico. Sin embargo, no había pasado tanto tiempo desde la entrevista…
—Se siente como si no nos hubiéramos visto desde hace medio año.
—¿Eh? No ha pasado tanto tiempo, ¿sabes? Y la entrevista fue la semana pasada. Vamos, una broma así no tiene gracia.
Hajime hinchó las mejillas y bajó la cabeza mientras hacía un puchero con la boca.
Fue un gesto muy dulce y bonito, pero Hajime era un chico. Hajime parecía una chica lo mires por donde lo mires, pero era un chico.
—Aunque la mona se vista de seda mona se queda.
—¿Qué pasa? Estás hablando raro… ¿Es filosofía?
—Sólo pensé que el mundo está lleno de maravillas.
—Hmm. …Por cierto Fujiwara-kun, no me has llamado ni nada.
—¿Eh?
—Hemos intercambiado direcciones de contacto y, sin embargo, no te has puesto en contacto conmigo, así que me sentía solo.
—Eso es un problema de mi personalidad, debo decir.
—¿Te gusta el juego de la negligencia?
—¿Podría ser que estás tratando de burlarte de mí?
—No quiero decir eso, aunque…
—Pues mira… has dicho lo de contactar, pero tampoco sé qué debo hacer aquí. En todo caso, yo era un completo asocial hasta no hace mucho. En lugar de esperar un contacto de mi parte, quiero que lo hagas tú.
—De alguna manera siento que voy a perder si soy yo quien te llama~.
—Sabes que ni siquiera se trata de ganar o perder.
Mientras charlaban, Omaki salió del acuario y los llamó.
—Ustedes dos sí que son rápidos. Estoy muy impresionada.
—¡Buenos días!
—¿Buenos días?
Sandai inclinó la cabeza extrañado porque Hajime había dicho “buenos días” a pesar de que era mediodía.
—¡Ejem!
Hajime hinchó su inexistente pecho y comenzó a explicar.
—En el sector de los servicios, se dice “buenos días” cuando entras… Aunque no estoy muy seguro de por qué.
—Cierto, como dijo Saeki-kun, seguro que hay muchos lugares en el sector servicios donde dicen “buenos días” cuando llegan al trabajo. Aunque tampoco sé muy bien por qué.
Dado que las dos personas que no tienen ningún punto de contacto entre sí, Hajime y Omaki, estaban de acuerdo, debe ser el llamado sentido común.
—Ya veo.
Mientras Sandai asentía con la cabeza en señal de comprensión, Omaki trajo una caja de cartón nueva.
—Bueno, dejando de lado el origen del saludo… El tema principal de hoy comienza con que pongan esto.
Había ropa de trabajo con el logotipo del acuario y botas. Aunque a Sandai le dio una sensación de “voy a empezar a trabajar de verdad”.
En cuanto a Hajime, con su justa experiencia laboral, lo aceptó sin alterarse.
—¡Oye, mira esta, tiene un dibujo de un delfín en la espalda!
—Claro que sí.
—El vestuario… parece que está por allí. Vamos a cambiarnos juntos.
—Sí…
Sandai estuvo a punto de asentir con la cabeza siguiendo la corriente, pero de repente recobró el sentido.
Cambiarse de ropa junto a Hajime… No había nada de qué preocuparse, ya que eran compañeros, pero Sandai sentía que, de alguna manera, no estaba bien.
—…iré a cambiarme al baño.
—¿Por qué? Vamos, cambiémonos juntos.
—¿Estás seguro?
—¿Acaso me odias…?
—No quiero decir eso, pero cómo explico esto… Es que soy del principio que le gusta cambiarse solo — dijo Sandai con una excusa al azar.
Pero a pesar de desanimarse un poco, Hajime aceptó.
Sandai se sintió extrañamente apenado, pero tuvo el presentimiento de que, si se cambiaban juntos, se enteraría de algo grave, algo que no debía saber.
Con la ropa de trabajo en una mano, se apresuró a ir al baño y comenzó a cambiarse. Aunque tardó un poco más de lo que esperaba debido a que estaba extrañamente excitado, salió adelante de alguna manera.
Cuando salió al pasillo, Hajime estaba esperando con la espalda apoyada en la pared, al parecer había terminado de cambiarse antes que Sandai.
—¿Me estabas esperando? No es como si realmente tuvieras que…
—No vayas diciendo cosas tristes como esa. Quiero conocerte mejor, Fujiwara-kun. …Si quieres, podríamos ir con los brazos entrelazados.
¿Enlazar los brazos es una medida de cercanía entre compañeros? Sandai no estaba muy seguro, pero sentía que estaba mal.
—…¿Es cosa de hombres?
—Es algo normal. Puede que no lo sepas, pero así son las cosas hoy en día
—¿Enserio?
—¡Sólo es una broma! Es sólo una broma. Eres tan kyut, Fujiwara-kun.
Hajime sonrió radiantemente.
Probablemente él no era consciente de ello, pero la forma en que se burlaba de la gente era exactamente como una chica. Cuando se combinaba con el aspecto, hacía que Hajime fuera como una chica hermosamente perfecta, así que Sandai de alguna manera entendía ahora los sentimientos de esas personas que querían hacer que Hajime usará un traje de chica de toda forma posible.
Bueno, dejando eso de lado, volvieron a Omaki ya que habían terminado de cambiarse, y entonces les entregó un papel con el procedimiento de trabajo, un brasero y una bolsa de basura.
—En cuanto al procedimiento de trabajo, o debería decir la formación… No hay nada que requiera tanta destreza. Sólo tienes que hacer lo que está escrito en este papel y todo estará bien. No se requieren habilidades o técnicas especiales.
También había una sección de “limpieza con agua corriente” que parecía requerir algunos conocimientos, pero también había una nota de que un supervisor daría instrucciones al respecto. Parecía que no era necesario pensar de forma complicada.
—Por ahora, el objetivo de hoy es que cojan el ritmo, así que vamos a tomárnoslo con calma. Por supuesto, me aseguraré de que el tiempo de hoy se cuente para su paga. Ahora bien, empecemos por recoger la basura de la zona.
La recogida de basura se desarrolló sin problemas, pero poco después se encontraron con una bifurcación, por lo que tuvieron que dividirse en tres grupos.
Más allá del sendero bifurcado, Sandai fue a recoger la basura sin prisa y con calma. Lo hacía de la misma manera que cuando estudiaba, sin dejar ninguna sobra.
Este tipo de trabajo constante da resultados cuando se hace con constancia y sin prisas. De hecho, su bolsa se llenó en un abrir y cerrar de ojos mientras recogía tranquilamente la basura una a una.
Cuando Sandai volvió al acuario, Hajime y Omaki no estaban allí, aparentemente fue el primero en llegar. Los dos volvieron unos diez minutos después.
—Eres tan rápido, Fujiwara-kun…
—…Parece que a Saeki-kun y a mí nos costó un poco de tiempo. Bueno, los chicos son diferentes en su forma de moverse y en su resistencia, así que no se puede evitar que las cosas no vayan igual.
—Yo también soy un chico…
—C-Cierto, por supuesto, Saeki-kun también es un chico. E-Es cierto, ahora empecemos a clasificar la basura que hemos recogido, ¿de acuerdo?
Omaki abrió la abertura de las bolsas para desaparecer su descuidado comentario, y rápidamente se acercó a Sandai.
—Oye… Fujiwara-kun, creo que te has dado cuenta después de probarlo un poco, pero crees que limpiar es un trabajo sencillo, ¿no?
Había una sensación de examen en el tono de Omaki; o más bien, la sensación de que estaba preocupada porque le dijeran: “Lo sabía, no quiero hacer esto”.
El trabajo de limpieza era, como había señalado antes Omaki, sencillo. Pero no a todos los jóvenes les gustaría, pero Sandai lo había solicitado precisamente porque era un trabajo de limpieza en primer lugar.
—Personalmente, creo que este tipo de trabajo es bastante interesante también, ¿sabes? — afirmó Sandai con naturalidad, haciendo que Omaki dejará de parecer preocupada y se mostrará tímida.
—…Tienes razón. Hay muchos jóvenes que sólo piensan en si pueden o no hacer actividades llamativas, pero eso no significa que un trabajo sencillo pero necesario como éste no sea interesante, ¿no? Parece que te convertirás en un gran hombre, Fujiwara-kun. Tal vez Onee-san podría quedarse contigo.
Probablemente se trataba de una simple broma, pero se convertiría en un problema en el improbable caso de que no lo fuera. Así que inmediatamente.
—Disculpe, pero ya tengo a alguien. Sandai lo rechazó educadamente.
—¿Enserio? Hmm, ¿entonces tienes novia? Omaki se mostró muy dudosa, aparentemente pensando que para Sandai tener una novia era algo inesperado, tal vez porque ella lo veía como alguien “simple”.
—Qué pasa con esas miradas, realmente tengo una novia.
—…¿Cómo es ella?
—¿Es como que tengo que hablar sin importar qué?
—¿Tal vez realmente no tienes una?
—Estoy diciendo que tengo…
—Entonces dime.
Que siempre se dude de él también será molesto, tras pensarlo Sandai se rindió y mostró la foto de Omaki Shino que tenía en su celular.
—Es esta chica.
—¡Guau! Es toda una belleza… Supongo que no tengo ninguna oportunidad si ella es así~.
Aunque no podía saber si era una broma por el tono ligero, en cualquier caso, el interés de Omaki parecía haber disminuido al conocer la existencia de Shino.
—Haaah…, Igual quiero un novio.
—Aunque no sé tu edad, Omaki-san, pareces haber superado la mayoría de edad al menos, por lo que intentar con un chico de preparatoria suena tan…
—No soy tan viejo, ¿sabes? Todavía tengo 28 años.
—Hay unos diez años de diferencia, ¿sabes?
—Jajaja — se rió Omaki y lo disimuló, pero había una pizca de arrepentimiento en esos ojos suyos. Parecía que no iba a hacer más preguntas raras.
A continuación, mientras daban una vuelta por el local, se les enseñó ligeramente a limpiar cada lugar.
—…Todo esto es para el entrenamiento. No creo que haya nada más en particular. Me pondré en contacto con ustedes más tarde para su turno provisional, así que si hay algún problema sólo tienes que decírmelo en ese momento. Entonces, ¡ya pueden irse!
Después de despedirse de Omaki, que se limpiaba la frente, pareciendo querer decir “trabajo duro hecho”, Sandai y Hajime se volvieron a poner la ropa de calle y salieron. Por supuesto, se cambiaron en lugares distintos.
Cuando Sandai estaba a punto de irse mientras dejaba escapar un bostezo,
—Espera un momento — le llamó Hajime.
—Oye Fujiwara-kun, así que escuché tu charla con Omaki-san antes.
—¿Mi charla con Omaki-san…?
—Sí. ¿Así que tienes una novia?
—Ahh, eso. Lo has oído, eh. Bueno, sí.
—He oído que es súper hermosa ¡Enséñame también!
—Hajime se aferró al brazo de Sandai y le rogó.
Bueno, tampoco tendría sentido no mostrárselo a Hajime y sí a Omaki. Sería un trato injusto, lo que podría herir los sentimientos del pobre chico.
—Es esta chica.
—Increíble. Quiero decir, es más guapa que una modelo o una idol, ¿podría ser Yuizaki Shino-san?
—¿La conoces?
—Es súper famosa, ¿sabes? Incluso en mi escuela siempre se habla de ella. …Yuizaki-san no parece tener ninguna cuenta en Instagram, y es imposible entrar en contacto con ella, y por eso hay muchos chicos que sienten que ella es como alguien de un valor más raro.
—Ciertamente dijo que odia recibir mensajes raros por lo que no usa ese tipo de apps.
—Ya veo. …Pero, ¿cómo conociste a Yuizaki-san que tiene una guardia tan alta?
—Vamos a la misma escuela.
—Ah… ahora lo entiendo. Si ese es el caso, parece que pueden conocerse directamente.
Una pequeña brisa llegó de repente, y un olor dulce y suave salió de Hajime. Tenía el mismo olor que el de Shino.
—El olor de ahora…
—¿Sí?
—No, sólo pensé que algo que olía bien venía de ti, Saeki.
—¿Algo huele bien? ¿Tal vez sea mi crema de manos perfumada? Toma, intenta oler un poco.
Cuando Sandai olfateó el dorso de la mano que Hajime le tendía, efectivamente el olor procedía de allí.
—Es un nuevo producto de JILL. Es una marca de cosméticos de alta gama. Tienen muchos envases con diseños bonitos, así que son populares para los regalos y demás.
Dejando a un lado por ahora por qué Hajime, un chico, estaba usando un cosmético para chicas, Sandai reaccionó con un sobresalto ante la parte de “popular para los regalos y demás”.
Recordó la ropa interior que había comprado para regalar a Shino por Navidad. Aunque ya a estas alturas, le parecía algo raro lo de la ropa interior como regalo.
—Popular para los regalos…
—Lo son.
—Por casualidad, ¿podría ser popular para los regalos de, por ejemplo, Navidad o cumpleaños?
—Sí.
—…Ya veo. Así que por cierto…
—¿Qué pasa?
—Si a una chica le regalaran algo como ropa interior, ¿qué pensaría? Además, una bastante lasciva.
—¿Eh? Ah… claro… probablemente depende de la personalidad de la chica, pero… creo que se desconcertarían normalmente. No, me refiero a pensar normalmente ¿lo regalarían? Sin embargo, creo que puedes entenderlo si intentas pensarlo en su posición. Por ejemplo, ¿qué pensarían si recibieras una ropa interior extrañamente obscena para hombres como regalo de Yuizaki?
—Creo que… yo… cuestionaría lo que está pensando.
—¿Verdad? Es lo mismo.
Un chorro de sudor desagradable brotó por todo el cuerpo de Sandai.
Era una ropa interior que había comprado por recomendación de Miki.
(Fue muy divertido, y Miki también quedó satisfecha.)
Sólo ahora entendía la razón por la que Miki se iba rápidamente a casa después de decirlo. Sólo imaginar lo que pasaría más tarde ya era irresistiblemente divertido.
Había tardado en darse cuenta.
Pero ahora no tenía ni siquiera el excedente monetario para comprar otro regalo. El actual Sandai sólo podía rezar:
—Por favor, no me consideres un “pervertido”.
Los pasos de Sandai se volvieron pesados y su estado de ánimo comenzó a oscurecerse también, pero su amigo trató de animarlo.
Hajime golpeó a Sandai en la espalda.
—Eehh.
—No lo entiendo, pero es como si hubieras metido la pata al elegir el regalo. Todo va a salir bien, estoy seguro.
—…¿Sobre qué base?
—Las chicas son inesperadamente más amplias que los chicos, ¿sabes? El hecho de que estén saliendo significa que a ella también le debes gustar. Por eso todo irá bien. Incluso si el chico que le gusta a una chica o le interesa es un poco raro, ella lo perdonará. Ella pensará, “que se va a hacer”.
Era un misterio que Hajime, un hombre, entendiera incluso las partes profundas del corazón de una mujer, pero de todas formas Sandai se animó un poco.
—Gracias — dijo Sandai con una sonrisa, sólo para recibir la mirada fija de Hajime.
Esos grandes ojos suyos con las pupilas aparentemente dilatadas estaban húmedos.
Eran ojos… que parecían absorber a la gente.
Cuando Sandai le devolvió la mirada inconscientemente, Hajime dio un giro de 180 grados.
—Ni lo menciones. Jejeje… Eres tan kyut, Fujiwara-kun. Entonces nos vemos — dijo, y se fue sin prisa mientras agitaba la mano.
Sandai estaba inmóvil mirando la espalda de Hajime, pero por fin se dio cuenta de que ya era casi la hora de que Shino saliera del trabajo.
Hoy era domingo. Ella terminaba a las seis de la tarde. Sandai comprobó la hora en su teléfono y eran las 5:45.
Sandai corrió ya que parecía que no lo lograría si no lo hacía, y llegó al café cinco minutos antes, de alguna manera valió la pena el esfuerzo.
—¿Hmm? El BF-kun de Shino-chan ha llegado.
—Hola.
—Por aquí, ven.
Cuando se sentó en el asiento más discreto al que le condujeron, le sirvieron inmediatamente un té negro de la cortesía para el novio. Sandai se bebió el té negro ligeramente humeante de un tirón. Y entonces Shino, con su ropa de calle, salió de la parte de atrás.
—Yahoo.
—….
—Vámonos.
Una vez que salieron de la tienda, un viento frío sopló a través de los huecos entre los edificios.
—…Hace mucho frío.
—Tienes razón.
Sandai se pegó a Shino más de lo habitual y le agarró la mano.
La mano de Shino estaba ligeramente fría, pero a medida que la seguía agarrando, el calor se extendía gradualmente, lo cual era reconfortante.
De camino a su apartamento, Sandai miró casualmente el perfil de Shino.
Hajime le había animado, pero seguía con la preocupación sobre cómo respondería ella al recibir el regalo de Navidad.
—¿Qué pasa?
—No… umm…
—¡Ah, lo sé! Un momento.
Shino rebuscó en su bolso y sacó una bufanda de su interior, y luego se puso la mitad alrededor del cuello, y la otra mitad alrededor del cuello de Sandai.
—Tenías el cuello frío, ¿cierto? Con esto está caliente.
—…Tienes razón. Realmente está caliente.
—Bien, bien.
Sandai sonrió. Se quedó algo sorprendido.
Entonces se dio cuenta.
Shino era una chica amable que se preocupaba por él en muchos aspectos como este, al menos le daba la confianza de que era una novia que no se enfadaría.
En cuanto al presente… tendría que prestar atención la próxima vez. Eso era todo lo que tendría que hacer.
—¿Qué pasa con esa cara?
—No es nada.
—¿De verdad…? De alguna manera pareces una estatua de Buda. ¿Estás diciendo que es mi imaginación?
—Tienes razón, es tu imaginación. …¿Hmm?
De repente sonó el teléfono de Sandai. El tono era de mensaje.
—¿Quién es?
—Quién sabe. Lo comprobaré ahora.
El remitente era su padre, y el contenido era un breve “¿Cómo has estado últimamente?
—…Es de papá. Seguro que es raro.
—Tu padre, eh~.
—Parece que tengo que dar un informe. Realmente no puedo ignorar esto. Se me ha permitido vivir solo después de todo.
—También escribe sobre mí, ¿de acuerdo?
—Definitivamente lo haré, o debería decir que será el punto principal. Aunque quiero que sea lo más breve posible…
—Eres muy malo con las frases largas, ¿cierto, Sandai? Incluso ahora sigo recordando cómo sólo me enviaste tu nombre en tu primer mensaje, ¿sabes? De hecho, tengo el historial de mensajes acá, ¿quieres verlo? ¿Hmm?
—N-No, está bien.
—¿Seguro?
—Estoy seguro. …Eso aparte, como debería escribirlo.
—…En lugar de pensar tanto, ¿no puedes usar tus sentimientos? Las palabras sinceras, tal y como las sentiste, son las más naturales y resuenan en el corazón; ya sea al escribir o al hablar. Al menos yo soy así.
—Ya veo…
Sandai tecleó las palabras sin pensarlo mucho, tal y como le dijo Shino. Y luego resultó mejor de lo esperado.
Al caerle bien a Shino y salir juntos, estaba entendiendo mejor el romance.
Sandai envió rápidamente el mensaje que parecía que podía transmitir plenamente su situación actual.
(Me enamore de la gal que se sienta atrás de mí. Probablemente este será mi fin)
—Espero que lo puedan entender.
—Confía en mí. Es la mejor decisión.