Tu que tienes experiencia y yo que no la tengo. Nuestra historia como pareja. - CapĂtulo 5.6
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- CapĂtulo 5.6 - EpĂlogo
Después, volvimos a Harajuku a petición de Runa y nos dirigimos a la tienda de
purikura favorita de Runa.
La tienda, situada en el sĂłtano, es más luminosa que de dĂa debido a los
fluorescentes y a la luz que se filtra de las máquinas purikura. Las cubiertas de vinilo
de las máquinas purikura llevan impresas fotos de mujeres a la moda, y verlas
alineadas en hileras sobre el profundo suelo es sobrecogedor.
Los clientes son principalmente jĂłvenes, desde adolescentes a universitarios, y en
algunos modelos se pueden ver largas colas esperando su turno. Hay algunas
parejas aquĂ y allá, pero la mayorĂa son abrumadoramente femeninas.
—…
Nunca he estado en un lugar como este antes. Si no hubiera salido con Runa,
probablemente no habrĂa visitado este lugar hasta morir.
—¿Cuál elijo? Si voy a hacerme una foto con mi novio, me gustarĂa una natural que
no sea demasiado excitante…
Runa pasea por la tienda e inspecciona las premáquinas. No entiendo la diferencia
en absoluto, pero Runa parece haber entendido algo, “¡SĂ, me quedo con este!”, y
se alineó en una de las máquinas.
El turno llegó rápidamente, y lo primero que hay que hacer es seleccionar el número
de personas y el fondo de la pantalla exterior. La mirĂada de colores y diseños me
parecen todos iguales y no sé qué es qué, pero Runa utiliza su lápiz táctil para
manejar la máquina con nitidez y hacer sus selecciones.
—¡SĂ, vale! ¡Vamos, Ryuuto!
—Umm, sÅ
Runa me tira del brazo y nos dirigimos al purikura que hay dentro de la cubierta de
plástico.
El interior de la cubierta es completamente blanco, y en cuanto me puse a hacer
pucheros, empezĂł el rodaje.
—¡Ryuuto posa para mà también!
—¿Eh?
—¡Sólo imita al modelo por ahora!
—¡SĂ!
Si me fijo bien, puedo ver algo llamado pose de modelo en la pantalla que hay
delante.
—¡Acércate un poco más!
—¿Qué?
—Espera, estás demasiado cerca, ¡no puedo verte!
—¿Eh?
—¡Rápido, rápido!
Mientras está impaciente, la máquina hace la cuenta atrás “Tres, dos, uno…” y el
flash se dispara.
Continuando, la siguiente pausa.
—Mira, Ryuuto, dame tu mano también.
Cuando Runa me dijo que mirara la pantalla, vi que en la pose de modelo, los dos
juntaban una mano en el centro y hacĂan un corazĂłn.
¡Qu-QuĂ© vergĂĽenza…!
—Ryuuto, vamos~
El purikura es pequeño. Toda la cabina está llena del olor de Runa, y ella está justo
delante de mĂ, mirando hacia arriba y tendiĂ©ndome una mano.
—… A-AsĂ…
Las yemas de los dedos de la mano que extendiĂł rezumante coinciden
perfectamente con las yemas de los dedos de Runa.
Estoy tan nervioso, que voy a tener una expresión extraña en mi cara.
Estas cosas se repitieron varias veces, y para cuando terminĂł el rodaje, yo estaba
completamente agotado en muchos sentidos.
—Increible…
ÂżTodas las chicas del mundo hacen esto?
Quiero decir, cĂłmo puedes posar asĂ una tras otra sin avergonzarte, aunque no seas
modelo…
A mi lado, medio impresionada y medio sorprendida, Runa pasa su lápiz táctil a gran
velocidad por la pantalla del rincĂłn de los garabatos.
—¡Ew, este oso es tan mono! ¡Lo pondré en Ryuuto! ¡Creo que sere un gato! Ah,
¡qué bonito!
Hablando rápidamente consigo misma, Runa garabatea en todas las fotos,
haciendo pleno uso de sellos y demás. Su vĂvido uso del lápiz táctil es como un
nuevo tipo de hacker, e incluso parece cada vez más genial a medida que lo observo.
—…
Es una chica… una chica de verdad… ÂżCuántas docenas de purikura ha tomado
hasta ahora, y cĂłmo puede hacer movimientos tan refinados como un maestro?
Una vez más, me estremezco de miedo ante el nivel alegre de Runa.
—¡Bien!
Runa pulsa el botón de hecho y mi primer purikura de mi vida está completo.
—¡Vaya, tiene una pinta estupenda! Está buenĂsimo.
La voz de Runa estallĂł al ver la pegatina que saliĂł tras ser impresa.
—¡Ryuuto también es mono!
Mirándolo bien, en el purikura, tengo un contorno más marcado, un poco de rojez
en los labios y los ojos más grandes que la cara que veo en el espejo. Me
avergĂĽenza el ambiente de chica en general.
Runa es extraordinariamente linda contra mĂ de esa manera. Sus expresiones
faciales coinciden con sus respectivas poses, y es una belleza perfecta, como si
estuviera hecha de gráficos por ordenador.
Nunca he sido fan de las caras de las chicas que han sido procesadas en purikura
porque parecen poco naturales, pero pensé que cuando una chica muy mona se
hace una foto, se vuelve irrealmente mona. AĂşn asĂ, me gusta más la verdadera
Runa.
—… Bonito…
Después de decir eso, Runa me mira de repente con preocupación, ya que no pude
hacer ningún comentario y me quedé en silencio.
—¿Y tĂş, Ryuuto? ÂżTodavĂa no puedes hacer pre o algo asĂ? Ah, rimĂ©, tengo que
hacer que Nikoru me juzgue.
Riendo un poco, Runa vuelve a ponerse seria.
—Te lo dije antes, ¿no? Soy una chica, asà que quiero hacer todas las cosas que
hace una chica. Pero probablemente a Ryuuto no le interesen muchas cosas, asĂ
que pensĂ© que no debĂa hacer que se dejara llevar demasiado.
Con una mirada preocupada en su rostro, los labios de Runa se vuelven a atar hacia
atrás.
—Pero este soy yo. En realidad, yo tambiĂ©n querĂa hacer una foto de pre antes,
pero… pensĂ© que no se me darĂan bien este tipo de sentimientos, Ryuuto, asĂ que
me contuve… Âżno te gusta despuĂ©s de todo?
Antes… antes del festival, recordĂ© lo que Runa habĂa dicho.
–Incluso Ryuuto podrĂa conseguirlo un dĂa de estos. Soy una chica, asĂ que quiero
hacer todas las cosas que harĂa una chica.
—…
ÂżEs este el tipo de cosas que harĂa una chica?
SentĂ que algo que habĂa estado un poco atascado en el fondo de mi mente fluĂa
con facilidad.
—… No, está bien. Es mi primera vez, asĂ que me sorprendieron muchas cosas,
pero el purikura, fue bastante divertido.
Cuando digo esto, los ojos de Runa se abren de par en par.
—¿Qué, de verdad?
—SĂ.
—Bueno, a partir de ahora, si hay una buena máquina de purikura en nuestra cita,
Âżllevaremos un par de purikura?
—SÅ si me parece bien.
—¡Por supuesto que es bueno!
Runa me pone una cara sonriente de gran tamaño cuando no estoy seguro.
—Las vistas previas de parejas sólo se pueden hacer con Ryuuto. A partir de ahora,
para siempre.
Tintando ligeramente sus mejillas, Runa me mira con una sonrisa tĂmida.
—Por eso quiero hacerme una foto con Ryuuto.
—Runa…
Mi corazĂłn se calienta y siento el impulso de abrazar su esbelto cuerpo.
—SÅ hagamos muchas fotos.
Intencionadamente, lo dije.
La cara de Runa se ilumina.
—¡En serio!? Entonces, ¡haré otra foto lo antes posible!
—¡Eh!? Umm, sÅ
Acabo de decir que me harĂa una foto, asĂ que la opciĂłn de negarme no existe.
—Cuál debo hacer a continuaciĂłn… ¡oh, sĂ!
Runa, que empezĂł a caminar por la tienda para buscar cosas, se detuvo en medio
de la tienda.
—Oye, oye, Ryuuto, ¿te gusta el cosplay?
—¿Eh?
Cuando mirĂ©, vi un cartel en la pared que decĂa “Alquiler gratuito de cosplay”. Los
están alquilando a gente que toma purikura.
—Se-Sea como fuere… no tengo ningĂşn gusto particular en ese tipo de cosas…
Aunque sĂłlo sea por el gusto de hacerlo, respondo con cautela, diciendo que no
puedo permitirme dar más trapos, a pesar de que podrĂa ser considerado un
pervertido por el interrogatorio anterior.
—Eh? Pero estabas picando en el cosplay de Maria, ¿no?
La boca de Runa se tuerce, como si no le gustara mi reacciĂłn.
Probablemente se refiere a cuando Kurose-san mostrĂł sus fotos de cosplay en la
reuniĂłn de panfleteros.
—Comida…, no, era un personaje que conocĂa.
—¿Hmm? Entonces, ¿asumo que es as�
Después de decir con desaprobación, Runa hace una cara que le recuerda algo,
“Ah”.
—¡Hablando de Maria, Maria me enseñó ayer el vĂdeo de KEN! Cuando Ijichi-kun
estaba en ello.
—¿Qué, en serio?
—IncreĂble, Âżverdad? No sabĂa que se podĂa hacer algo como ese castillo en un
juego. Ijichi-kun tenĂa talento, Âżverdad?
Runa lo dice como si estuviera sinceramente impresionada, asĂ que yo, que
comprendo perfectamente la grandeza de la arquitectura de Ijichi, me sentĂ un poco
molesto.
—Bueno… pero aparte de eso, hay muchos chicos que hacen cosas aĂşn más
asombrosas…
Runa me mira asĂ un rato y pone los ojos en blanco.
—Aww, ¿quizás estás celoso?
Su cara parece feliz por alguna razĂłn.
—¡Eh, no-no es asÅ!
La vergĂĽenza llega tarde al darme cuenta de que he reaccionado de forma infantil.
Al verme fruncir el ceño, Runa se rĂe.
—Fufufu, ¡ahora estamos en paz!
—…
Pica un poco, pero aparentemente eso es lo que significa.
—Entonces, ¿cómo es realmente? Cosplay.
—¿CĂłmo que…?
Ahora no tengo más remedio que ser sincero y abro la boca con la cara caliente.
—No me gusta especialmente el cosplay… pero me interesa… el cosplay de las
chicas que me gustan.
—Eso es…
—… Realmente me gustarĂa ver el cosplay de Runa.
Al verme avergonzado por haber dicho esto, las mejillas de Runa también se ponen
rojas.
—… Moo… ese tipo de cosas de Ryuuto, ¡realmente van contra la ley!
Con la cara roja, dijo un poco enfadada.
Tal Runa es realmente linda.
—Entonces, ¿qué tipo de cosplay quieres ver, de m�
—¿Eh? Veamos…
Runa me lo pidiĂł y tuve que elegir un disfraz de cosplay para ella.
Ambos miramos el álbum de fotos de disfraces que nos prestó la dependiente de la
tienda.
—¿QuĂ© es seguro, la policĂa o la enfermera? Los uniformes son los de siempre.
—Bueno…
Estaba intensamente perdido.
Sinceramente, quiero verlos todos. Quiero que lo lleves de un lado a otro. Nunca
pensé que me apasionara tanto el cosplay.
Creo que es porque sigo siendo amante de Runa. Si es Runa, creo que estará guapa
se ponga lo que se ponga.
Sin embargo, tengo que elegir. Sólo un vestido. Si tuviera que pedir la que más
quiero ver.
—Veamos…
Estoy tan avergonzado, que veo que hasta mis orejas están rojas.
—Esto… e-está bueno…
Señalé el uniforme de sirvienta. Es un minivestido negro, delantal blanco con
volantes y medias hasta la rodilla.
¡Soy tan friki~~!
Yo mismo lo sé. Sé que es la elección de un virgen empollon.
Pero lo que más quiero es verlo. No importa cuál elija, seré sospechoso de algún
tipo de hábito, asà que no tiene sentido ser guay y decir otra cosa.
—¡Ah, lo sabĂa!
La cara de Runa se iluminĂł.
—¡SabĂa que Ryuuto dirĂa eso!
—¡Eh!?
—Porque quieres que trabaje en una pastelerĂa, Âżverdad? Uniformes, imagen tipo
delantal con volantes, ¿verdad? ¿No está más cerca el uniforme de sirvienta?
—Ah…
Recuerdo que esa fue una conversación cuando empecé a salir con Runa.
–PensĂ© que un uniforme de pastelerĂa, Shirakawa-san, te quedarĂa bien…
—…
He estado exponiendo mis hábitos desde tan temprano… Ya era hora…
—¿CĂłmo te acuerdas…
Fragmentos de una conversaciĂłn tan antigua como anodina.
—Lo recuerdo…
Runa se riĂł.
—Ryuuto es el primer tipo de chico del que me he hecho amigo en mi vida. Me
pregunto cómo será. Estoy coleccionando cada cosa que Ryuuto dijo e hizo en mi
corazón, guardándolas cuidadosamente.
Mirando su sonrisa feliz mientras dice esto con la mirada abatida, mi corazĂłn se
calienta de nuevo.
Me siento un poco avergonzado de mĂ mismo por ser tan conflictivo.
Runa también estaba dispuesta a aceptar mis hábitos de virgen empollon.
ÂżEso significa que ese interrogatorio en el cafĂ© de antes… no era para comprobar
mi nivel de perversiĂłn… sino porque querĂa saber de mĂ?
¿Pero por qué de repente empezaste a reunir información sobre el lado erótico?
Casi nunca he hablado de ese tipo de cosas con Runa, y aunque ella tiene mucha
más experiencia que yo, creĂa que era de las que se mostraban indiferentes ante
esas cosas.
Me preguntaba quĂ© significaba este cambio repentino en ella… cuando pensaba en
ello…
—…
Mi corazón empezó a latir más rápido.
Quizás sea una imaginación conveniente que se sale de la norma.
ÂżYa es hora?
ÂżEstá Runa… empezando a pensar que está bien tener sexo conmigo?
—¡Bueno, voy a cambiarme!
Runa, a quien la dependienta ha sacado su traje de sirvienta, desaparece sonriente
en el probador.
Tras unos minutos de inquieta espera, abre las cortinas y sale…
—¡Ta-da!
—¡Oooh…!
Inesperadamente, salté.
La Runa en uniforme de sirvienta era tan preciosa.
¡Su flácido pecho!
¡La cintura acentuada por los cordones del delantal!
¡El área absoluta de sus muslos esbeltos pero carnosos!
Y entonces…
—¿Que te parece? ¿Te gusta?
Runa se pone la mano en la cabeza y me sonrĂe.
Lleva orejas de conejo rosas en la cabeza.
—En lugar de la prenda de cabeza, he elegido esto: ¡el catsuit del plató! ¿No es
una monada?
Runa enrosca las manos como un conejo y adopta una pose adorable.
¡Zukun!, y un flechazo como si me hubieran disparado al corazón con una gran
magnum.
—Ahora, vamos a hacer una foto previa con esto ♡
Runa toma mi brazo con el suyo y se dirige galantemente hacia la máquina purikura.
Asà que entré en el purikura con Bunny Maid Runa.
Lindo. Demasiado lindo.
No puedo evitar que mi corazĂłn palpite al ver a Runa en la pantalla de rodaje.
En medio de todo esto, al igual que antes, el rodaje se desarrolla a un ritmo
vertiginoso.
—Tres, dos, uno…
Mientras la cuenta atrás de la máquina está en marcha, “¡Ryuuto!”, dice Runa.
—¿Hmm?
Cuando girĂł la cabeza hacia Runa, mientras me preocupaba por el obturador.
La cara de Runa se hizo primer plano delante de mĂ…
Sus labios se superpusieron suavemente.
—…!?
Para cuando me quedĂ© paralizado por la sorpresa, los labios ya se habĂan
entreabierto y el obturador ya se habĂa soltado.
La besé.
En un pequeño espacio, cubiertos por una funda de plástico, sólo nosotros dos, con
la conejita criada Runa…
… Fueron filmados besándose.
Cuando pienso en ello, no puedo evitar que me palpite el corazĂłn.
—… Ru-Runa?
Aunque el rodaje ha terminado, Runa no quiere moverse al rincĂłn del purikura.
Cuando la llamo, sonrĂe con una sonrisa de satisfacciĂłn en su cara respingona.
—Beso purikura, una vez quise hacer una foto.
Esa expresiĂłn avergonzada es encantadora.
Yo querĂa hacer una foto una vez… asĂ que es la primera vez para Runa tambiĂ©n.
Cuando pienso en eso, la alegrĂa brota lentamente del fondo de mi corazĂłn.
—… ÂżEntonces, Ryuuto?
—¿Hmm?
Entonces, Runa se acerca a mĂ.
—¿Qué quieres que haga esta conejita criada?
—¿Eh…?
El pecho de la blusa que estaba a punto de arrancarse asomĂł delante de mĂ, y se
oyĂł una voz de confusion.
Runa me mira asĂ, con una agitada mirada hacia arriba.
—Oye oye, ¿este tipo de mà es erótico? ¿Te sientes caliente? ¿Quieres hacer algo
travieso?
Presionando sus pechos contra la zona de mi pecho, Runa pregunta
provocativamente.
La sensación suave y elástica me hizo sentir tanta sed que mi razón estaba en
peligro a pesar de estar en tal lugar.
—¿Qu-QuĂ© pasa, Runa? ÂżHay algo raro hoy…?
Entonces, Runa se volviĂł sorprendida y se alejĂł un poco de mĂ.
—… No sĂ©. Soy rara. Yo misma lo sĂ©.
Murmura esto con los ojos bajos, como preocupada.
—Me preocupa cuando hablo con Nikoru sobre ello… No tengo otra opciĂłn que
preguntarle a Ryuuto ahora.
—¿Qu-Qué es?
Cuando pregunto porque no pillo de qué habla, Runa levanta la barbilla y me mira.
—Oye, dijimos que dirĂamos lo que pensábamos, Âżno?
—Umm, sÅ
Fue Runa quien dijo eso, pero yo quiero hacer lo mismo.
Cuando estaba listo para aceptar ese pensamiento, Runa dijo algo escandaloso.
—Quiero poner cachondo a Ryuuto… Quiero que me mire erĂłticamente… ¡Esto
significa que quiero “tener sexo” con Ryuuto!
—¿Eeh??
—Oye, ¿qué te parece? ¿Crees que quiero tener sexo con Ryuuto?
Una vez más, Runa se acerca a mĂ, mirándome con ojos preocupados, y siento
como si mi cabeza entrara en pánico.
—Nunca me habĂa sentido asĂ… no sĂ©…
Con voz debilitada, Runa murmura.
El purikura lleva mucho tiempo garabateando, y puede que las pegatinas ya se haya
quedado sin tiempo. Gracias a Dios que no hay nadie en la cola detrás.
—…
Pensando en eso en un rincĂłn de mi cabeza.
¡SĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂĂ…!
Con un grito que seguramente ganarĂa si hubiera un “concurso del corazĂłn más
ruidoso”, me quedĂ© mirando fijamente a la conejita-novia que tenĂa delante, con el
corazón latiéndome a toda velocidad.