La gal que se sienta atrás se enamoró de mí - Capítulo 4
27 DE OCTUBRE-30 DE OCTUBRE
Elegir un regalo es difícil, ¿cierto?
Cuando Sandai iba a la escuela, le llovían las miradas hasta un punto molesto; obviamente porque la relación que habían estado ocultando se había hecho conocida al instante por las acciones de Shino.
Sandai ya había predicho que sería así, por lo que se limitó a ignorar la situación sin entrar en pánico ni desconcertarse.
Por otro lado, hablando de Shino, aunque entendía que era el centro de atención, tuvo una fuerte actitud de “¿Y qué?.
Pero aquello pareció dar sus frutos, y nadie se acercó a pedir más detalles. Había sido tan descarado que dificultaba el acercamiento.
Toda su vida había cambiado, tanto que en vez de estudiar y ver anime después de la escuela tenía que recoger a Shino.
Entonces el tiempo pasó volando en un abrir y cerrar de ojos, y llegó el domingo.
Como estaba previsto, Sandai había reservado este día para pensar en un regalo de Navidad para su novia. De momento, prendió el PC y empezó a buscar mientras tecleaba.
10 minutos… 20 minutos.
Después de navegar tanto por Internet, encontró varios sitios web con una lista de regalos que harían feliz a una novia. Sin embargo, Sandai parecía dudoso, ya que los regalos y los motivos de los mismos eran muy diferentes en cada sitio.
En resumen, sería como lo siguiente:
(Los objetos pequeños que se pueden llevar cerca son los mejores. Cada vez que lo mire, se acordará de ti. Querer recordar siempre al hombre que ama es lo mejor para una mujer. Si das un regalo que se puede agotar, los sentimientos por ti se quedarán vacíos al mismo tiempo que se agota el contenido, así que tenlo en cuenta.)
(Los productos de maquillaje y de cuidado de la piel deberían ser una buena elección. Los artículos pequeños de cualquier tipo serían simplemente un reto para ella. Un hombre considerado es el que prepara un regalo que no se convierta en una carga mental.)
Algo que se consideraría correcto en un sitio web se negaría en el otro; todos eran así. Una vez más se sintió inseguro de cuál sería la respuesta correcta.
—…
Tic-tac tic-tac: mientras el sonido del segundero del reloj resonaba en la habitación, el timbre de la puerta sonó de repente.
—¿Quién es?
Sandai dejó de pensar por un momento para comprobar quién era el inesperado visitante; entonces vio que era Miki, la hermana pequeña de Shino. Sandai se dirigió apresuradamente a la entrada.
—Yahoo Onii-chan.
—Miki-chan, ha pasado mucho tiempo.
—Se puede decir que sí.
—¿Viniste sola? ¿No te pasó nada malo?
—Incluso Miki puede viajar sola en el tren. …Dejando eso de lado, ¿puede Miki ir a tu habitación?
Aunque fue repentino, no había forma de que Sandai se negara a la hermana pequeña de su novia que había venido sola, así que decidió aceptar lo que dijera.
—Bueno, aunque no me importa dejarte entrar…
—¡Ya!
Después de dejar entrar a la sonriente Miki, Sandai sacó una caja de jugo de la nevera y se la entregó.
—Toma.
—Gracias.
—Entonces, Miki-chan, ¿qué pasa? ¿Tenías algún tipo de recado?
—¿Alguna razón? La verdad es que no. Miki sólo quería venir a jugar.
Ciertamente lo parecía a juzgar por su atuendo; era algo fácil de ver. Realmente era un ambiente de “quería venir a jugar”.
—Ya veo.
—Sí. …Eh, Onii-chan, esto… — Mientras Miki bebía de forma rápida su jugo, vio de repente la pantalla del PC.
Un escalofrío recorrió por un instante la espina dorsal de Sandai, pero recordó que todo lo que mostraba la pantalla estaba relacionado con el regalo, y se dio una palmada en el pecho, aliviado.
Habría sido un desastre si hubiera mostrado una foto o un vídeo para adultos. Se alegró de no haber llegado a eso.
—… ¿Regalo? ¿Vas a darle algo a Onee-chan?
—Bueno… se podría decir que sí.
—Miki ya ve, pero… Onii-chan, ¿no estás seguro de qué darle a Onee-chan? Muy bien, este debe ser el turno de Miki. Miki te hará saber con qué estará contenta Onee-chan.
Aunque Sandai se quedó aturdido por un momento, enseguida pensó: “Supongo que también podría pedirle consejo a Miki-chan”. En cualquier caso, Miki era la hermana pequeña de Shino; sin duda, ella también estaría bien informada sobre lo que le gustaba a Shino.
(NT: Su novia no había dicho que la que mejor sabe lo que quiere es ella misma._.)
—Sería estupendo que me lo dijeras. Y ciertamente estoy inseguro tal como dijiste, Miki-chan.
—Ya está. Entonces vamos a la tienda.
—¿Eh, la tienda?
—Porque será más fácil de entender mostrándolo que explicándolo.
—Oh, ya veo. De acuerdo. Cuando Sandai expresó su comprensión, Miki extendió sus dos manos mientras sonreía.
—¿Y esas manos…?
—Miki no puede hablar así nomás. Lo entiendes, ¿cierto?
Hablando de eso, Miki era este tipo de chica. Anteriormente había molestado a Shino para que le diera dinero para estar en la sala de juegos.
Sandai también le había dado dinero en ese momento, pero… eso era simplemente porque hacerla esperar sin poder hacer nada le había dado pena, y la situación era un poco diferente ahora.
Dicho esto, darle dinero a cambio de ayudar en algo también era justo, así que no le apetecía especialmente criticarla por ello.
A pesar de pensar que Shino probablemente se enfadaría si viera esto, Sandai le entregó a Miki 500 yenes.
—Toma.
—500 yenes, eh…
—Lo siento. Tampoco es que Onii-chan sea rico.
—Bueno, Miki es amable, así que Miki te lo dirá, aunque sean 500 yenes. Pero… si Onee-chan está contenta con el regalo, añade un extra como recompensa por el éxito, ¿okey?
Realmente es una chica con muy buena boca y cabeza. Viendo cómo mezcló una actuación astuta, de niña tranquila que juega a ser inocente y desvalida, al final, parecía que se convertiría en una mujer muy calculadora en el futuro.
Cuando Miki crezca y se convierta en una chica guapa al mismo nivel que Shino, es posible que se dé cuenta rápidamente de que puede utilizar su encanto como arma y que piense en formas de sacarle partido.
Sería bueno que no iniciara un negocio de novia de alquiler o algo parecido, tipo “Un apretón de manos son 100 yenes, +100 yenes por cerrar los dedos”, aunque… Bueno, era simplemente que existía la posibilidad de que hiciera algo así.
No sería bueno ser tan presumido, y también existía la posibilidad de que ella no hiciera tal cosa. Confiar seguramente sería más importante que dudar.
—Bien, supongo que te daré algo más si todo va bien.
Miki sonrió ampliamente tras escuchar las palabras de Sandai.
Siento que estoy haciendo las cosas mal.
Sintiendo que había acabado animando a Miki a seguir una dirección incorrecta, Sandai empezó a arrepentirse, pero también se dio cuenta de los caballeros que, además de él, serían víctimas en un futuro lejano.
Bueno, si no soy una víctima, supongo que está bien…
Eso no era simplemente una aceptación total, pero también era esencial rendirse así a veces.
Tras llegar a la ciudad y caminar un rato, Miki se detuvo frente a una tienda.
—Vamos a elegir el regalo aquí.
—¿Enserio…?
Sandai se quedó helado al ver el cartel mientras se protegía de la luz del sol con una mano; después de todo, era una tienda de lencería; era una tienda de ropa interior femenina.
—…
—¿Hmm? ¿Qué pasa, Onii-chan?
—Mi-Miki-chan, ¿no es esta tienda el lugar donde venden ropa interior de chicas?
—Así es. ¿Y?
—Espera…
—Ah, claro, debe haber muchas cosas que no sabes. Al fin y al cabo, eres un chico, Onii-chan. Bueno, no te preocupes, porque Miki aquí sabe muchas cosas como el diseño que le gusta a Onee-chan o su talla… Onee-chan seguramente estará contenta, porque es el tipo de mujer a la que le gusta bastante la ropa interior.
Lo que Sandai recordó entonces fue el día del tifón cuando Shino había venido a pasar la noche la última vez.
La ropa interior que Shino había lavado en ese momento era roja.
Sandai no sabía exactamente en qué se basaba la elección de la ropa interior de las mujeres, pero sí sabía que el rojo se consideraba generalmente un color atrevido. Dado que ella usaba ropa interior de ese color, parecía lógico que tuviera algún tipo de particularidad al respecto.
Pero no tan rápido.
Incluso si ese fuera el caso, habría que tener valor para entrar en la tienda. Sandai gimió con sudor frío, sólo para que Miki se encogiera de hombros exasperada.
—¿No quieres ver la cara de felicidad de Onee-chan?
—Sí quiero, pero…
—Entonces tienes que entrar. Vamos, muévete.
—Todavía no he preparado mi…
—¡Muévete!
Mientras Sandai entraba en la tienda con Miki empujando su trasero con fuerza, las clientas de alrededor fueron todas a la vez a mirarle en el instante en que dio un paso dentro de la tienda. Sandai se quedó helado ante el silencio y la quietud terriblemente incómodos.
—¿En qué puedo ayudarle…? Una empleada con las mejillas crispadas apareció tranquilamente y le habló. Ella estaba claramente mirando a Sandai como una persona sospechosa, así que él trató de suavizarlo con una sonrisa forzada.
—Jaja…
—¿Pasa algo?
—…
—¿Señor?
—…
—¿Seeñor? Hola… Espera, su cara está muy roja.
Sin saber cómo empezar a hablar, Sandai se avergonzó al ver nada más que ropa interior femenina a su derecha y a su izquierda, lo que hizo que su cara se pusiera roja.
—¿Tienes fiebre? ¿Necesita hielo?
—No… umm…
—¿Sí?
—…
Sandai volvió a quedarse en silencio,
—Estamos aquí para comprar ropa interior — Miki aparecía para salvarlo.
—Este onii-chan es el novio de la onee-chan de Miki, ese será su regalo.
—Ya entiendo.
Sandai consiguió calmarse un poco tras ver la reacción de que venir a comprar un regalo no sería extraño. Se calmó lo suficiente como para poder hablar con normalidad.
—Umm… ¿hay muchos hombres que vienen aquí a comprar ropa interior como regalo para su novia?
—Seguro que sí.
—Me alegra escuchar eso. He estado tan nervioso que la gente podría pensar que soy un pervertido.
—¿Eh? No, aunque creo que hay muchas que lo piensan.
—¿Eh? No, ¿no acabas de responder que los hombres también vienen aquí a comprar ropa interior como regalo?
—Errr, los hombres que vienen a comprar ropa interior como regalo suelen venir con el destinatario, es decir, su novia o esposa. Aparte de eso… por ejemplo, venir aquí junto a una niña como ésta no es algo que se vea tan a menudo. Incluso si se da la circunstancia, sólo se podría entender la situación después de preguntar. Esta vez lo he hecho y lo bueno que todo está bien, pero si otra era la situación… umm… ¿miras? — La empleada señaló el teléfono de la pared conectado a un número de emergencia.
Fue un terrible malentendido, pero si se ve con objetividad, no se puede evitar, aunque la gente piense que es realmente la verdad, así que no puede hacer ninguna queja.
—Y entonces… sobre la forma del cuerpo de la novia… en otras palabras todo tipo de tallas, ¿las conoces?
—¿Tallas?
—Sí.
Podía hacerse una idea de la forma del cuerpo de Shino, que era vaga -sólo una impresión basada en lo que había visto por encima de su ropa-, pero no tenía ninguna idea de los detalles. Sandai miró a Miki. Y entonces Miki sacó un bloc de notas del bolsillo delantero de su vestido y se lo mostró a la empleada.
Parece que es mejor dejárselo a Miki-chan. Sandai decidió esconderse sigilosamente detrás de una columna un poco alejada y sólo observar desde la distancia.
No podía oír bien su conversación, pero ni siquiera podría dar una respuesta si le lanzaran una pregunta por quedarse cerca sin cuidado, así que defendería este lugar por su vida hasta que la conversación terminara.
—…No sólo las tres tallas, también los muslos, las pantorrillas, la parte superior del brazo, el cuello, la anchura de los hombros y el tamaño de la cabeza dan en el clavo.
—Wow… Qué buena figura. ¿Está modelando o algo así?
—No es modelo ni nada, pero bueno, sólo el cuerpo y la cara. Su cautela es fuerte, pero es medio despistada en todo lo demás.
—Qué manera tan implacable de decirlo… ¿No te cae tu onee-chan?
—A Miki no.
—¿Enserio? De todos modos, ya que sabes tanto, parece que no hay necesidad de preocuparse por el ajuste y esas cosas. Y entonces, ¿qué tipo le gusta a tu onee-chan?
—Le gustan los colores poco llamativos y los tejidos con una sensación agradable al tacto. Un diseño bonito puede ser bueno.
—Vistoso… buen tacto… lindo… hmmm, entonces tal vez la esquina de allá.
—Entiendo. Muy bien, vamos entonces, Onii-chan… espera, ¿a dónde fue?
La conversación parecía haber terminado, así que Miki empezó a mirar a su alrededor buscando a Sandai; entonces lo encontró escondido detrás de una columna.
—Desde cuándo estás aquí…
—Solo me alejé un momento, no quería meterme en su conversación.
—Diablos… eso es demasiado patético.
Incluso Sandai era consciente de que había huido, pero no quería expresarlo con palabras si era posible; que se lo señalarán le atravesaba el corazón.
Pero bueno, es inútil preocuparse por el pasado.
—Es por aquí.
Miki empezó a moverse, así que él la persiguió, y luego llegó a una esquina donde no había más que ropa interior de adulto.
Muchas eran de colores como el morado, el rojo y el rosa, y con diseños lascivos para rematar; las mejillas de Sandai se pusieron rojas por tercera vez, y acabó cubriéndose la cara con ambas manos.
—Oye, Onii-chan… vamos, tienes que elegir ahora.
—Creo que te haré elegir, Miki-chan…
—Miki dará consejos, pero el que decide tienes que ser tú, ¿sabes? Tu eres el que se lo va a regalar. ¿Lo entiendes, Onii-chan?
Aunque ese era un argumento sólido, no podía mirar de frente.
—…Supongo que no se puede evitar. Veamos, Miki cree que lo que debería hacer feliz a Onee-chan es… ¿algo como esto quizás?
Sandai hizo un hueco entre sus dedos y miró la ropa interior que tenía Miki en la mano. Era un conjunto transparente de color cereza con encaje fruncido.
Era el tipo de ropa interior que era sexy pero que seguía siendo bonita.
—Esto es…
—A Onee-chan le gusta algo así, ¿sabes? Y el tamaño es ciertamente F65, también.
—…F?
(NT: El F65 tiene un tamaño de 88 cm de busto. En EE.UU. el código sería 30E/DD. No es información necesaria pero igual quise ponerla.)
—¿Eh? ¿No lo sabías? Cuando Onee-chan se quita la ropa, tiene las tetas bastante grandes, ¿sabes?
Shino parecía tener las tetas grandes escondidas según Miki, pero eso tampoco parecía estar del todo equivocado. Cuando Shino y Miki habían estado a punto de discutir, pudo notar algo de relevante tamaño.
Además, hacía poco que había llevado a Shino a cuestas, y efectivamente eran pechos con suficiente presencia como para sentir su sensación.
Efectivamente, eran grandes.
La razón por la que Sandai no se había dado cuenta de un hecho tan claro hasta ahora era porque la mayoría de los sentimientos que albergaba por Shino estaban dirigidos a nivel interno.
Por supuesto que le interesaba el cuerpo de una mujer como lo haría un joven, pero lo reprimía bien a su manera. Aunque, debido a la exposición de Miki, la balanza de la razón que había estado en equilibrio hasta ahora empezaba a inclinarse en la dirección no buena.
—…Imaginalo, Onii-chan. Imagina a Onee-chan con esta ropa interior.
Cuando trató de hacer lo que dijo Miki, una hemorragia nasal empezó a brotar por sí sola. Sandai se limpió apresuradamente la nariz.
Por qué sangró por la nariz… Sólo lo imaginé después de que Miki-chan me lo dijera, no es que esté pensando de forma lujuriosa.
Mientras ponía una excusa tonta en su corazón, Sandai sacudió la cabeza con ganas y borró de su mente la imagen de Shino en ropa interior.
—Onii-chan… Tu cara se estaba convirtiendo un poco en la de un pervertido. Eso fue simplemente horrible.
—Eso no es cierto.
Sandai puso forzosamente una cara normal lo mejor que pudo.
—Es sólo tu imaginación, Miki-chan.
—¿Enserio?
—Lo es. Aparte de eso… esa ropa interior es demasiado madura.
—Miki creo que es del tipo lindo y no tan maduro, aunque…
—-En todo caso, vamos a ir con más normalidad.
—Miki cree que esto también es bastante normal. Es la cuestión de cómo lo ves.
Ahora que lo dice, no elegir esta ropa interior también parece ser lo que atestigua sus propios pensamientos perversos.
Como quería evitar ser tachado de “pervertido”, Sandai decidió comprar la ropa interior en manos de Miki después de meditarlo mucho.
—…Al parecer onii-chan ya sabía que esta era la mejor elección.
—La cosa es que… ya quiero irme.
Cuando Sandai se apresuró a ir a la caja registradora con la pieza en la mano, la empleada de antes estaba de pie en el mostrador. Se sintió aliviado, ya que era posible que lo miraran con extrañeza y que tuviera que volver a dar explicaciones si hubiera sido otra.
—Oh soy… el de antes.
—Entiendo. Entonces … serán 24.580 yenes.
—¿Veinti…?
Sandai dudó de sus propios oídos ante la inesperada gran cantidad; pensó que había escuchado mal.
—Sí.
—¿24.580 yenes?
—Así es.
Parecía que no había sido un error de oído, así que Sandai se quedó boquiabierto.
En primer lugar, la variedad de ropa interior para mujeres con pechos grandes es escasa, y las que tienen un buen diseño entre ellas serían especialmente caras; pero Sandai desconocía estas circunstancias especiales, y sólo podía pensar: “¿Por qué es tan cara?”
—¿Pasa algo?
—N-No… umm… no es nada.
—Entonces, por favor, proceda al pago.
Conmovido, fue a comprobar el interior de su cartera. Cuando contó los billetes con dedos temblorosos, le pareció que apenas llevaba lo suficiente.
Como consecuencia de vivir solo, Sandai dispondría de dinero transferido por sus padres en una fecha determinada cada mes para los gastos de manutención, y eso sería sólo una cantidad suficiente para vivir normalmente, no lo suficiente para vivir con lujo. Se sintió deprimido al pensar que la vida sería más difícil a partir de mañana debido a este gasto tan alto.
Sin embargo, pensando que sería un pequeño precio a pagar si podía ver la cara de felicidad de Shino, Sandai pagó la cuenta.
No se arrepiente.
—Muchas gracias, y este será su cambio. Y sobre el envoltorio… pensando normalmente, es necesario, ¿no? Es para un regalo.
—Por favor. Estoy pensando en regalarlo para Navidad, así que me encantaría que lo envolvieras con ese fin.
—Así que es para Navidad. Seguro que eres muy rápido para empezar a prepararlo ahora.
—No quiero tener prisa en el último momento, así que…
—Tu novia tiene la suerte de que pienses tanto en ella. Entonces, por favor, espera un momento.
La empleada se dirigió al siguiente mostrador y comenzó a cortar el papel de envolver con mucha habilidad, y a la vez sonrió con autodesprecio y murmuró algo a mitad de camino.
—…Ropa interior para un regalo de Navidad, eh. “No quiero que hoy sea una noche santa, quiero que sea una noche de sexo” Los chicos jóvenes últimamente son increíbles, tienen una cara de tranquilitos, pero en el fondo solo son unas bestias. Bueno, mejor eso que un cobarde.
Por suerte, él no podía oírla. Ya que se podría haber avergonzado aún más.
Sandai más bien miraba el contenido, ahora más solitario, de su cartera.
Ahora seguro tengo que conseguir algún tipo de trabajo a tiempo parcial.
Los gastos como este aumentarán a partir de ahora. El tiempo también pasaría tan rápido que incluso las vacaciones de invierno llegarían en poco tiempo. En ese momento, seguramente estarían hablando de ir a algún lugar un poco más lejos incluso.
Cuanto más dinero tuviera más opciones tendría en las que podría disfrutar. Sentía que podía trabajar duro por eso, por un momento agradable con ella.
Habiendo sido un tipo solitario hasta ahora y no siendo la socialización su fuerte, no sabía si podría trabajar sin problemas, pero aun así, pensó en intentarlo.
Sin darse cuenta de que su propia cara se convertía en una sonrisa, Sandai llegó a casa y escondió la ropa interior envuelta en papel de regalo con motivos florales en el armario. Y entonces Miki pinchó a Sandai en la espalda con el dedo.
—Parece que ya no hay nada que hacer, así que Miki se va a ir a casa. Fue muy divertido, y Miki también quedó satisfecha.
Sandai no podía entender dónde estaba el factor de diversión, pero aparentemente Miki se iría a casa ahora, en cualquier caso.
—Ya veo. Entonces te acompañaré a la estación.
—Gracias.
—Lo mismo digo, gracias por el consejo. Por cierto… ¿qué hay de la comida? No tengo mucho dinero, pero si te parece bien algún sitio barato, puedo llegar a duras penas.
—Miki está feliz por tu pedido, pero en realidad Miki les dijo a papá y a mamá que Miki estará en casa para el almuerzo. Probablemente estén esperando a Miki.
—Ya veo. Así que eso significa que planeabas volver para el almuerzo desde el principio.
—Miki no puede estar fuera hasta que anochezca. Hay mucha gente peligrosa en el mundo hoy, y además hoy es la primera vez que Miki viaja sola en tren, y Miki tampoco quiere perderse.
Miki parecía tener una sólida gestión de crisis. De alguna manera podía entender la razón por la que sus padres le habían permitido ir a pasear sola esta vez.
—Ah, también… Miki tiene una petición, Onii-chan.
—¿Una petición?
—Mantén en secreto para Onee-chan que Miki ha venido hoy. Se va a enfadar mucho si se entera de que Miki ha venido por su cuenta.
Ciertamente, Miki había ayudado hoy a Sandai en muchas cosas, así que decidió aceptar su petición; hizo un breve gesto con la cabeza. Miki suspiró aliviada y sonrió.
Cuando llegaron al andén de la estación, el tren llegó justo en ese momento. Miki saltó dentro en cuanto se abrió la puerta.
—Ten cuidado.
—Okeeey. …Oh, eso es, Onii-chan, ¿tienes un momento? Préstame tu oído.
Miki le hacía señas con la mano, así que Sandai acercó su cara mientras se rascaba la cabeza, sólo para recibir un beso en la mejilla.
—…¿Miki-chan?
Sandai se quedó boquiabierto, y Miki sonrió.
—Miki está añadiendo un seguro. Si rompes la promesa, Miki le dirá a Onee-chan que la engañaste con Miki.
Tuvo un extraño golpe de efecto; y rápidamente entendió que no era una mera amenaza.
Aquella audacia, sin dudar en absoluto en actuar según sus propias palabras, le recordaba de alguna manera a Shino. Aunque sus personalidades eran claramente diferentes, podía decir sin embargo que eran hermanas desde ese punto.
Con una sonrisa irónica, Sandai aceptó la amenaza.
Incluso si Miki dijera algo, no es probable que Shino lo creyera de inmediato, pero, aun así, se había sentido abrumado hasta el punto de hacerle pensar que debía tener cuidado con ello por si acaso.
—Entonces nos vemos luego, Onii-chan.
Cuando las puertas se cerraron y el tren avanzó, Miki le miró de pie en su asiento con las manos pegadas a la ventanilla.
Cuando Sandai agitó la mano, Miki le devolvió el saludo.
Tras salir de la estación, Sandai se detuvo en una tienda al azar para comprar un pan dulce y un jugo para almorzar y llenar el estómago.
El mundo actual era un buen momento para estar, ya que unos cientos de yenes podrían llenar el estómago. Sin embargo, Shino probablemente le regañaría diciendo que era malo para su salud si se enterara.
Mientras caminaba tranquilamente, Sandai se puso a buscar casualmente en su celular páginas web de trabajos a tiempo parcial.
La razón por la que se apresuró a pasar a la acción después de pensar en intentarlo podría deberse a que una parte de él, sin saberlo, se estaba pareciendo a Shino. A menudo se dice que las parejas se influyen mutuamente y poco a poco se van pareciendo más el uno al otro, y aparentemente Sandai no era una excepción.
—Esto seguro que no va… Parece que puedo hacer esto… No, esto se ve muy difícil.
Se quejó mientras buscaba, pero no pudo encontrar fácilmente uno, y lo siguiente que supo fue que se estaba haciendo de noche.
Dejando a un lado que el tiempo pasaba más deprisa últimamente, el turno de Shino del domingo terminaría antes que el de los días laborables, así que ya sería casi la hora de recogerla.
Sin embargo, sabía que no sería bueno llegar demasiado pronto, así que fue a tomarse su tiempo; llegó al café unos 10 minutos antes de que terminara el horario de Shino.
—Holis, BF-kun de Shino-chan.
—Hola.
—Ya que estás aquí. Hay un asiento vacío por allí.
—Está bien.
Cuando se sentó en el asiento que le correspondía, le sirvieron inmediatamente los dulces y el té de cortesía para el novio. Con entusiasmo se los llevó a la boca.
La música de jazz sonaba en el café iluminado por una luz no demasiado brillante y de colores tranquilos. Realmente parecía fuera de lugar que Sandai estuviera en este lugar
Sin embargo, en el transcurso de unas cuantas visitas, Sandai se fue haciendo tolerante a este ambiente. Los humanos son criaturas del entorno, y se acostumbrarán a él y se adaptarán.
—¡Muchas gracias!
Al ver a su novia Ella también parece animada, entonces la chica que le había indicado su asiento le susurró algo a Shino.
Ella empezó a mirar a su alrededor, y entonces sonrió cuando vio a Sandai. La chica parecía haberle dicho a Shino que habían venido a recogerla.
Al poco tiempo, su novia entró en la parte de atrás y salió vestida con su ropa normal.
—¿Esperaste mucho?
—No tanto.
Después de intercambiar tan enlatadas palabras, se cogieron de la mano y se dirigieron a casa. El domingo les permitía disponer de un poco más de tiempo que entre semana, así que, naturalmente, su ritmo se hizo más lento.
Al caminar a paso lento, los letreros de las tiendas a las que normalmente no se presta atención eran bien perceptibles; quizá por eso, Shino se fijó en un pequeño papel colocado bajo cierto cartel y se detuvo en seco, aparentemente interesada.
(Vendemos taiyaki que podría ponerse de moda un día de estos. Por ahora sólo tenemos un sabor, pero ven a nuestra tienda.)
(NT: El taiyaki es un pastel japonés con forma de pez. El relleno más frecuente es la pasta de judías dulces, que se elabora a partir de judías azuki endulzadas. Otros rellenos comunes pueden ser la crema pastelera, el chocolate o el queso.)
Escrito con “un día de estos”, “por ahora” y cosas por el estilo, era una etiqueta de papel con una voluntad dudosa de si querían vender o no, pero a Shino le pareció que le entraban ganas de probarlo, así que se coló sigilosamente en la tienda y salió después de comprar uno.
—Normalmente, la gente no se dejaría embaucar para comprar algo por un cartel dudoso como este.
—Vamos, está bien, ¿no? Aparte de eso, mira esto. Es gracioso, jajajaja — mientras se reía, Shino le mostró el taiyaki que tenía una forma inusual; era un besugo con la boca bien abierta, y sobre esa boca se colocaba helado de color marrón cacao.
(NT: El besugo es un pequeño pez de agua salada usado en muchos platillos, llega a medir de 25 cm – 65 cm.)
—¡Qué bonito!
—Seguro que tiene una forma curiosa. Dime, ¿no haces fotos y las subes o algo así para cosas que te gustan? Como a un blog
¿Blog? Lo estuve haciendo durante un tiempo, pero recibía tantos mensajes espeluznantes diciendo que querían conocerme que me dio miedo, así que lo dejé inmediatamente.
De entre las peculiaridades de Shino, Sandai sintió de repente que había vislumbrado una de las razones de la aversión de Shino por los hombres.
Ante una gran cantidad de afecto del sexo opuesto que no le interesa, no es de extrañar incluso que tienda a distanciarse, a odiar o a adoptar una actitud dura.
Hablando de eso, Nakaoka también había mencionado la situación de Shino anteriormente. Ella le había dicho a Sandai que tenia que ayudarla a que cambiara eso.
Pero, aunque Sandai lo recordara, lo que podía hacer ahora tenía un límite. Una mente y unas emociones atrapadas en lo negativo y no en lo positivo no son algo que pueda corregirse fácilmente, y hay que verlas a largo plazo y poco a poco.
—Aunque bloqueara y bloqueara y bloqueara, seguía recibiendo mensajes todos los días de diferentes personas uno tras otro.
—…Eso sí que fue horrible.
—Por eso, para curar esa vieja cicatriz emocional, ¡haz el “aa” y dame de comer este taiyaki!
Aunque era un ruego repentino, cumplir con algo así también sería el papel de un novio. Sandai tomó el taiyaki y lo puso en la boca de Shino.
—Haber.
—Espe-, demasiado cerca, demasiado cerca. Quiero espacio para abrir la boca…
—Culpa mía. …Muy bien, ¿qué tal ahora?
—Hmm, ahora esto está bien.
Shino se comportó con altivez como si se hubiera convertido en una especie de reina y empezó a comer el taiyaki.
—…¿Hmm?
Seguro que, como un niño, mientras Sandai miraba a Shino, vio un poco de helado pegado a la punta de su nariz.
Parecía haberse quedado allí cuando se había acercado demasiado. Sin embargo, la persona en cuestión no parecía darse cuenta, así que decidió limpiarlo con el dedo.
—¿Qué, qué, qué…?
—Tienes helado — dijo Sandai y se quedó mirando las gotas de helado derretido que descansaban en la punta de su dedo.
Podía pasarle un trapo para limpiarlo, pero era un poco derrochador, así que lo lamió y decidí saborearlo.
Una dulzura tenue, no demasiado fuerte, y el suave aroma del cacao se extendieron en su boca.
Aunque parecían poner todo el foco en su divertido aspecto, su contenido parecía estar también sorprendentemente bien hecho.
—Te… te daré un mordisco si es lo que quieres…
—Ah nah, no es que quisiera comerlo. Sólo pensé que era un desperdicio sacudirlo.
—…Cómo decirlo, te gusta hacer ese tipo de cosas, ¿no?
—¿Enserio?
—Ya sabes, como lo de los besos el otro día.
—¿Debo parar?
—No lo odio, aunque…
—Parece que no hay problema entonces.
—Eres muy astuto, Sandai…
De la nada…
(¡La Navidad llegará antes de que te des cuenta! Empiecen a preparar las festividades ahora.)
Dicho anuncio se estaba reproduciendo en una enorme pantalla en la pared de un edificio comercial. Ambos lo miraron juntos de forma espontánea.
—Por cierto… eso me recuerda.
—…¿Qué pasa?
—Así que en diciembre… a cambio de coger un turno el 25, tengo el 24 libre. Si no lo reservo ahora, puede que haya más chicas que tengan novio y quieran tomarse el día libre si es a última hora, así que se convertirá en una competición cuando eso ocurra.
Mientras Shino giraba la cabeza hacia abajo y ponía ojos de cachorro, apretó con fuerza la mano de Sandai.
—Es porque quiero estar contigo todo el día de Nochebuena… Puedo, ¿cierto?
Con sus ojos, Shino apeló al: “Eres mi novio, así que te asegurarás de estar libre ese día.”
Como Sandai ya había preparado un regalo para Navidad, no había manera de que tuviera nada que hacer ese día. Incluso si Shino conseguía un turno, esperaría nervioso todo el día para poder recogerla enseguida.
—Me parece bien.
—Ya veo… jeje, claro, por supuesto que no vas a tener nada que hacer. No tienes amigos después de todo.
Aunque un paso en falso habría provocado un pinchazo profundo y duro, estaba claro, por la expresión de felicidad de Shino, que no era un comentario sarcástico.
El verdadero significado detrás de esas palabras podría decirse que era la expresión de su sensación de alivio por el hecho de que había pocas posibilidades de que la sombra de otra mujer apareciera. Simplemente lo expresaba con palabras.
—Bueno, así son las cosas. Por cierto, tengo un regalo de Navidad para ti, así que espéralo.
—¿Eh? ¿Un regalo?
Shino reaccionó a las palabras “regalo”. Sus orejas se movían como las de un gato.
—…Pues es para Navidad.
—¡No puedo esperar más! De hecho, yo también pensaba regalarte algo por Navidad, así que ¡espéralo con ganas, Sandai!
A Shino también parecía ocurrírsele algo.
Sandai también sintió curiosidad por lo que le daría, pero ambos tendrían que esperar hasta el día señalado.